La festividad de la Virgen de la Asunción prácticamente pasa desapercibida en Orihuela debido al éxodo vacacional. Sin embargo, en la capital histórica de la comarca existen varios testimonios que demuestran la veneración que despertaba la habitualmente conocida como «Virgen de Agosto» en la ciudad con anterioridad al siglo XVII. Actualmente esta tradición sólo la conservan las hermanas clarisas en el convento de San Juan de la Penitencia ya que, cada año, los días 14 y 15 de agosto, exponen una imagen única en la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción en actitud durmiente, antes de ascender a los cielos, coincidiendo con el día de la celebración de su onomástica. Como cuentan las hermanas clarisas, muchos oriolanos no conocen esta imagen pero también son otros muchos los que cada año visitan la iglesia del convento durante estas fechas para poder ver esta imagen de Nuestra Señora de la Asunción.

Las últimas investigaciones publicadas por María de la Cruz López Martínez en un estudio sobre el convento de San Juan de la Penitencia indican que la imagen data del siglo XIX aunque el sacerdote Andrés de Sales Ferri Chulio indica en su obra, también dedicada al monasterio, que la figura es del XVII y de autor anónimo. Ferri Chulio explica que Nuestra Señora de la Asunción viste un traje del siglo XVIII y sandalias de plata que datan del mismo siglo. El sacerdote detalla en su publicación que la Virgen cuenta con una corona imperial y una media luna a sus pies realizada por el orfebre Porta en el siglo XIX.

En el altar mayor

Actualmente, la imagen reposa sobre un catafalco envuelto con la tela conocida con el nombre de damasco que las hermanas clarisas instalan cada año en el altar mayor. En un trabajo muy «laborioso» para ellas y este año por decisión de la madre superiora van a dejar a Nuestra Señora de la Asunción expuesta a la veneración de los fieles más tiempo del habitual. De esta forma, por primera vez en muchos años, los ciudadanos y visitantes de Orihuela tendrán la oportunidad, durante estos días, de acercarse a la iglesia del convento de San Juan de la Penitencia para contemplar esta imagen escondida de la ciudad ya que pasa todo el año en el interior del monasterio al cuidado de las religiosas.

Las hermanas clarisas se muestran orgullosas y deseosas de que los vecinos conozcan la imagen y su tradición de exponerla los días que rodean la festividad de Nuestra Señora de la Asunción con el objetivo de que esta costumbre no se pierda con el tiempo.