Dormía a un lado con dos pistolas listas para disparar, una de ellas modificada para funcionar como un subfusil militar, y tras el cabecero había un zulo con 276 kilos de estupefacientes, valorados de 1,5 millones y fruto de sus robos a bandas rivales en los que se hacía pasar por agente. Estaba buscado por seis juzgados diferentes, pero a pesar de todo se hacía pasar por un vecino modélico en Albatera.

El peligroso delincuente apresado por la Guardia Civil el pasado fin de semana en Albatera y que ya está en prisión, tal y como informó este medio el pasado martes, es un marroquí de 37 años, supuesto autor de los delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, falsificación documental, atentado grave a agente de la autoridad, delito contra el patrimonio y delito contra la seguridad vial, y sobre él pesaban 6 requisitorias judiciales.

En la misma operación se detuvo a otro hombre y a una mujer (19 y 32 años) de nacionalidades marroquí y española, respectivamente, y se ha investigado a un hombre español (54), por estar supuestamente implicados en los mismos hechos.

En el registro realizado en su vivienda se encontraron junto al narcotraficante dos armas de fuego cortas municionadas, listas para ser utilizadas, una de ellas modificada para disparar a ráfaga, como si se tratara de un subfusil. Y dentro de un zulo excavado en la pared de la habitación, tapado con el cabecero de la cama, se hallaron más de 276 kilos de droga (262 kilos de hachís, 14 kilos de marihuana, y 132 gramos de cocaína en roca), fruto de los «vuelcos» (robos de droga) realizados a bandas rivales, valorada en más de 1.500.000 euros.

Desde la Comandancia explicaron ayer podría ser apodado como el «solitario» de la Vega Baja, ya que actuaba sin ayuda en sus robos a otros narcos. Y le constan antecedentes por ser el presunto autor de varios atracos a estaciones de servicio, robos con violencia en los que se han utilizado armas de fuego, y tres fugas a las fuerzas del orden.

Este peligroso delincuente se dedicaba presuntamente a realizar «vuelcos» a bandas de traficantes de droga, y descartaba las minucias del menudeo, siempre vendiendo a sus clientes las cantidades por kilos. Para quitar la droga a otras organizaciones, se hacía pasar por agente de la autoridad colocando un prioritario de color azul en el techo de su vehículo y portaba armas de fuego cortas municionadas, actuando solo.

Si en su camino se encontraba con alguna patrulla que pretendía darle el alto, la esquivaba poniendo en peligro la circulación de los demás usuarios de la vía, y no dudaba en embestir contra ellos su vehículo para causar lesiones a los agentes, impidiendo de esta forma que pudieran proseguir tras él.

Matrículas falsas

Por otra parte era «generoso» con su pareja, la mujer detenida de 32 años, a la que había regalado un vehículo robado en Calp, con el que ella se paseaba tranquilamente, gracias a las placas de matrícula falsas que le habían colocado. Para elegir el número de la falsa matrícula seleccionó otro vehículo, de la misma marca y modelo, de una población cercana, a sabiendas de que se podría cruzar con el titular por la calle. No fue la primera vez que lo hizo, pues el año pasado, un ciudadano chino se asombró al ver por Cox un vehículo de la misma marca, modelo y numeración de matrícula que el suyo.

La Guardia Civil de Crevillent ha estado investigando a este hombre desde diciembre, llevando a cabo una compleja operación en la que, debido a sus antecedentes y sabiendo que era portador de varias armas de fuego, han tenido que extremar las medidas de seguridad. Además, los seguimientos tuvieron una dificultad añadida a causa de los continuos cambios de imagen que hacía, la modificación de las matrícula de los coches que utilizaba y la facilidad para darse a la fuga si detectaba a los agentes.

Cuando los investigadores encontraron el momento para realizar la entrada y registro en su chalé de Albatera, lo primero que descubrieron fue un arma corta municionada con cartuchos semiblindados al lado de la cama, preparada para disparar si era necesario. En el mismo habitáculo había otra arma corta, con un cargador lleno, y capaz de disparar a ráfaga como si fuera un subfusil de guerra. Y detrás del cabecero, que estaba atornillado, había oculto un zulo repleto de droga, incluido un fardo de hachís, valorada en el mercado negro en más de 1.500.000 euros.

Tras pasar a disposición judicial del Juzgado de Instrucción nº 1 de Elche, este peligroso delincuente ha ingresado en prisión. Las otras dos personas detenidas son un marroquí de 19 años, también en prisión, por cooperar supuestamente con él al ayudarle a ocultar droga; su pareja sentimental, una mujer española de 32 años, presunta conocedora de todos los hechos; y se añade un investigado, hombre español de 54, que al parecer aportó un vehículo para la comisión de un delito.