- ¿Cuándo decidisteis cambiar vuestro estilo de vida alimentaria?
Llega un momento en el que no puedes merendar todos los días un paquete de galletas y decides que esa zona del supermercado, la de las verduras, no es tan mala.
- Alimento que no falta en vuestra dieta diaria:
Ninguno es indispensable. Bueno, el café es imprescindible, por aquello de ser persona. Sin café la vida no existe.
- ¿Conocéis los «superalimentos»?
Nos aportan una variedad sana e importante para no aburrirnos de comer siempre lo mismo. Sí que es cierto que con el boom de las redes sociales han multiplicado su valor y popularidad, tanto por parte de expertos, como de famosos. Era muy difícil ver a alguien comiendo quinoa hace 5 o 6 años.
- Poned un ejemplo de «comida sana» frente a «comida basura»:
A todos se nos viene a la cabeza el McDonald's al hablar de comida basura y el plato maravilloso y colorido de lechuga y pechugas de pollo a la plancha como comida sana. ¿Qué es mejor? Tan sencillo como lo que le apetezca a cada uno. Y el que mejor quede en Instagram, por supuesto.
- ¿Cómo adaptáis vuestra vida social al estilo de comida?
Cuando es momento de decidir lugar para ir a comer y recogerlo en Instagram, elegir restaurante es un placer: fijarnos en el tipo de comida que preparan, el trato a los clientes y la instalación. Nos ganan con estos tres aspectos. Vamos con pies de plomo, pero de momento no hemos tenido problema en ningún local, siempre buenas palabras.
- ¿Por qué animaríais a la gente a unirse a este estilo de comidas?
«No conquistas nada con una ensalada» y la comida es felicidad. No animaríamos a seguir un estilo de alimentación, si te gusta, cómetelo.
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