Hoy se reunirán en Tarragona los presidentes de las cuatro diputaciones catalanas con los responsables de las corporaciones provinciales de Valencia, Toni Gaspar, y de Castellón, Josep Martí. Estará ausente, sin embargo, el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, el único del PP que estaba citado al encuentro, al entender que la reunión, con el Corredor Mediterráneo y la eurorregión del Arco Latino incluida en la red Paternalia como los dos principales puntos, se acabará convirtiendo en un guiño a ese territorio imaginario denominado «Països Catalans». La iniciativa contará con la asistencia de los cuatro presidentes catalanes -dos de ERC, uno de Junts per Catalunya y otra socialista- además de los citados Gaspar y Martí, ambos del PSPV pero que comparten sus equipos de gobierno con Compromís.
Inicialmente, cuando recibió la invitación, Mazón no descartó del todo participar en la convococatoria aunque, en cualquier caso, tampoco le dio buenas sensaciones. El despliegue del Corredor Mediterráneo es fundamental para las comarcas alicantinas y tiene graves lagunas aún sin resolver como, por ejemplo la conexión con el Puerto de Alicante. Por eso, al dirigente del PP le pareció una buena caja de resonancia para poner encima de la mesa las debilidades del proyecto en la provincia. Sin embargo, al presidente de la Diputación, amigo de mirar hacia el sur antes que al norte en su acción política, no le cuadraba que en la cita no participaran ni Murcia, gobernada por su aliado y amigo Fernando López Miras; ni tampoco Almería. A esos territorios, de hecho, ya los trató de incluir, sin ningún éxito, en la comisión provincial del agua.
Fueron los propios organizadores del encuentro, que se celebra hoy en una Diputación como la de Tarragona que preside ERC, los que le dieron el argumento perfecto a Mazón para descolgarse de una cita que le incomodaba. La cita está impulsada por el presidente de la Diputación de Girona, Miquel Noguer, de Junts per Catalunya; y por el mencionado Toni Gaspar, alcalde de Faura y responsable de la corporación provincial de Valencia por el PSPV. De hecho, en un ambiente de normalidad, Gaspar intentó convencer a Mazón de que acudiera. Hasta que el dirigente alicantino del PP se enteró de que, junto al futuro del Corredor Mediterráneo, se iba a hablar de la eurorregión del Arco Latino -una asociación de gobiernos de segundo nivel de España, Francia e Italia- dentro de la red Paternalia, asociación de provincias europeas. Un organismo que preside la Diputación de Castellón, incluso, durante la etapa de Javier Moliner, responsable de esa institución por el PP hasta los comicios locales del pasado mes de mayo.
En la documentación de la cumbre de diputaciones se apunta a la construcción de un «espacio común» entre territorios. Y eso se convirtió en el asidero que le sirvió a Mazón para justificar su ausencia al entender que, en último extremo, se está haciendo un guiño a ese espacio dels «Països Catalans», elemento recurrente en el arsenal argumentario del PP de la Comunidad Valenciana desde que el Botànic llegó al Palau de la Generalitat en 2015. Mazón no quería ser el invitado del PP que acabara dando carta de naturaleza a una convocatoria de la que, por mensaje y asistentes, el presidente de la Diputación de Alicante se siente muy alejado tanto política como emocionalmente.
«Mi posición en este asunto es muy firme. No me gusta para nada el cariz de la cumbre. Y, desde luego, no estoy dispuesto a crear ningún espacio común con los independentistas. Así que, por una cuestión de principios, no voy», declaró tajante el presidente de la institución alicantina al ser preguntado por este periódico. Carlos Mazón llega a poner en duda, incluso y por los diferentes contactos que ha mantenido en los últimos días para decidir su asistencia, que la convocatoria tenga algún tipo de utilidad para ejercer como «lobby» en la ejecución definitiva del Corredor Mediterráneo. Pero, en cualquier caso, en la negativa a acudir a la cumbre ha pesado más la cuestión ideológica y la procedencia de los asistentes a la cumbre. No en vano, el PP ha hecho de la agitación de la cuestión catalana uno de los grandes elementos de su relato político en la Comunidad. Y, desde luego, lo seguirá siendo.
