«El neonato murió al no recibir el más mínimo cuidado que necesita cualquier bebé para sobrevivir. Tenía los niveles de azúcar en sangre bajos, al no ser alimentado; hipotermia, al no estar cubierto adecuadamente para evitar la pérdida de calor, y no podía respirar bien. Todo eso le llevó a la muerte». Así de contundente se mostró ayer el forense que realizó la autopsia al bebé recién nacido encontrado muerto en Pilar de la Horadada en octubre de 2016. La principal acusada es su madre quien, según admitió ella misma en el juicio, arrojó al pequeño al contenedor más cercano a su casa tras dar a luz, sola. Su marido, y padre del niño, está acusado de ser cómplice. La Fiscalía pide para ellos 14 años y 3 años y nueve meses, respectivamente.

La segunda sesión del juicio, tras haber constituido el jurado popular el lunes, se celebró ayer en la Sección VII de la Audiencia. La sesión sirvió para escuchar los testimonios de los guardias civiles que se encargaron de la investigación del caso, así como de los técnicos sanitarios que realizaron la primera asistencia al pequeño tras ser encontrado por un indigente que rebuscaba en la basura, y que solo pudieron certificar la muerte. También declaró el forense que realizaron la autopsia.

El forense también confirmó que las pruebas realizadas confirmaron que el bebé nació con vida, con capacidad para respirar y con «potencial de sobrevivir si hubiera recibido los cuidados mínimos necesarios que requiere cualquier recién nacido». El pequeño fue encontrado en el contenedor ya sin vida. «Estaba boca abajo, lo cogí y lo trasladé a la ambulancia para examinarlo, pero no se pudo hacer nada», contó el técnico de Emergencias que atendió el aviso. Así lo corroboró la enfermera que le acompañaba, quien señaló que no llegaron a intervenir.

Más luz arrojó el testimonio de los guardias civiles que dirigieron la investigación, quienes contaron a la jueza y al jurado cómo dieron con la acusada y las pruebas recabadas. Tras el hallazgo del cuerpo, comenzaron a preguntar a los vecinos por las mujeres embarazadas de la zona. Rápidamente uno de ellos los condujo al inmueble de al lado, donde «había una mujer rumana embarazada. La casualidad quiso que la primera persona a la que preguntamos después fue uno de los hombres que vivía con la acusada. Tras entrevistarnos con ella, vimos que aún tenía algo de tripa, por lo que centramos en ella la investigación», relataron. El registro de la vivienda se saldó con la incautación de toallas, sábanas y ropa colgada en un tendedero en la terraza que, pese a estar lavada «vimos que estaba impregnada de una sustancia que podría ser relevante».

Test de embarazo

Los forenses confirmaron entonces que, tras la detención de la mujer, le practicaron las pruebas para determinar si había dado a luz recientemente y los resultados confirmaron esa teoría. Incluso se le realizó un test de embarazo, pues estos dan positivo incluso en las mujeres que ya han dado a luz, durante un tiempo, explicaron.

El jurado deliberará durante toda la mañana de hoy, y está previsto que el veredicto se dicte a última hora de la mañana. Ambos acusados han reconocido los hechos, por lo que todo apunta a que el jurado popular los declarará culpables de asesinato, en calidad de autora y cómplice.