La lonja pesquera de Torrevieja subastó 2.739 toneladas de pescado en 2018. Estas capturas alcanzaron un valor en primera venta de más de cinco millones de euros (5.074.748 euros). La actividad del sector pesquero tradicional recupera así el tono de los últimos años en los que había rebasado siempre los 5 millones de euros en volumen de facturación, alcanzando incluso los seis en alguna anualidad, salvo el ejercicio de 2017 en el que la que descendió a 3,9 millones de euros. El puerto torrevejense mantiene en puestos de cabeza en el desembarco y venta especializada de pescado azul de entre las 22 cofradías de la Comunidad Valenciana.
Las capturas de sardina y boquerón de las traíñas torrevejenses y de otros puertos del sureste, copan la mayor parte del pescado desembarcado, el 82% del total, siendo esta última especie la protagonista tanto en pesca desembarcada como en valor en primera venta. Las 846 toneladas alcanzaron un precio de subasta a la baja de 2,7 millones de euros. Una media de más de tres euros el kilo. También aparecen como especies de rentabilidad para los pescadores el pulpo y el emperador o pez espada, si bien ésta se limita a un cupo máximo de captura. Los once mil kilos desembarcados en Torrevieja de emperador -prácticamente por la misma embarcación- alcanzaron los 90.000 euros en venta, a una media de8 euros el kilo. Muy lejos sin embargo del precio de venta al consumidor que puede multiplicar esta cifra por tres. Las capturas de pulpo, objeto de la pesca más artesanal a cargo de pequeñas embarcaciones con uno o dos tripulantes a bordo, se cuantificaron en 3.297 kilos por los que se pagaron 27.800 euros. Siguen teniendo relevancia otras variedades de pescado azul como la melva, el bonito, la bacoreta y la lecha que completan la estadística de la Cofradía sumando más de cien toneladas.
Mercadona
En torno a una veintena de compradores acuden a diario a la subasta de la lonja de Torrevieja. La mayor parte intermediarios que trabajan para los mayoristas que sirven a grandes cadenas de alimentación como Mercadona, pero también es de resaltar la presencia de comerciantes de venta al detalle que adquieren género para pescaderías de Torrevieja como las que mantiene todavía el mercado de abastos. Todos quieren garantizarse abastecimiento del mejor pescado azul de la provincia.
El grueso de la actividad extractiva se desarrolla en la demarcación pesquera de Torrevieja en primera y verano. Mientras en otoño e invierno la meteorología limita mucho las salidas de las embarcaciones. En lo que va de enero la flota solo ha podido salir a faenar en tres jornadas. Sardina y boquerón pueden encontrarse en aguas torrevejenses durante casi todo el año, fenómeno que se da desde hace unos años y que extraña a los viejos pescadores, acostumbrados a su captura solo en la temporada de primavera y verano.
Los cardúmenes son explotados por flotas de cerco procedentes de los puertos murcianos de Águilas o Puerto de Mazarrón, algunas localidades costeras de Almería y por los tres patrones torrevejenses que mantienen sus embarcaciones con base en este puerto dedicadas al arte de traíña. Aunque la flota pesquera de cerco de Torrevieja llegó a ser a mitad de s. XX una de las más importantes del litoral mediterráneo español, desde mediados de los setenta y sobre todo durante el boom inmobiliario de los ochenta, la actividad cayó en barrena -los pescadores se pasaron a la construcción-.
Hoy la flota local se reduce a tres traíñas, un arrastrero y cuatro tresmalleros que combinan varios artes de pesca artesanal. La Cofradía recibe una comisión por venta tanto de los armadores como de los compradores de la subasta, mientas que la Generalitat ingresa por desembarco de capturas.
