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Ausencia de marquesina

Una parada de silla y sillón en Torrevieja

Los vecinos de la avenida de Baracaldo colocan sillas y un sillón para realizar las esperas del bus

Imagen de la parada de autobús de la avenida de Baracaldo en la urbanización San Luis. Loino

Cuatro sillas desvencijadas. Esa es la parada de autobús urbano de la que disfrutan los vecinos de la avenida de Baracaldo en la urbanización San Luis desde hace muchos años. Para disuadir a los que tienen en la recogida de chatarra y otros enseres su modo de vida, se indica en el respaldo de una de las sillas que este mobiliario forma parte de una peculiar parada. Por ese motivo también las sillas no son un alarde de comodidad. Pero hacen su función en las largas tardes de verano o en pleno invierno, cuando los usuarios del transporte urbano de Torrevieja, la mayoría vecinos de edad, realizan su espera a la intemperie.

Unas esperas que suelen ser además largas, porque el servicio es gratuito para los empadronados, pero la frecuencia de paso en algunas zonas es muchas veces un misterio que el Ayuntamiento justifica precisamente en esa gratuidad que permite la obtención de una tarjeta de un año de duración por poco más de siete euros a cualquier persona que esté censada en la ciudad.

En 2010 la Agrupación de Vecinos de San Luis pidió una parada de autobús «decente» con marquesina acristalada, como las habituales en otras zonas del municipio. En noviembre de ese año un funcionario, ingeniero para más señas, informó a petición del edil de Transporte, en aquel momento Tomás Arenas, sobre la solicitud, y lo hizo de forma afirmativa. Aseguró que se podrían trasladar algunas de las marquesinas que habían quedado inutilizadas por la suspensión de uno de los itinerarios que realizaban los autobuses en la misma urbanización. Pero a día de hoy siguen esperando ese traslado. Y las marquesinas sin uso, también.

Manuel Pagoda, un vecino donostiarra residente en San Luis y que conoce la tramitación de la solicitud, invitó irónicamente ayer al alcalde Eduardo Dolón a «inaugurar» la actual parada, con su peculiar mobiliario incluido, para cuando acuda a visitar las obras del nuevo parque que se está construyendo en la entrada principal de la urbanización. Pagoda explica además que el servicio está concebido para los empadronados que no reclaman mejoras «por miedo a perder la gratuidad, pero el servicio es malo. Para los no empadronados cuesta más de un euro el viaje y teniendo en cuenta la frecuencia de paso de una hora, mejor coger la bici o el coche», explica. El Ayuntamiento anunció hace unas semanas mejoras presupuestarias en este servicio con el objetivo que también sea usado por los escolares.

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