Los caminos del coronavirus, a día de hoy, son inescrutables y lo que no han podido otras circunstancias, sí ha logrado la pandemia procedente de China. Las Cortes Valencianas acordaron desconvocar el pleno ordinario programado para ayer miércoles y hoy jueves, así como las dos comisiones que estaban previstas para esta semana, un hecho que, dentro de la cámara tiene carácter de histórico ya que no se recuerda por sus pasillos y despachos que cualquier otra circunstancia haya conseguido suprimir la actividad parlamentaria como ocurrió este 11 de marzo de 2020. Otro 11-M para la historia que silenció a las Cortes por primera vez en más de tres décadas de autogobierno.

El coronavirus acalló una cámara donde ya hay confirmado un contagio de manera oficial, el de la síndica de Vox, Ana Vega, y donde sus otros 9 compañeros diputados están expuestos a contraer la enfermedad en cualquier momento ya que varios de ellos acudieron al acto multitudinario organizado por Vox en Madrid el fin de semana pasado, donde se supone que Javier Ortega Smith ya había inoculado el COVID-19. El contagio del número dos del partido disparó todas las alarmas, comenzando por la negativa a acudir a la sesión de los parlamentarios en las Cortes que se declararon en cuarentena y se ausentaron de la cámara. Este hecho, la ausencia de los diputados dejando a un lado el riesgo sanitario entre grupos políticos, fue el principal argumento de la Mesa y la Junta de Síndics de las Cortes para desconvocar del pleno ordinario con el objetivo de «garantizar la pluralidad ante la ausencia de un grupo de la cámara». Si a eso unimos la suspensión generalizada de eventos populares en toda la Comunidad Valenciana, la tormenta perfecta estaba servida.

En cambio, y a la vista de lo rápido que se suceden los acontecimientos con el coronavirus, sí se convocó para hoy mismo una sesión específico, con carácter extraordinario y urgente, para que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, informe de las medidas ante la epidemia. La comparecencia fue solicitada ayer por el propio jefe del Consell para informar de la situación actual de la enfermedad en la Comunidad y de las medidas adoptadas «para evitar un aumento de contagios y frenar el impacto desfavorable de la crisis». La convocatoria es monográfica, excepcional y sin votaciones.

Tratando de transmitir una sensación de que el parlamento valenciano «no se para y sigue haciendo su trabajo pero se adapta a las circunstancias desde la prudencia, la tranquilidad y la responsabilidad», palabras de su presidente, Enric Morera, las Cortes callaron por un día aunque este silencio probablemente genere bastantes complicaciones para recuperar la sesión perdida y cuadrar un calendario ahora «tocado» por el virus. De hecho, este jueves volverá haber Mesa y Junta de Síndics para tratar de aclarar la agenda de las semanas venideras sin trazar un escenario nítido.

Hablar del futuro cuando ayer, los más veteranos de las Cortes Valenciana evocaban momentos del pasado donde no se suspendieron sesiones plenarias horas antes de comenzar, a pesar de que hubo motivos. La única ocasión en la que se canceló un pleno por completo, a raíz de una cuestión técnica, fue en 1984, para elegir a los consejeros que representarían a la Comunidad en la Delegación de València de Radio Televisión Española. Un tema casi de trámite, la falta de diputados, que se solucionó poco después.

En cambio, en momentos como cuando, en diciembre de 1996, a Vicent González Lizondo, por aquel entonces presidente de la cámara, le dio un ataque cardiaco en plena sesión del debate de los presupuestos no se llegó a suspender el pleno. Y eso que era de madrugada. Lizondo murió unos días más tarde al no superar varios infartos. Otro episodio singular fue en mayo de 2014, cuando el presidente de las Cortes, Juan Cotino, paralizó un pleno puesto en marcha ante la negativa de Mónica Oltra -que hace seis años solo era diputada de Compromís- a abandonar el hemiciclo tras ser llamada al orden. Aquella vez, la tensión retumbó en las paredes de una cámara, ayer enmudecida.

Confirmado el contagio de Ana Vega

La dirigente alicantina de Vox, embarazada de doce semanas, da positivo tras estar en contacto con Javier Ortega Smith en Vistalegre

La síndica de Vox en las Cortes y presidenta de la gestora provincial de Vox, Ana Vega, está contagiada por el coronavirus. Para disipar cualquier duda, ella misma lo confirmó ayer en su perfil de Twitter después de haber estado en contacto el pasado fin de semana con el secretario general de su partido, Javier Ortega Smith. Vega, que no ha acudido esta semana por las Cortes, permanece en su casa desde el martes al encontrarse con fiebre, por lo que solicitó de inmediato hacerse las pruebas al estar embarazada de 12 semanas.

«He dado positivo en la prueba del COVID-19 por lo que cumpliré con todas las indicaciones que me han dado las autoridades sanitarias y nuestros profesionales sanitarios». La síndica trasladó la noticia al presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera y al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que le transmitieron su apoyo al igual que decenas de políticos de fuerzas diferentes. Vega asume que su situación es «más complicada por mi embarazo pero estoy tranquila porque nos atienden los mejores profesionales de la sanidad del mundo».