Higueras, pinos, algarrobos, eucaliptus, muchas palmeras y algunas araucarias tendrán por fin el reconocimiento y la protección que merecen.Al menos en teoría, porque Torrevieja Torreviejava a contar en breve con un catálogo de árboles y arboledas singulares y monumentales, que serán destacadas con la figura de «interés local».

En la práctica este inventario de bienes botánicos pondrá más difícil, por ejemplo, la tala de ejemplares significativos, un hecho al que el municipio torrevejense se acostumbró en los felices años del desarrollismo inmobiliario. Muchos recuerdan todavía los eucaliptos de la calle Torrevejenses Ausentes, o los que se encontraban frente a la Cofradía de Pescadores desaparecidos con total impunidad por la iniciativa pública. Pero también en espacios privados, en especial para los ubicados en zonas donde molestaban al promotor de turno.

El trabajo de catalogación se va a llevar a cabo a través de un contrato menor encargado por la Concejalía de Medio Ambiente y en la prestación se contempla además la difusión de este patrimonio arbóreo entre la población local escolar y adulta con la edición de un álbum de cromos, con siete mil ejemplares y 140.000 adhesivos, destinado a los alumnos de Primaria, y la confección de una exposición itinerante, destinada tanto a la comunidad educativa como a los vecinos en general.

La empresa especializada realizará un trabajo de campo durante un año con la identificación de cada uno de los árboles con una ficha con el objetivo de crear una base de datos y la elaboración del álbum de árboles destacados por su valor temporal y, sobre todo sentimental en las historias cotidianas de los torrevejenses de ayer y de hoy.

Natural

Torrevieja es una ciudad de clima semiárido, con una de las medias de precipitación más bajas del país, apenas 220 litros por metro cuadrado anuales. Su vegetación natural y más singular está formada por los saladares junto a las lagunas de Torrevieja y La Mata. Los árboles monumentales, tal y como se conocen por el gran público -troncos centenarios, de gran altura con copas anchas, integrados en bosques naturales, escasean: pero también los hay, al igual que otros ejemplares singulares que siempre van asociados a la gente de aquí. Esas palmeras que encontramos en paseos y plazas de todo el término municipal, acompañan las felices horas del ocio y el tiempo libre, los juegos y el caminar relajado de los vecinos. Por eso el trabajo busca sobre todo incluir «todos los árboles, palmeras, y conjuntos arbóreos que destaquen en el ámbito local por sus características de tipo biológico, paisajístico, histórico y social». Al margen de características como la edad, la altura o el porte.

Sin duda son árboles singulares muchas de las palmeras que jalonan la fachada marítima de Torrevieja en sus paseos y playas. Al igual que la mayor parte del palmeral de Ferrís. Quedan ejemplares llamativos de algarrobos e higueras en algunas de las escasas fincas de secano sin construir del término municipal. Crecen pinos de gran porte en los bordes del canal salinero de La Mata en el parque natural. Y la alta arboleda de eucaliptos del principal camino de acceso al Parque Natural, cerca de la laguna de La Mata, solo por su impacto visual para los visitantes y haber crecido en un medio tan adverso, ya tendría ganado su lugar destacado en el catálogo. Como buena parte del bosque de pino «rastrero» replantado hace 70 años y que a duras penas ha levantado dos metros del ras del suelo, puede entrar en catálogo. También los pinos singulares del cementerio municipal, con más de un siglo de historia. O buena parte de los ejemplares del parque de Doña Sinforosa, en los que también abundan los grandes eucaliptos.

Luego están los ejemplos más singulares. Como alguna de las araucarias plantadas en recintos cerrados, como la ubicada en el patio de la biblioteca de las «Graduadas», como mejor ejemplo. En los antiguos patios de planta baja y aljibe en Torrevieja, tan populares antes y tan, tan escasos ahora, se pueden encontrar todavía alguna muestra de vegetación urbana mediterránea, higueras y algún jinjolero. Se derrama a la calle por ejemplo la tremenda higuera de un viejo inmueble en la calle Orihuela. Hermosa como pocas.