La piscina cubierta de Torrevieja ha sido desde su inauguración la joya de la corona de las instalaciones deportivas municipales. La envidia de cualquier municipio de la Vega Baja. De dimensiones olímpicas, gradas, un complejo (y caro), sistema de climatización y una inversión millonaria hace 17 años. Esconde un secreto difícil de ocultar. Hace aguas por donde menos se lo esperan los técnicos cada vez que se vacía y se vuelve a llenar para llevar a cabo labores de mantenimiento. Este diario ha tenido acceso a unas imágenes en las que se observa uno de los dos pasillos auxiliares subterráneos, ubicados en paralelo al vaso, con un dedo de agua en el suelo. Algo que también se ha captado en vídeo: se aprecia un caudal importante filtrándose desde una ventana subacuática. No es una simple gotera. Por motivos que los técnicos de mantenimiento no aciertan a averiguar, estos pasillos, que solo se iban a utilizar por operarios, se concibieron con ventanas en las que se pueden observar las evoluciones subacuáticas de los nadadores. Por ahí es por donde se han escapado cientos de litros de agua desde que se llevó a cabo el nuevo llenado para iniciar al temporada este octubre. Como las soluciones iniciales para taponar las filtraciones no resultaron, el área de Deportes ha optado por cegar dos de esas ventanas este fin de semana. De momento la situación se ha normalizado.

El Partido Popular preguntó en el último pleno ordinario del jueves pasado si se estaban produciendo filtraciones en la piscina. El concejal del área Víctor Ferrández (IU) respondió que filtraciones sufre el vaso desde el mismo momento en que se inauguró a principios de la década pasada. Algo que conocen, dijo, cada uno de los concejales de Deportes que han ejercido el cargo desde ese momento, incluido el propio edil que realizó la pregunta, Luis María Pizana. Los populares insistían sobre todo porque la piscina estuvo cerrada al público durante más de una temporada completa precisamente para llevar a cabo una revisión del vaso, aunque el grueso del presupuesto de más de 120.000 se fue en la sustitución de un tubo de climatización. La nota de prensa en la que se informaba de la reapertura hace ahora un año aseguraba que se habían resuelto el 80% de las filtraciones.

El concejal Víctor Ferrández explicó ayer a preguntas de este diario que se trata de filtraciones nuevas que han aparecido tras el llenado de la piscina que siguió al parón estival para llevar a cabo tareas de mantenimiento. En el caso de este año labores de mantenimiento en fontanería que no se pueden abordar con el vaso lleno. «El vaciado y llenado del vaso afecta a los materiales con los que se construyó la piscina».

El responsable del área desveló que cuando se llenó la instalación por primera vez tras la reparación en noviembre de 2017, se tuvo que cegar otra ventana subacuática, de grandes dimensiones, que daba a la cafetería del edificio del Palacio de Deportes. El edil sí matizó que para la próxima temporada y con el objetivo de minimizar las consecuencias de un nuevo vaciado se solicitará un informe técnico previo para evitar esa misma operación. Para la misma fuente es a los responsables políticos del PP a los que hay que preguntar por las deficiencias en los materiales que se utilizaron no solo en la piscina para que un Palacio solo 17 años después de abrirse requiera una reforma en profundidad.