La planta de transferencia de basuras que la empresa pública Vaersa va a construir en Dolores ya no está concebida como una «solución transitoria» a la gestión de residuos de la comarca. Es un proyecto que puede tener una vida útil de al menos dos décadas y destinarse, una vez superada la fase de transferencia e incluso al mismo tiempo, a distintos usos, como la valorización especializada de residuos. La planta de transferencia funcionaria como tal hasta el momento que la comarca logre contar con su propio vertedero de basuras. Algo que haga innecesario trasladarlos a otras comarcas. Es lo que se desprende del informe de la comisión técnica que ha analizado el proyecto diseñado por Vaersa. Y para el que el director general de Calidad Ambiental, Joan Piquer, prefirió ayer en su visita a Dolores, no fijar fecha de inicio de obras.

La planta está concebida para recibir 111.700 toneladas al año de basuras que luego se derivarán a los vertederos de Alicante, Xixona y Elche -la instalación de transferencia no es un vertedero-. Dará servicio a los municipios que el Consorcio Vega Baja Sostenible bajo la denominación de «Este de la Vega Baja»: Algorfa, Almoradí, Benijófar, Catral, Daya Nueva, Daya Vieja, Dolores, Formentera del Segura, Guardamar, Los Montesinos, Rojales, San Fulgencio y Torrevieja. «El resto de los municipios (de la comarca) transferirán sus residuos desde la estación de transferencia de la zona de influencia Oeste».

Aire y lixiviados

En este sentido, el informe, rubricado por seis técnicos de la Generalitat, Diputación y ayuntamientos el 8 de noviembre insiste en que se ha presentado una alternativa de carácter privado para la zona Oeste -Orihuela, Pilar de la Horadada y área de influencia. Y otorga solidez a la iniciativa de Ferrovial para dar una cobertura global a la Vega Baja pese a estar en su fase inicial-.

Respecto al proyecto de Vaersa en Dolores, los técnicos citan varias de sus ventajas. La primera es que el impulso público permitirá contar con la instalación «muy necesaria» en un periodo relativamente corto. También se cita la ubicación en el polígono industrial de Dolores, que cuenta con evaluación de impacto ambiental, y el hecho de que sea en un solar municipal, lo que elimina el riesgo de especulación con los terrenos. También que cuente con depuradora, algo que implica que los siempre polémicos lixiviados -residuos líquidos generados de la descomposición de la basura orgánica- puedan dirigirse directamente a esa instalación. Piquer explicó ayer que la planta va a ser la primera de la Comunidad en incluir un sistema de filtrado de aire, además de ser una de las pocas ubicada en nave cerrada. El director general de Calidad Ambiental anticipó que la adecuación de los caminos de acceso al polígono de Sobreviñas y Las Canales y la mejora de la iluminación se realizará con fondos del Consorcio sin repercutirlo en el precio de gestión de la planta. Aseguró en este sentido que la Generalitat tiene consignados 1,6 millones para el proyecto -800.000€ de este año y la misma cantidad para el que viene- frente a la ausencia de ayuda de la Diputación. También concretó que el transporte a vertedero desde Dolores se va a adjudicar al margen del proyecto de planta de transferencia de Vaersa.