La investigación abierta en una pieza separada del caso Erial para localizar más cuentas corrientes vinculadas a Eduardo Zaplana, expresidente de la Generalitat Valenciana, y sus presuntos testaferros está a punto de finalizar tras localizar los investigadores más dinero escondido en paraísos fiscales. Según apunta la información a la que ha tenido acceso INFORMACIÓN, el juzgado de Instrucción 8 de València ha concluido el análisis patrimonial en países de Sudamérica y centra ahora la búsqueda en Europa. Los analistas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han encontrado otras cuentas corrientes a nombre de los imputados o de empresas relacionadas con la compleja trama que se investiga, según esta información. Luxemburgo, Suiza y Andorra serían los países donde permanecía oculto el botín acumulado por el exministro de Trabajo del Partido Popular y es donde ahora está poniendo el foco la investigación.

Hasta el momento se han identificado una serie de pagos que se presumen comisiones ilícitas, habiendo detectado así mismo la Guardia Civil un entramado empresarial, con ramificaciones en el extranjero, asociado al cobro de «mordidas» y su encubrimiento e integración en el circuito legal español. En este contexto, el devenir de la investigación hacía necesario el seguimiento y la trazabilidad de toda la fortuna que se escondía en el extranjero, por ello la jueza ha mantenido secreta esta parte de la investigación a la espera de que estos países contestaran a las comisiones rogatorias y remitieran toda la información disponible en sus bases de datos.

Así, según esta información, Panamá y Uruguay no han encontrado más dinero o bienes de los investigados en sus respectivos territorios. Allí se instalaron varias de las empresas investigadas, pero el dinero volvió al continente europeo y se depositó en las dos cuentas corrientes de Suiza que contienen un saldo de 6,3 millones de euros. Los nuevos hallazgos podrían elevar esta suma a más de 10 millones de euros, según señala esta información. Al parecer, este tipo de organizaciones criminales desconfían de los paraísos fiscales sudamericanos por la inestabilidad política de la zona pese a que el 27% de la riqueza privada total de Sudamérica está depositada en países que ofrecen un tratamiento impositivo favorable. La red de Eduardo Zaplana optó por Europa y parece que Andorra sería uno de los destinos escogidos, además de Luxemburgo y Suiza.

Destino Andorra

Entre la nueva documentación que el juzgado ha puesto a disposición de las partes esta semana se encuentra una conversación telefónica de Joaquín Barceló, íntimo amigo del exdirigente del PP y uno de sus socios, en la que habla de una abogada de Andorra que les podría ayudar en sus negocios. La abogada era hija de un prestigioso jurista andorrano, ya fallecido, y forma parte del despacho Raméntol-Pujol. No es casual que la investigación que sigue secreta se centre ahora en Andorra. Este país vecino está contestando a las diferentes peticiones de información y colaborando con la autoridades judiciales españolas. Además, según esta misma información, la jueza ha solicitado una ampliación de la comisión rogatoria tras tener conocimiento de que allí se sigue un procedimiento contra Joaquín Barceló.

Los pinchazos telefónicos originales, a los que ha tenido acceso este periódico, constatan la preocupación de Barceló por las sociedades y cuentas que tienen en el Principado de Andorra y el temor a que se descubra el entramado. De hecho, consta una llamada de Elvira Suanzes, exdiputada del PP en las Cortes Valencianas e investigada por blanquear comisiones, en la que traslada esa preocupación: «Lo que nos va pasar como sigamos todos así», le comunica a Zaplana. Además, de esa misma llamada intervenida por la Guardia Civil, se deduce que la exdirigente popular tenía un conocimiento exacto del entramado y en todo lo relacionado con Zaplana.

Elvira Suanzes es hermana de Saturnino Suanzes, un abogado que también consta como investigado en la causa y que habría ayudado a Eduardo Zaplana a esconder en países europeos el dinero obtenido de manera ilícita. Las diligencias practicadas atribuyen a los hermanos Suanzes un papel muy destacado dentro de la organización. De hecho, la Guardia Civil también habría localizado unas fotografías de documentos enviadas por Elvira a su hermano, según puntualizaron fuentes próximas a la investigación. Saturnino, conocido por su entorno como Nino, también aparece en multitud de conversaciones y es la persona que se encarga de tranquilizar a Barceló, cuyo apodo es Pachano, cuando, semanas antes de las detenciones, sospechan que puede haber en marcha una investigación y tienen conocimiento de que el testaferro uruguayo, Fernando Belhot, quien ha acabado confesando los delitos, aparece en una investigación de la Audiencia Nacional.

«Podrán decir lo que quieran, lo que sabemos seguro, es que nada tenemos que ver con estos, lo miren por dónde lo miren, y si lo han mirado, mejor que mejor», dice Suanzes a Barceló, quien responde: «A mí, y a mi Nino, lo que ya, te voy a decir la palabra, me indigna, me indigna, porque hombre, yo, soy un tío limitado, pero tonto del todo no soy, esto había durado dos semanas y tú lo sabes, si viene Fernando y da la cara y lo arregla, ¿sabes? porque todo pasa por Fernando ¿sabes? todo, las tres respuestas». «Empezar a dar estopa a punta pala, o que nos digan qué hacer», advierte Suanzes. «Me muero, es que no duermo, tío, me muero», le contesta preocupado Joaquín Barceló.

Conversaciones en clave

La Guardia Civil ha llegado hasta las nuevas cuentas corrientes y empresas localizadas por Europa tras descifrar las palabras claves que los investigados utilizaban para no ser descubiertos. Así, las «tías» serían los testaferros, «arriba» correspondería a Andorra y «el otro lado» el hospital La Fe, en València. En una de las llamadas intervenidas, Eduardo Zaplana le explica a Barceló lo siguiente: «El médico me deja que me vaya a Madrid y ya he hablado con estas tías, con las que tenemos que quedar, y les he dicho que desde hoy estoy disponible (...) También hablé con la de fuera, por si nos fallaba una tener otra (...) Le ha venido la regla y está todo en orden».