Las XI Jornadas en torno al Campo de Concentración de Albatera reunió ayer a decenas de personas en el centro sociocultural de San Isidro para asistir a las diferentes mesas redondas que se habían organizado y para exigir «verdad, justicia y reparación» en el que fue uno de los campos de concentración más duros de España tras la Guerra Civil. Las jornadas, organizadas por la Coordinadora de Asociaciones por la Memoria Histórica de la Provincia de Alicante (Coamhi), estuvieron centradas en las fosas comunes y en los desaparecidos durante el franquismo.

La jornada concluyó con una marcha al monumento de la CNT/FAI a la entrada de lo que fue el campo de concentración de Albatera que finalizó con una ofrenda floral y se leyó un manifiesto en recuerdo de las miles de víctimas que vivieron el horror de ser prisioneras en ese campo de concentración y que fueron sometidas a todo tipo de torturas.

Antes, se celebraron una serie de ponencias y una mesa de debate. Fue precisamente la ponencia «El campo de concentración de Albatera y sus fosas comunes a la luz de la arqueología», donde el arqueólogo e historiador Felipe Mejías desveló la investigación que pronto se publicará sobre la existencia de al menos una fosa común en el entorno de ese campo de concentración. Mejías ha hecho un estudio en profundidad con testimonios de gente local para desvelar que muchos de los desaparecidos durante los años posteriores a la Guerra Civil pueden estar enterrados en San Isidro. Mejías trabaja actualmente en la localización de fosas comunes en la provincia de Alicante como miembro de la Cátedra Interuniversitaria de Memoria Democrática de la Comunidad Valenciana.

Además, el catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de Salamanca, Antonio R. Celada, habló sobre los brigadistas y voluntarios de habla inglesa caídos en España mientras que el historiador Gutmaro Gómez explicó la formación del sistema represivo franquista y el historiador Carlos Piriz fue el ponente de «La Quinta Columna en el Levante Español, 1936-1941».

La segunda de las mesas redondas contó con testimonios como los de un guerrillero antifranquista, una luchadora antifascista y otra republicana. Tras una comida popular se presentó el documental «El campo de concentración de Portaceli».

Paralelamente a estas jornadas se celebró la Feria del Libro de la Memoria, donde las diferentes asociaciones, agrupaciones culturales, políticas y los colectivos que colaboraron en el evento, así como varias editoriales y librerías, mostraron sus trabajos y sus publicaciones. La Asociación de Amistad con Cuba «Miguel Hernández» dispuso una barra con bocadillos y bebidas, además de productos de su país.