El nuevo accidente registrado ayer en la CV-95 reavivó el debate en las redes sociales sobre la pésima comunicación por carretera entre Orihuela y Torrevieja, que tienen que sufrir miles de conductores a diario y con un reflejo en la falta de seguridad. La situación sigue prácticamente igual que cuando se comenzó a reivindicar una vía rápida en los años 90 que uniera ambas ciudades con una infraestructura del siglo XXI. La presión de partidos políticos y entidades como la Cámara de Comercio no han logrado gran cosa. La Generalitat ha consignado en los presupuestos de 2019 una partida de 50.000 euros para realizar un genérico «un estudio de viabilidad» que debe analizar la viabilidad de la duplicación de la carretera CV-95 entre Orihuela y San Miguel de Salinas. El epígrafe que figura en las cuentas no lo especifica.

Una partida exigua para un proyecto que puede superar ampliamente los 150 millones de euros de coste y que además deja fuera de evaluación el tramo comprendido entre San Miguel y Torrevieja. Doce kilómetros de carretera saturada por el paso diario de entre 15.000 y 20.000 vehículos, según las épocas del año. Ese aforo no baja de los 9.000 diarios en los tramos menos transitados; por ejemplo, la travesía de Bigastro supera los 9.200 coches y camiones cada día.

Presión

La administración autonómica no debe confiar en exceso en abordar el proyecto a corto plazo -pese a las promesas públicas que ha hecho en los últimos meses- porque sí está consignando financiación para mejorar la seguridad en las travesías de la actual carretera. Fue el caso del municipio de Bigastro, donde invirtió un total de 550.000 euros y terminó en junio una rotonda para eliminar un punto negro; la inversión de más de un millón de euros en dos glorietas en San Miguel de Salinas que está acometiendo en estos momentos y el proyecto previsto para el caso de los peligrosos cruces en Vistabella (Jacarilla).

El borrador del plan de acción territorial especifica que el eje entre Torrevieja y Orihuela es el que registra mayor movilidad de vehículos diarios en la Vega Baja -no solo desde la CV-95, también por la autovía a través de la CV-90 y en menor medida desde Guardamar por la CV-91. En total entre 35.000 y 50.000 viajes diarios entre ambas ciudades, con el recorrido de muchos trabajadores que tienen su ocupación en la Costa -también se contabilizan los que unen Torrevieja con el litoral oriolano-.

El tráfico se ha ido incrementando en los últimos años, del orden de un 2% anual en la última década, conforme esta carretera se ha convertido en la principal vía de acceso desde el interior de la comarca al litoral oriolano y su centro comercial de la Zenia Boulevard para evitar el peaje de la autopista a Cartagena.

La autovía en «sombra»

Un gobierno autonómico bajo mandato del PP adjudicó en 2007 a una UTE la construcción del proyecto que en parte discurría por ese trazado -aunque ocupaba otras zonas-.

El Tribunal Superior de Justicia lo tumbó por carecer de evaluación de impacto ambiental, tras un procedimiento abierto por los propietarios de suelo a los que afectaba el proyecto, en especial en Bigastro y San Miguel, y la crisis económica terminó por rematar una adjudicación que se planteaba financiar como «peaje en sombra»: iba a ser gratuita pero el peaje del paso estimado de vehículos lo pagaba la Generalitat.

Además, la administración autonómica tuvo que indemnizar a la UTE adjudicataria Torréscamara-Lubasa con diez millones de euros de indemnización daños y perjuicios derivados de la falta de ejecución de un proyecto que tenía adjudicado. No es de extrañar que con estos antecedentes el Consell se lo piense dos veces antes de recuperarlo.

Pero la duplicación de la carretera no es solo importante para mejorar la seguridad vial, y duplicar la conexión de Torrevieja y Orihuela con una infraestructura decente. También lo es para que la población del litoral sur de la Vega Baja pueda acceder a la futura parada del AVE en Orihuela en un tiempo prudencial y no los más de 40 minutos actuales. Eso sí, el recorrido más saturado de tráfico, el que discurre entre San Miguel y Torrevieja se puede evitar para acceder a Orihuela Costa previo pago de uno de los peajes más caros del país, enlazando con la autopista de Ausur.