Segundo acusado expulsado de la sala en menos de dos semanas de juicio. La presidenta del tribunal del jurado, la magistrada Cristina Costa, echó del juicio a Raúl Montero, uno de los considerados autores materiales del crimen del alcalde de Polop Alejandro Ponsoda, después de que le hubiera llamado la atención en reiteradas ocasiones por su actitud. Ocurrió durante el interrogatorio a un cabo de la Guardia Civil citado por las defensas y quien estaba sembrando dudas sobre el testigo protegido, la principal prueba de cargo.

Una declaración cuya firmeza en las respuestas a los abogados defensores comenzó a resquebrajarse a preguntas de la fiscal Lourdes Giménez-Pericás. Ante los airados y audibles comentarios que procedían de las sillas que ocupan los acusados justo detrás de sus letrados, la magistrada les recordó que no estaban «ni en un circo ni en una tertulia de amigos». Lejos de apaciguarse, Montero prosiguió visiblemente molesto y puesto en pie al tiempo que pedía a la magistrada que le diera permiso para marcharse, lo que Costa rechazó.

Como quiera que, pese a la advertencia, Montero no deponía su actitud fue entonces la presidenta del tribunal popular la que ordenó que abandonara la sala. Y así lo hizo. Pero, en lugar de marcharse, se acopló en la sala habilitada para la Prensa, desde donde comenzó a seguir el juicio hasta que la agente judicial fue advertida y se procedió por parte de los agentes de la Guardia Civil que se encargan de la seguridad del edificio a que la abandonara. Tras un receso, el acusado regresó a la sala.

El primer expulsado fue el también acusado Juan Cano tras llamar «mentiroso»al responsable de la investigación de la UCO.