Insultos del calibre de «zorra», «pedófila» o «asquerosa», llamadas ofensivas y pintadas en el coche son algunas de las situaciones de acoso que tuvo que soportar una profesora de un centro educativo de San Miguel de Salinas por parte de dos de sus alumnos. Una de ellas, ya fue denunciada por la docente en el año 2011 por enviarle hasta ochenta mensajes amenazantes por Facebook, pero la denuncia se acabó retirando. Entre diciembre de 2013 y marzo de 2014, los insultos y las amenazas se retomaron. La Audiencia de Alicante acaba de confirmar la condena a dos menores por trato degradante a su profesora, que también es jefa de estudios.

Según la resolución, hecha pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, se impone un año de libertad vigilada para la menor que más activamente acosó a la profesora; mientras que para el otro la condena es de ocho meses con la misma medida. Asimismo deberán prestar 40 horas de trabajos en beneficio de la comunidad e indemnizar con 5.000 euros a la docente, dinero que deberán pagar los padres de los ccondenados y que se repartirá en cuotas del 70% y el 30% en función del grado de participación en los hechos. La docente reclamaba más de 20.000 euros, cantidad que los tribunales han rebajado.

El fallo declara probado que en 2011 la menor ya había enviado más de 80 mensajes a amenazantes a la docente a través de Facebook. La causa abierta por aquellos hechos acabó archivada al retirarse la denuncia por parte de la docente. Entre diciembre de 2013 y marzo de 2014, esa misma menor realizó hasta 33 llamadas desde su móvil con número oculto a la profesora emitiendo gritos o balbuceando. Asimismo, también se acercó a llamarla «puta» una vez que la encontró paseando con su novio por las calles del municipio. Los dos menores realizaron pintadas insultantes hacia la profesora en distintas partes del centro escolar y en el coche de ésta. Mientras la docente presentaba denuncia en la Guardia Civil por los daños en el coche, la menor pasó varias veces por la puerta del cuartel gesticulando y haciendo comentarios sobre los hechos, hasta que fue identificada. Los mensajes de Whatsapp insultantes llegaron a los familiares de la profesora.

El fallo dice que son «actos vejatorios» que «han menoscabado la integridad moral de la denunciante, tanto por su contenido como por la duración en el tiempo». Los jueces respaldan la medida de libertad vigilada para hacer un seguimiento y valoración psicológica de los dos menores.