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Ni para el arrastre de la grúa

El exempresario Manuel Villagordo pide ayuda para sacar su turismo del depósito tras haber sido embargado

Manuel Villagordo.

Manuel Villagordo ya no sabe a qué puerta tocar. El pasado sábado le pusieron una multa por mal estacionamiento en una calle del casco urbano y la grúa se llevó su vehículo al depósito municipal. Ese día no tenía los 54 euros que cuesta retirar los coches custodiados en ese recinto. Ni mucho menos, cuenta ahora, cinco días después, con los más de cien que debería aportar, incluidos los recargos, para recuperarlo.

Ha pedido por escrito al alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) que le ayude a recobrar el turismo. También ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil explicando su difícil situación personal, pero los agentes le han advertido que tiene poco que hacer por esa vía. No hay quien retire un vehículo a la adjudicataria Servicleop sin previo pago del arrastre. Bien lo saben todos los vecinos, con cabreo incluido, que han visto cómo la grúa arrastra su vehículo hasta el nada céntrico polígono industrial donde se ubican estas instalaciones. Incluso la empresa pone pegas para que los propietarios accedan a su propio coche en el aparcamiento si se han dejado algún objeto o documentación en el interior del vehículo retirado. Una especie de «secuestro» del coche (moto o furgoneta), que, quien más quien menos, muchos han sufrido. Para algunos vecinos sin embargo un episodio como éste puede suponer algo más que el trastorno del enfado, sobre todo si, como es el caso del propio Villagordo, se tienen serios problemas económicos.

Villagordo no es un desconocido en Torrevieja. Llegó a gestionar media docena de tiendas de ropa en este municipio y en Orihuela Costa y un restaurante. Fue presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Comerciantes entre 1998 y 2001 y durante ese periodo y de la mano del Ayuntamiento, logró la renovación de la sede del comercio y la hostelería local, y la obtención de las inversiones del plan de excelencia turística. La crisis y los problemas personales le tocaron de lleno desde 2008 -las obras de Caballero de Rodas fueron el principio de la caída libre-.

Ahora, cercado por las deudas, un juzgado lo ha declarado insolvente para abonar la que mantiene con sus antiguos empleados, mientras intenta que los embargos no se lleven por delante lo poco que pueda sacar la de venta de alguno de sus locales. Cobra una ayuda de suministro de luz y agua del Ayuntamiento de Torrevieja, prestación que tan solo obtiene el visto bueno favorable de los técnicos cuando se demuestra documentalmente la precariedad de medios del solicitante. Y mientras Villagordo intenta salir adelante como agente comercial de varias empresas sin perder la sonrisa, tramita también a través de varios responsables de la Diputación y la oficina del contribuyente de esta institución provincial, que le intenten fraccionar el abono de las deudas. «Quiero pagar, pero necesito que no se lo lleven todo porque así no podré salir adelante», explica.

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