Una de esas operaciones de ingeniería política que solo se produce en las elecciones municipales le ha terminado por dar un diputado provincial al PSPV en Alicante. Nunca en tres décadas, los socialistas se habían quedado tan cerca del PP en la Diputación. Están empatados a catorce escaños y serán la primera fuerza del hemiciclo provincial al ser los más votados en el conjunto de la provincia. Pero, sin embargo, ese avance puede convertirse en insuficiente para gobernar una institución en la que la derecha con los 14 diputados del PP y 2 de Ciudadanos tiene mayoría en ese hemiciclo frente a los 15 de la izquierda, catorce de los socialistas y el único de Compromís en la Marina Alta.

Socialistas y populares han peleado hasta el último suspiro ese escaño que estaba en liza en Villena por menos de dos docenas de votos. El domingo terminó con el diputado en manos del PP y el lunes amaneció con el color rojo del PSPV-PSOE por apenas 21 votos. El recuento definitivo celebrado en la jornada de ayer terminó con una lucha casi papeleta a papeleta que, finalmente, le entregó el diputado a los socialistas por un margen de 22 votos al tiempo que el PP revisaba todos los nulos para enjugar la diferencia hasta el punto de detectar cuatro sufragios que podrían ser susceptibles de un recurso. Finalmente, desistió ante la imposibilidad de cambiar el resultado y, por tanto, entregó la cuchara a los socialistas en un resultado que deja fuera del próximo Palacio Provincial nada menos que a Juan Molina, un histórico del PP de la época del zaplanismo y después del ripollismo además de eterno alcalde de La Cañada.

Y, precisamente, esa localidad que, hasta ahora, Molina controlaba con una mayoría aplastante de ocho concejales contra uno ha sido la que le ha dado la victoria en el partido judicial a los socialistas. Por dos motivos. Primero: Compromís, que también intentaba luchar por el escaño tras entrar en la coalición el hasta ahora alcalde «verde» de Villena, registró una candidatura en la localidad que será la única oposición a Molina y que el pasado domingo logró tres ediles frente a uno que, habitualmente, sacaba la oposición en esa localidad. Y segundo: los socialistas, que esperaban buenos resultados en localidades como Onil donde han logrado una mayoría absoluta o la propia Villena, validaron una lista «fantasma» con desconocidos en la localidad para intentar arañar votos. Sin hacer ni tan siquiera campaña, la candidatura, en los comicios del pasado domingo, sacó un total de 40 papeletas. No lograron representación en el consistorio de esa pequeña localidad. Pero, en último extremo, presentar la candidatura y esos cuarenta votos que han logrado computar en el macador se han convertido en una maniobra decisiva para poder conseguir ese escaño que, finalmente, los socialistas han conseguido por esa diferencia de 22 papeletas. Hacía varios mandatos que el PP copaba el diputado de ese partido judicial que, sin embargo, en estos cuatro años que ahora arrancan pasará ahora a manos de las siglas socialistas.