Otra vuelta de tuerca. Agentes de la Policía Local han multado a su intendente principal y máximo responsable de la plantilla, Vicente Gutiérrez, cuando éste se dirigía con su vehículo a la Jefatura. La sanción, de 60 euros, se produjo el pasado 28 de mayo a las 15.32 horas de la tarde. El todoterreno del mando de mayor rango en la cúpula policial circulaba por las inmediaciones del edificio del retén, en la CV-905, cuando dos agentes tomaron nota de que hacía una maniobra incorrecta, concretamente, y tal y como figura en la denuncia, circulaba «sin obedecer una señal de dirección obligatoria». Algo que infringe la Ley de Seguridad Vial en su artículo 53. La multa se impuso sin necesidad de parar el vehículo y sin que el titular se percatara de que iba a ser sancionado por sus subordinados, que dejan constar claramente en el boletín de denuncia, según ha podido comprobar este diario, su identificación profesional. Se desconoce si el intendente ha alegado la sanción.
Este «pillado» policial no se queda sin embargo en la simple anécdota. Se enmarca en el conflicto que arrastra la plantilla desde hace meses por la falta de negociación de los horarios policiales, que se adoptaron sin llegar a un acuerdo entre sindicatos y jefatura a principios de año, y que en opinión de un sector de los agentes ha convertido el funcionamiento diario del servicio en un «caos» porque hay cuadrantes en los que no se cubren los turnos, o en ocasiones no hay mandos suficientes para ordenar los servicios, entre otras muchas deficiencias -como precisamente la supuesta desaparición de multas de la que acusan a mandos y que investiga un juzgado-.
Los sindicatos mayoritarios responsabilizan de esta situación ante todo al intendente principal. De hecho, hace unas semanas la mitad de la plantilla, que cuenta con 170 efectivos, firmó una petición en la que exigían su cese. Pero también a la edil de Seguridad Agustina Esteve y al alcalde Eduardo Dolón (PP), quien ha reaccionado a las reivindicaciones de los agentes asegurando que ya intentó resolver el conflicto sentándose a negociar pero «perdió el tiempo» motivando su prolongación y enquistamiento. La solución que ofrece el primer edil insta a los agentes que protagonizan las protestas todos los últimos viernes de mes en los plenos «a trabajar», y a denunciar todo aquello que consideren irregular en los juzgados. «Consejos» ambos que han sido tomados al pie de la letra por los afectados.
Víctimas del celo laboral de estos agentes son los ciudadanos
, que vienen sufriendo desde hace meses el rígido cumplimiento que de las ordenanzas municipales hacen los policías. Tan rígido que ni un policía se libra de la multa. A la lluvia de sanciones de tráfico, sobre todo relacionadas con mal estacionamiento de vehículos en el centro e irregularidades en el cumplimiento de la ordenanza de ocupación de vía pública con el anclaje de terrazas prohibidas por ese mismo texto, que ha provocado no sólo el malestar sino también las protestas por cauces administrativos de vecinos y hosteleros en el Ayuntamiento, habrá que sumar ahora una más.
Poner orden
El intendente Gutiérrez llegó a la policía en 2011 para intentar solventar los problemas que el servicio arrastraba con anterioridad, muy similar al actual y protagonizado por la apertura de expedientes disciplinarios y denuncias cruzadas entre mandos y agentes. Era la primera vez que se cubría la plaza de intendente principal en el organigrama, y se hacía con un mando con estudios superiores. Durante este tiempo Gutiérrez se ha centrado sobre todo en combatir lo que considera absentismo laboral, solicitando incluso a la Dirección General de Tráfico que realizara un test de actitud a los agentes de baja por si se les debía retirar el carné. Ahora es él quien también tiene cuenta pendiente con Tráfico. La multa, puesta está.
