No hay en política nada más importante que las conversaciones al margen de agenda y los contactos informales. Y la elección de Carlos Mazón como candidato del PP a la Diputación, solo a falta del trámite de la certificación oficial de Génova, ha supuesto que se inicien los primeros tanteos con Ciudadanos, aún embrionarios, para pactar el gobierno de la Diputación. Dirigentes de ambas formaciones dan por hecho que los contactos se podrán cerrar en positivo y, aunque en las próximas dos semanas ya se pueda producir algún tipo de movimiento preliminar, la escenificación de la alianza no se concretarará hasta después del 15 de junio, cuando están convocados los 141 consistorios alicantinos para su constitución y proceder a la elección de los nuevos alcaldes. Esta maniobra, que cuadra con el frenazo que Toni Cantó ya le ha dado a la posibilidad de trazar alianzas con los socialistas en Alicante, se terminará de concretar con el visto bueno de la dirección de Ciudadanos en Madrid.

Ya se han producido conversaciones del candidato Mazón con altos dirigentes de Ciudadanos en la línea de empezar a cuajar una alianza para la Diputación, que el PP gobierna desde 1995. Cabe recordar que el ahora aspirante de los populares al Palacio Provincial ya estuvo en su día en la corporación durante el mandato de Joaquín Ripoll y tiene línea directa con cargos de la formación naranja que, en aquel momento, estaban en la órbita del PP o militaban en el partido como Emilio Argüeso, coordinador regional de Cs; el diputado Emigdio Tormo, que llegó a trabajar como asesor de Ripoll en aquella etapa; y Francisco Sánchez, portavoz de Ciudadanos en Elda y que aspiraba ahora a un escaño en la Diputación, algo que finalmente no se ha producido. Esa cercanía será clave en los contactos y han acelerado el movimiento de Génova, que también está al tanto de la situación, para relevar a César Sánchez, exiliarlo en Madrid y hacer una apuesta definitiva por el citado Mazón.

Aunque apenas han pasado poco más de 72 horas desde las elecciones municipales y después de la operación de Ximo Puig para intentar atraerse a Ciudadanos a un pacto en la provincia, desde las dos formaciones ya están convencidas de que la posibilidad de llegar a un acuerdo está encarrilada. Una vez que los socialistas han ganado por un margen de 22 votos el escaño de Villena y con un empate a 14 entre populares y socialistas, los dos votos de Ciudadanos son determinantes. Carlos Mazón necesita imperiosamente de esas papeletas en la sesión de investidura para poder ser elegido presidente de la Diputación. Si los diputados de Albert Rivera se abstuvieran, entonces, la presidencia iría a parar directamente a los socialistas. Así que es probable que Ciudadanos se cobre la ficha con una factura alta no solo en competencias de gobierno en el Palacio Provincial sino también en la estructura de gerencias, fundamental en la corporación. Pero, sobre todo, el propio Mazón y el alto mando de Ciudadanos coinciden en la necesidad de escenificar esta alianza.

En este sentido, unos y otros están de acuerdo en plantear una negociación política con proyección hacia el exterior y que incluya la redacción de un documento a modo de hoja de ruta para el nuevo gobierno provincial. Esas conversaciones tendrían que culminar, además, con una visualización de la alianza antes de que se convoque la sesión de investidura. Carlos Mazón es partidario de ir quemando etapas poco a poco en los próximos días para ofrecer una imagen de solvencia. Uno de los puntos que trasladó la imagen de una victoria de los populares en la provincia durante las elecciones del pasado domingo y a pesar de quedar unos veinte mil votos por detrás de los socialistas fue, precisamente, la posibilidad de continuar al frente de la Diputación. Durante este primer mandato de la izquierda con el Consell del Botànic, de hecho, la institución provincial, controlada por César Sánchez, se convirtió en la referencia de la oposición institucional del PP.

De ahí el interés del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por hacerse con la corporación provincial ofreciendo a cambio, incluso, el Ayuntamiento de Alicante, en una operación discutible desde el punto de vista político y que no parece que vaya a tener finalmente recorrido. Con la Diputación de Castellón ahora también, junto a la de Valencia, en manos de la izquierda, lo que ocurra en Alicante le supondría cerrar el círculo de Puig con el control de las instituciones provinciales o un balón de oxígeno para el PP. Y esto último, al menos sobre el papel, es lo que lleva camino de ocurrir.

Los socialistas se quedan en fuera de juego pese al empate a diputados

El secretario general del PSPV-PSOE en la provincia de Alicante, José Chulvi, mostró ayer su predisposición a liderar un diálogo «para abrir un nuevo tiempo en la gestión de la Diputación de Alicante» pese a que el PP ya ha iniciado las negociaciones con Ciudadanos para pactar el Gobierno de la institución provincial. Tras confirmarse ayer que el diputado por el partido judicial de Villena lo ganó el PSPV-PSOE, Chulvi afirmó que «este resultado nos sitúa en predisposición de liderar un diálogo» en relación al pacto con Ciudadanos propuesto por Ximo Puig.

Con este resultado en el partido judicial de Villena, el PSPV-PSOE alcanza el diputado número 14, que junto a los 14 del PP, los 2 de Ciudadanos y el de Compromís, completan el reparto de diputados en la institución provincial. Ante este nuevo escenario, Chulvi quiso recalcar que ha sido el PSPV-PSOE el ganador en votos de las elecciones locales del pasado 26 de mayo en la provincial y señaló que «ahora nuestra misión es abrir un espacio de diálogo y reflexión con diferentes fuerzas políticas para converger en un cambio de gobierno».

En este sentido, Chulvi, quien ha estado ocho años en la Diputación, cuatro de ellos siendo el portavoz de los socialistas desde la oposición, reiteró que dentro del obligado diálogo «se debe hablar también de gestión, de proyectos de futuro dentro de las competencias de la Diputación, y no solo de quién accede al gobierno» y apostilló que «tan importante es el qué se quiere hacer, como el quién lo hace».