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Castillos de la Vega Baja: Fortalezas de un pasado que se desmorona

Resistieron guerras y luchas, pero han sucumbido al saqueo, al vandalismo y al olvido

Castillos de la Vega Baja: Fortalezas de un pasado que se desmorona tony sevilla

Fueron testigos de luchas fratricidas por conseguir y mantener el poder de una importante comarca por su valor estratégico y por sus fértiles tierras. Resistieron guerras, sirvieron de refugio a la población y fueron el escenario de algunas leyendas que siguen vivas. Pero el paso de los siglos, la falta de mantenimiento, las expoliaciones y, a veces, el desinterés de las administración han condenado a algunos de ellos a languidecer.

El caso más flagrante es el del Castillo de Orihuela, que está al borde de la desaparición. Otros, como el de Guardamar, siguen en pie pero están devaluados por las pintadas que cubren sus murallas. Aunque también hay ejemplos como el de Cox, que fue reconstruido a finales del siglo pasado y hoy se erige como el mejor conservado del Bajo Segura. Por contra, no se ofrece ningún tipo de ruta guiada para adentrarse en sus muros y recrear su historia.

Es sin duda el Castillo de Orihuela, o lo que queda de él, el que presenta un estado más lamentable. Su aspecto no hace justicia a lo que un día fue la «llave y defensa de todo el reino de Valencia», según valoró el cronista Jerónimo Zurita en el siglo XVI. Lo que queda de este patrimonio son restos del torreón, de las torres vigía o de sus murallas. La oficina de información turística de Orihuela afirma que actualmente no existe ningún tipo de ruta guiada o actividad para conocer mejor su historia. No obstante, los técnicos indicaron que en la biblioteca se podía encontrar mucha documentación sobre estos restos patrimoniales y se ofrecieron también a realizar una búsqueda por internet para localizar webs y enviar la información solicitada a través de correo electrónico.

Alcazaba

En el portal de internet del municipio se explica que se distinguen varias zonas bien diferenciadas funcionalmente. La zona más alta la ocupaba la alcazaba, sede del poder político y militar; por debajo de ella una línea de torres delimita el albacar, recinto con funciones ganaderas además de defensivas. Otra serie de torres se sitúan en torno al Seminario, donde se encontraba la población original.

Muy cerca de Orihuela, en la localidad de Cox, se encuentra una de las fortalezas mejor conservadas de la comarca. Se trata del principal monumento del municipio, el conocido como Castillo de Santa Bárbara. «Los orígenes son imprecisos dentro de la dominación musulmana, pero la forma y basamento de sus murallas, de metro y medio de espesor, son de origen militar, pese a que hay opiniones discordantes», recoge la web municipal.

A lo largo de su historia se realizaron varias restauraciones, una de ellas para incluir una capilla en honor de Santa Bárbara. La última modificación se hizo a finales del siglo XX para devolverle su aspecto original, aunque no le fueron restituidas las almenas que se conservaron hasta principios del siglo pasado. Tampoco el Ayuntamiento de Cox ofrece ningún tipo de ruta guiada con regularidad. No obstante, esta edición llamó al consistorio y explicaron que si alguien tiene un especial interés por conocerlo se puede organizar una visita.

Amurallada

Guardamar del Segura es la localidad que más apuesta hoy por hoy para mostrar las particularidades de su fortaleza. Allí se encontraba la ciudadela amurallada que albergaba la antigua villa de Guardamar desde su fundación cristiana en el siglo XIII, hasta su destrucción por los terremotos de 1829, según recoge el portal de internet del municipio.

En su interior existía un conjunto urbano de viviendas, calles y plazas. En la parte más alta se alzaba el castillo propiamente dicho, cuyos restos evidencian su ocupación en diferentes épocas históricas como la fenicia, la íbera, la romana y la musulmana califal. El consistorio ha puesto en marcha este verano rutas guiadas para conocer la exposición «Guardianes de Piedra» que ha albergado el museo arqueológico y que incluían también una visita al Castillo. Asimismo durante el mes de septiembre seguirá abierto tres días por semana el Baluarte de la Pólvora, donde se explica la historia de este edificio.

No obstante, cabe señalar este patrimonio guardamarenco también se encuentra deteriorado por múltiples pintadas que lo afean. Desde el consistorio aseguran que se pedirá ayuda la Generalitat para adecentarlo.

El cuarto de los castillos de la Vega, aunque ya no tiene tal forma, es el de Callosa de Segura. Tenía 30 metros de lago y está emplazado en una cumbre rocosa de 200 metros de altitud. Mantenía una muralla alrededor que envolvía la población de Medina Qalyusa. A través de los relatos de Al-Udri, cronista árabe del siglo XI, se constata que en el año 961 ya existía la fortificación, durante la contienda mantenida entre el Califa de Córdoba y el Señor de Qalyusa.

Hoy sólo queda un pequeño vestigio de lo que un día fue. Visitar el entorno no es fácil porque no hay un sendero accesible. Lo único que permanece visible son las paredes de lo que pudo ser la Torre del Homenaje, que también ha registrado pintadas, así como parte de su cimentación.

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