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Orihuela

La UMH emplea restos de palmeras afectadas por picudo rojo para la construcción de muebles

Un proyecto usa este elemento biológico como materia prima para hacer aglomerados y aislantes

La UMH emplea restos de palmeras afectadas por picudo rojo para la construcción de muebles

Reutilizar los restos de podas de palmeras, los troncos de árboles caídos e incluso los ejemplares muertos a causa de picudo, y convertirlos en material apto para fabricar aglomerados aislantes para paredes y suelos, y fabricar muebles. Este es el objetivo del proyecto de investigación llevado a cabo por el departamento de Ingeniería de la Construcción de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela, que depende de la Universidad Miguel Hernández. Esta posibilidad abre la puerta a que se reciclen ejemplares muertos afectados por este insecto y que actualmente deben ser destruidos al no tener ningún tipo de utilidad. Teresa García Ortuño, una de las investigadoras del proyecto, señala que «esta necesidad de triturar las palmeras podría traducirse en un beneficio porque esos restos sí sirven para la realización de aglomerados».

Por tanto, las ventajas de este proyecto, además de las propias del reciclaje, pasan por sustituir los actuales aglomerados de madera por productos más ecológicos y beneficiosos para el medio ambiente, además de que el aprovechamiento de los restos de palmera permitiría reducir los costes de su destrucción. Para las investigaciones, la propia Universidad Miguel Hernández ha destinado los restos de podas del propio campus oriolano de Desamparados, ahorrándose su tratado.

Uno de los beneficios en materia ecológica pasa porque el uso de estos materiales, principalmente restos de palmera triturada, posibilitan el hecho de prescindir de adhesivos habituales, que pueden contener sustancias tóxicas o nocivas. Una vez triturados los ejemplares, los restos se someten a presión y a altas temperaturas en los que los azúcares y otras sustancias naturales de la materia biológica, actúan como adhesivo natural, fijando las planchas que se usarán posteriormente, sobre todo para recubrimientos o aislantes térmicos y acústicos.

Pruebas

En el propio laboratorio de construcción de la universidad, estas planchas son sometidas posteriormente a diferentes pruebas con el fin de evaluar la capacidad de resistencia de estos productos en cuanto a dureza y flexibilidad, conductividad térmica y acústica.

Las líneas de investigación pasan por realizar ensayos con materia prima de distinto tamaño, dependiendo del proceso de trituración, e incluso de mezclar varios materiales como la palmera con restos biológicos de otras especies arbóreas como morera, cáscaras de almendras, tallos de arroz o cáñamo, explica Ortuño.

El proceso, que permite jugar también con diferentes grosores en la obtención de aglomerados, permitiría incluso obtener planchas lo suficientemente gruesas para la fabricación de muebles, otras de las vías abiertas en la investigación, algo que «atraería numerosos beneficios, más teniendo en cuenta que hoy en día muy pocos muebles se fabrican con madera maciza, sino que se realizan con aglomerados a los que después se les pone un recubrimiento embellecedor».

Ortuño señala que «aún no hemos mantenido contacto con empresas para vender el proyecto», pero asegura que «sería perfectamente viable comenzar a usar estos productos» en obras y construcciones, pues los resultados han mostrado una eficacia similar a artículos convencionales.

La investigadora señala que la palmera seguirá siendo objeto de estudio del departamento, pues ya han solicitado al Ministerio otro proyecto de mejora del Palmeral.

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