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La historia de la creación de Orihuela se derrumba

Un grupo de vecinos se une para paliar la falta de datos sobre el castillo Instan al Ayuntamiento a que firme el plan director para que la Universidad de Alicante pueda hacer un estudio arqueológico de sus restos

El palmeral actuaba de despensa. loino

Corona la ciudad y divisa toda la Vega Baja así como buena parte de Murcia. Los restos del castillo que quedan sobre el Monte de San Miguel dejan patente la importancia de esta construcción que el cronista Jerónimo Zurita calificó en el siglo XVI como «llave y defensa de todo el reino de Valencia». Sin embargo, no solo fue una fortaleza importante tras la reconquista ya que numerosos estudiosos califican el castillo como uno de los más antiguos de España y han llegado asegurar que se fortificó en época de los cartagineses para proteger a la ciudad de Carthago Nova. Pese a que se trata de un espacio histórico-cultural inigualable en la ciudad, se ha dejado perder con el paso del tiempo «y ningún gobierno ha hecho nada para recuperar nuestra historia». Esta es la principal crítica de un grupo de oriolanos que se ha unido para recopilar datos sobre la construcción y exigir la firma del plan director que permita realizar un estudio arqueológico «para su reconstrucción».

A través del grupo «Oriolanos a favor de la reconstrucción del castillo de Orihuela» de la red social «Facebook» y con numerosas excursiones por el Monte de San Miguel, los integrantes de este grupo entre los que se encuentran el exasesor y experto del Palmeral Emeterio Navarro y el joven Juan Ignacio Caballero, han comenzado sus primeras investigaciones guiados por los arqueólogos de la Universidad de Alicante «que nos dieron algunos datos cuando el exedil de Turismo, Pedro Mancebo, iba a firmar el plan director con la colaboración de la entidad académica». El objetivo de estas personas es «sumar todo lo que podamos si se firma el proyecto que solo tenía un coste de 12.000 euros y comienzan los estudios arqueológicos». De esta forma han comenzado a documentarse para que se recupere esta construcción «olvidada sobre todo por los técnicos del Ayuntamiento que aunque son muy buenos no han trabajado para rehabilitar el castillo pero tampoco dejan que nadie lo haga porque muchos expertos que lo han intentado dicen que Orihuela es un coto cerrado».

Vestigios

Entre los datos que han podido recopilar en esta construcción, que a pesar de ser prácticamente cristiana porque la reconstruyeron casi en su totalidad tras la reconquista, «aún conserva restos romanos y musulmanes pero se cree que los primeros asentamientos humanos en Orihuela los hicieron los íberos en el Monte de San Miguel por lo que esta montaña tiene mucho que contar».

Desde el seminario, y una vez en el monte, el sendero creado es el mismo que utilizaron musulmanes y cristianos porque aún conserva restos de la piedra que formaban la calzada. Aún así, no es la única vía de acceso al castillo ya que «se puede acceder a través del Rabaloche y del Palmeral porque este paraje natural era la despensa de los habitantes de la fortaleza».

En el camino principal se pueden contemplar restos de torres vigía para que los soldados pudieran controlar los ángulos muertos e incluso lienzos de la muralla como la conocida como «Puerta de la traición» por el camino del Rabaloche que ya demuestran los materiales que se utilizaron para la construcción del castillo: «argamasa que es una mezcla compuesta por piedra, cal y grava».

Daños

La silueta de la montaña la dibuja también restos de la muralla que conectaba con la «Puerta de Crevillente» y donde este grupo de oriolanos destaca que «se conservan muchas partes que denotan que la muralla zigzagueaba por el monte aprovechándose de los desniveles». Precisamente estos restos y el torreón, la imagen más famosa del castillo, les han permitido comprobar el daño que le provocan los vientos de poniente «la parte de levante es la mejor conservada ya que está más resguardada». En este sentido alertan del peligro de desaparición del castillo ya que «hemos visto como se ha erosionado comparándolo con fotos de hace 50 años por lo que si no se hace nada, para recuperarlo, se perderá».

Una vez arriba, se puede divisar la entrada al castillo que «los restos demuestran que tenía doble puertas que se cerraban con un madero y tenía un habitáculo para el soldado que la vigilaba». La entrada está construida con recodo «una forma almohade para defender el castillo y que el enemigo no pudiera entrar directamente».

Agua

En la parte más alta, se encuentra la alcazaba donde se encontraba el alcaide musulmán. En este espacio «se pueden ver restos de las habitaciones y el aljibe que siempre se ha pensado que era una mazmorra pero que realmente no es así, se construyó para aprovechar el agua de la lluvia». A este aljibe se le unen las numerosas balsas que se encuentran a lo largo del recorrido porque «el principal problema de este castillo es que no tenía acceso al agua por eso contaba con tantas balsas». En relación a este asunto, este grupo de personas considera que es necesario «averiguar la veracidad de la leyenda de la cueva del calor». Este relato asegura que los habitantes del castillo bajaban a la ciudad a través de esta cueva que se encuentra dentro de las murallas de la fortaleza para recoger agua, «pero es my raro que teniendo el aljibe y las balsas perdieran dos días en bajar al río».

Otro de los aspectos de la construcción que destaca este grupo de oriolanos es el albacar, una zona «dedicada a guardar animales». Para los integrantes de esta iniciativa, estos restos «nos dan bastante información de como vivían nuestros antepasados por lo que es necesario que se estudie para conocer mejor nuestra historia». Asimismo, lo que buscan es que «se rehabilite el castillo porque la acción del hombre y las inclemencias meteorológicas se lo están cargando y podría ser un atractivo turístico inigualable porque de hecho ya son cientos las personas que lo visitan cada fin de semana».

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