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Podemos juega con fuego

La pelea por la cúpula autonómica traza dos grupos rivales: uno con los cargos de la Comunidad y otro en Madrid

Naiara Davó aplaude en las Cortes con Pilar Lima sentada detrás en su escaño. EFE / Kai Försterling

Podemos sabe muy bien lo que es cerrar congresos con ganadores y perdedores. En la Asamblea Ciudadana Autonómica, convocada para mayo, se decidirá la composición de la tercera ejecutiva que toma las riendas del partido en solo cinco años. La primera candidata que se «tiró al ruedo» y presentó sus credenciales para convertirse en secretaria general fue la diputada en Cortes, Pilar Lima, cuya decisión muy anticipada, en plena fase de preparativos precongresuales y sin celebrar aún la Asamblea Ciudadana Estatal, provocó escasas horas después la creación de dos bandos muy definidos. Por un lado, los seguidores de Lima, con la mayoría de cargos que se han hecho un hueco en Madrid -Héctor Illueca o las alicantinas Rita Bosaho y María Teresa Pérez-, amparados por Pablo Iglesias. Y, por otro, los que frenaron en seco a la parlamentaria, muchos de ellos compañeros en las Cortes -como la síndica Naiara Davó y los diputados Beatriu Gascó y Ferran Martínez-, o el vicepresidente del Consell, Rubén Martínez Dalmau. Sin embargo, la oposición firme a la tentativa de Pilar Lima, mostrada desde el minuto 1, lejos de calmar los ánimos ha servido para meter más leña al fuego. Para alimentar un conflicto que no va camino de acabar en tablas, sino, más bien, en una guerra abierta.

Con una candidatura confirmada, la de Pilar Lima, y otra en ciernes, la de la alcoyana Naiara Davó, el proceso por liderar Podemos en la Comunidad ha nacido con una amplia vocación de ruptura. Y no se trata solo de organizar actos el mismo día en dos localidades distintas, «coincidencias» del calendario «imposibles» de evitar, sino de ver como se están agrupando fuerzas en torno a dos bloques. Obviamente, este movimiento no es nuevo para Podemos -en las primarias de 2017 se presentaron tres candidaturas- pero lo que sí es novedad es que ahora, a diferencia de hace tres años, Podemos pisa moqueta. Los morados gobiernan en València y en Madrid. Tienen un conseller y vicepresidente, el primero de su corta historia -el alicantino Martínez Dalmau-, secretarios autonómicos, directores generales y, en definitiva, diversos altos cargos tanto en el Botànic como en el Ejecutivo central que le confieren el hecho de ser socio de Gobierno, una condición que, aparentemente, no perderá después de toda esta fase congresual. La pregunta es: ¿Cómo se afronta el día después de la elección de la secretaría general si una candidatura ha sido defendida por un miembro del Consell y la otra por un director general de La Moncloa? Ocurra lo que ocurra, alguien pierde, y no se trata solo de quien figura en el cartel, sino de todos los apoyos recibidos que van detrás, incluidos dirigentes de tu partido con los que te vas a tener que seguir sentando si pretendes seguir ejerciendo la labor de gobierno.

Campañas paralelas

Hace unos días se produjo el arranque oficial a dos «campañas» paralelas en Podemos. Bajo el paraguas de los preámbulos de la III Asamblea Ciudadana Estatal de la formación morada, su «Vistalegre III» convertido ahora en «Leganés I», el pasado sábado se organizó un «acto electoral» en la localidad valenciana de Alaquàs. Una «jornada de trabajo colectivo» promovida por los afines a Pablo Iglesias, que en ausencia del líder envió como representante directo a Juan Carlos Monedero, y donde intervinieron los candidatos valencianos al Consejo Ciudadanos Estatal (CCE). Allí estuvieron Lima, Illueca, Bosaho, Pérez y un grupo de militantes que se decantó por esta convocatoria y no acudió a Paterna, donde Intercercles desarrolló un acto de los círculos de la formación donde confirmó su presencia la síndica Naiara Davó y algunos de sus compañeros de parlamento autonómico. Dos actos simultáneos, uno pensando en la cúpula nacional y otro en la estructura de base de Podemos que, en el fondo, han servido para medir fuerzas en la carrera por la secretaría general autonómica. Por cierto, otros dos ausentes del acto de Alaquàs fueron el vicepresidente Rubén Martínez Dalmau y el diputado en el Congreso por Alicante, Txema Guijarro, que también es candidato al consejo estatal y no intervino al lado de Pilar Lima. Los dos justificaron su ausencia con «agenda previa».

Sin embargo, ahí no acaban las muestras de discrepancia interna. Pilar Lima participó el pasado viernes en Castellón en un encuentro con la militancia para ofrecer un «ejercicio de rendición de cuentas». Fuentes de Podemos aseguran que esta práctica es habitual, pero ahora, cualquier presencia de la candidata a la secretaría general lleva colgada la etiqueta de acto autopromocional de campaña. Menos habitual es otra iniciativa que en unas horas llenó de mensaje las redes sociales. Decenas de vídeos de apoyo a la ruta «Un Govern amb tu» que pretende «fortalecer Podemos y llevar más lejos el Botànic» y donde están apareciendo militantes, concejales, secretarios generales, diputados, cargos del Gobierno del Botànic y hasta el propio vicepresidente. Una red que se extiende por toda la Comunidad, con incidencia especial en comarcas alicantinas y donde no faltan las menciones a Naiara Davó y Rubén Martínez Dalmau. Un contraataque orquestado, trabajado y pulido, basado especialmente en el municipalismo, donde Podemos también cuenta con simpatizantes locales que no piensan tanto en las decisiones que se toman en La Moncloa. Y con una mirada directa a la provincia de Alicante, de donde es el último secretario general autonómico, el callosino Antonio Estañ (que consiguió el apoyo de las bases superando a la mismísima Pilar Lima), y, ¡vaya por dónde!, de donde son Davó, de Alcoy, y Dalmau, de Teulada.

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