En plena crisis por el conflicto entre Rusia y Ucrania por la península de Crimea, un ciudadano ruso y otro ucraniano quedaron para pelearse en un descampado de Alicante y han acabado ante la Audiencia. El primero de ellos está acusado de haber roto un diente a su rival de una patada en un juicio que ayer quedó visto para sentencia. La Fiscalía reclama para el procesado tres años y medio de cárcel por un delito de lesiones.

La tensión seguía en la sala de vistas. Lo que en circunstancias normales se hubiera resuelto en una conformidad, dado que hace más de cinco años desde que ocurrió la pelea, quedó visto ayer mismo para sentencia, sin posibilidad de acuerdo y con versiones opuestas sobre lo sucedido.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 1 de mayo de 2014 en un descampado de la calle Pintor Gastón Castelló de Alicante. Eran los momentos de mayor tensión por el conflicto entre ambos países a cuenta de la invasión de la península de Crimea. Los prorrusos iban tomando ciudades, mientras la Unión Europea amenazaba con sanciones económicas contra el Kremlin. Un conflicto que elevó la tensión entre rusos y ucranianos y que tuvo su traslación a los residentes de la zona afincados en Alicante.

Factura del dentista

Los dos habían tenido una discusión sobre el conflicto y salieron a un descampado. La víctima asegura que el acusado le propinó un bofetón que le hizo caer al suelo y después una patada en la cabeza por el que perdió el conocimiento y un diente. El agredido estaba personado como acusación particular y tenía la factura para acreditar los gastos del dentista.

El acusado admitió ayer haber mantenido la discusión con la víctima pero negó haber causado lesión alguna. Según la versión que dio ayer el procesado solo tuvieron unas palabras y le propinó un empujón y aseguró que la lesión en el diente del denunciante era anterior a la pelea y ajena a él.

El hecho de que la víctima hubiera perdido uno de sus dientes ha sido lo que ha determinado que este asunto se haya tenido que juzgar en la Audiencia Provincial, ya que se trata de un delito de lesiones con deformidad.

La Fiscalía mantuvo su escrito de acusación y reclamó la condena de tres años y medio de cárcel para el agresor.