Si la presencia en Alicante del nuevo Consell fue uno de los objetivos marcados a fuego por Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau, ahora el PP y Ciudadanos siguen esa misma estela y hacen una contrarréplica al Botànic para firmar en Elche su pacto en la Diputación como signo de vertebración provincial. El acuerdo que convertirá el viernes a Carlos Mazón en el nuevo presidente de la institución como relevo a César Sánchez se firmará hoy, a partir de las 12.15 horas, en el Museo de Pusol de la capital ilicitana. Con este gesto, el nuevo equipo de la Diputación pretende poner en valor el papel de Elche dentro de un proyecto provincial vertebrado.
Cohesionar el territorio de norte a sur y de este a oeste. Esta es la meta que se ha marcado el hasta ahora director de la Cámara de Comercio, Carlos Mazón. Para ello, ha tomado como referencia, de alguna manera, el acuerdo que PSPV, Compromís y Podemos simbolizaron en el Castillo de Santa Bárbara. La decisión no es casual. La Diputación y el Ayuntamiento de Alicante son las principales instituciones que están en manos del PP y Ciudadanos tras las últimas elecciones y, en el caso del organismo provincial, existe la necesidad de evidenciar que se llevan a cabo políticas de interconexión que una el eje de las dos principales ciudades. Si el Consell tiene un problema con el encaje de Alicante, la Diputación también lo tiene con Elche, por lo que la batalla política del mandato toma como péndulo esta base.
Las conversaciones entre PP y Ciudadanos se han intensificado durante los últimos días para completar el preacuerdo que ya estaba firmado. Los de Albert Rivera han presionado para intentar sacar más provecho de las negociaciones y, finalmente, han logrado crear un organismo que dará empaque al documento. La Diputación pondrá en marcha un observatorio de la transparencia, en principio, sin gasto para la institución provincial y conformado por funcionarios que, además, estará controlado directamente por los diputados de Ciudadanos. No solo como una fórmula para mejorar el buen gobierno de la Diputación sino también de los municipios de la provincia. Ciudadanos intenta salvar así la incoherencia que, sobre el papel, supone respaldar un gobierno del PP en una institución que lleva 24 años bajo mando de ese mismo partido. Llama la atención que esta propuesta salga a la luz la semana en la que los diputados han dado carpetazo al mandato sin que el PP haya aportado a los grupos de la oposición las facturas de la asignación del dinero público que el grupo popular de la Diputación ha transferido en los últimos cuatro años a la cuenta del partido. Opacidad que ha marcado este final.
El Palacio Provincial acogió ayer por la mañana la celebración del último pleno del mandato. La sesión, de carácter extraordinaria, tuvo como único punto del orden del día la aprobación del acta de la sesión anterior. Para finalizar esta etapa y dejar los trámites legales preparados para la investidura del próximo viernes, los representantes de los partidos políticos asistieron a cerca de una decena de comisiones, entre ellas la de fiscalización para someter al control de Intervención la contabilidad de cada grupo. Pero el mandato ha terminado de la peor manera posible, o al menos la más opaca: el Senado, el Ministerio de Hacienda y el Tribunal de Cuentas siguen sin aportar documentación sobre el destino de casi medio millón mientras el PP se limita a decir que lo mandó al partido pero sin aportar facturas. Y como consecuencia, el día se cerró con un nuevo pulso. Tras la comisión, Compromís reclamó al PP que devuelva a las arcas de la institución el dinero, después de que el equipo de gobierno se negara a aprobar el informe final de la comisión de fiscalización de las aportaciones económicas a los grupos políticos, y después que el Tribunal de Cuentas no confirmara la versión del PP de que garantiza el cumplimiento de la ordenanza.
Además, la coalición pidió a Ciudadanos que se posicione claramente sobre la investidura de Carlos Mazón. «No tiene ningún sentido que un partido que en su programa incluya la disolución de las diputaciones y la regeneración democrátiva sostenga a a otro que simboliza todo aquello que no es bueno de las diputaciones, como el clientelismo o la opacidad en la gestión», dijo el portavoz de Compromís, Gerard Fullana. No obstante, Ciudadanos ha hecho oídos sordos a la solicitud de la izquierda y ha preferido no hacer declaraciones acerca del tema. Su estrategia ha ido por otros derroteros. A través de la gestión del nuevo observatorio de la transparencia, la formación naranja pretende garantizar la calidad democrática del nuevo gobierno para que asuntos espinosos como este no les acabe estallando. Habrá que ver si lo consiguen.
Un pleno para poner fin a cuatro años de gestión... sin anfitrión
El hasta ahora presidente de la Diputación Provincial de Alicante, César Sánchez, se borró ayer del último pleno del mandato 2015-2019. Alegó responsabilidades profesionales al ser el número uno del PP al Congreso de los Diputados por la provincia. César Sánchez ya se despidió de sus compañeros en el pleno celebrado hace dos semanas en el que reconoció haber colmado sus ilusiones y «estar en deuda con la provincia». La sesión de ayer, de carácter extraordinaria, contó con un único punto del orden del día: la aprobación del acta de la sesión anterior. Los diputados de los diferentes partidos políticos se despidieron entre abrazos, pero también entre reproches, por las medidas puestas en marcha durante los últimos cuatro años. Ante la ausencia de César Sánchez, fue el secretario general del PP, vicepresidente primero de la institución provincial y ahora mismo presidente tras la marcha de José Císcar, Eduardo Dolón, quien presidió el pleno que duró tan solo unos minutos.
