En un debate tan crispado y bronco como el que se produjo ayer en las Cortes Valencianas durante la investidura de Ximo Puig como presidente de la Generalitat también surgieron algunas cuestiones, obviamente, vinculadas a la provincia de Alicante. Uno de los momentos más tensos de la sesión se produjo, sin duda, durante un enfrentamiento entre el jefe del Consell, en ese momento aún candidato, y la secretaria general del PP, la oriolana Eva Ortiz, muy molesta cuando Puig habló de la comarca de la Vega Baja como la «cuna de la corrupción». La dirigente popular se sintió insultada y trató de afearle la conducta que había tenido. El jefe del Consell se dio cuenta de que se había pasado en su ataque. Casi de inmediato, rectificó hablando de la figura de Miguel Hernández como referente de un territorio y, a su vez, defendió la pieza de la Vega Baja dentro del proyecto común de la Comunidad Valenciana. No fue, sin embargo, el único conato de tensión alicantina que quedará en el diario de sesiones.
El presidente de la Generalitat tuvo que hacer frente, de hecho, a los ataques que le lanzaron tanto el líder de Ciudadanos, Toni Cantó, como la síndica de los ultraderechistas de Vox, la alicantina Ana Vega, sobre los pactos municipales en la provincia de Alicante. En vísperas de la constitución mañana de los consistorios, Cantó le reprochó a Puig su intentó de buscar a Ciudadanos como aliado cuando los sitúa en el bando de la derecha junto a los populares y a Vox. Casi a renglón seguido de reprochar a la izquierda su «desorden neurológico», Toni Cantó soltó el ataque contra el jefe del Consell por este asunto. «¿Nos llama fachas y quiere entregarnos Alicante como moneda de cambio de la Diputación?», se preguntó Cantó que advirtió, en cualquier caso, de que el gobierno del que formarán parte los naranjas en la capital alicantina marcará diferencia con los 20 años del PP y con el breve mandato del socialista Gabriel Echávarri.
También habló de esta cuestión en su discurso, la alicantina Ana Vega, síndica de Vox, para echarle en cara, igualmente, ese movimiento a Ximo Puig. «Usted se ha atrevido desde su despacho de València a proponerle a Ciudadanos un cambalache intercambiando cromos. ¿Cuándo aprenderán ustedes a respetar a los alicantinos?», lanzó Ana Vega en un mensaje de tono muy duro contra el jefe del Consell.
