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ELECCIONES MUNICIPALES 26M

Las elecciones municipales agravan los problemas de Puig en la provincia

La fortaleza del PP en Alicante frente a la izquierda complica otra vez el mandato del Botànic - Los socios autonómicos quieren firmar el nuevo pacto para la Generalitat en algún enclave provincial emblemático como un primer gesto político para el arranque de esta legislatura

El resultado de las elecciones municipales del pasado domingo ha terminado por ahondar el problema del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en la provincia. Los datos en los municipios alicantinos le trasladan al jefe del Consell dos contratiempos con los que tendrá que lidiar durante los próximos cuatro años una vez que ha cubierto un ciclo electoral y que, en principio, no parece que vaya a celebrarse otra cita con las urnas a corto o medio plazo. A Puig esta contienda le ha ratificado dos evidencias que le complican notablemente el arranque del mandato: la fortaleza del PP como ya ocurrió en las autonómicas con un peso político que le facilita el poder en instituciones que ejercen de contrapeso a la Generalitat; la debilidad de los socialistas en zonas como por ejemplo la Vega Baja; y la evidencia de que los dos socios naturales de los socialistas -Compromís y Podemos- lastran los pactos de izquierda en la provincia por su debilidad en este territorio, muchísimo mayor en el caso de los morados.

Aunque el PSPV logró por poco margen más votos que el PP en los comicios locales del pasado domingo, lo cierto, sin embargo, es que los populares pueden vender una victoria gracias a convertirse en la primera fuerza en el Ayuntamiento de Alicante, estar en disposición de hacerse con el mando otra vez de la Diputación Diputación y de cosechar mayorías absolutas en Torrevieja y Benidorm además de tener cerca la opción de retener la Alcaldía de Orihuela. Están por delante de los socialistas tanto en número global de localidades en las que son primera fuerza como en volumen de concejales. Un escenario que no se produce, de ninguna manera, en Valencia y Castellón. En el Palau admitían con resignación la posibilidad de enfrentarse a un mandato durísimo como el que ha terminado ahora con un enfrentamiento casi continuado entre el Consell y, fundamentalmente, la Diputación presidida aquí por César Sánchez.

A la solvencia que ha mostrado el PP para evitar incluso el «sorpasso» de Ciudadanos, una sorpresa después de la debacle las generales y autonómicas de hace menos de un mes, se une, además, la debilidad endémica de los socialistas en una comarca con gran volumen de población como la Vega Baja, un quebradero de cabeza para el jefe del Consell junto a la ciudad de Alicante en la que, a pesar de crecer tres concejales, la campaña del candidato Francesc Sanguino ha sido un desastre y no se ha aprovechado el viento de cola que llegaba desde Madrid con Pedro Sánchez. Un empuje que sí ha impulsado a otros alcaldes en Elche, Elda, Alcoy o Dénia. Pero, a la vez, junto a ese problema que convierte a Alicante en la provincia más crítica con la gestión del Consell como ya se certificó en el resultado de las autonómicas y ahora de las municipales, Puig tiene que afrontar, a día de hoy, otro contratiempo: la debilidad de sus socios de Compromís y Podemos en la provincia de Alicante.

Son dos escenarios diferentes. Podemos se queda en una situación casi testimonial tras el horroroso resultado del domingo pasado. Con apenas un puñado de concejales y un porcentaje de votos que, incluso, le impediría entrar a las Cortes Valencianas en el caso de que el resultado de ayer fuera el de unas autonómicas, su líder, Rubén Martínez Dalmau, va a negociar desde una posición de absoluta debilidad la reedición del Botànic. No tiene ninguna ficha municipal que poner sobre la mesa. Nada. Compromís está lejos en Alicante de la fortaleza que sigue mostrando en la provincia de Valencia y, en menor medida, en Castellón. Sus resultados en esas dos provincias apuntalan muchos gobiernos locales para la izquierda y las dos diputaciones, algo que no se produce en la provincia donde sus dificultades electorales -un 8% de los votos en Alicante frente a casi el 20% en Valencia- lastran los pactos progresistas. Y, además, hay comarcas, especialmente las franjas monolingües castellanohablantes, en las que el discurso de Compromís genera reticencias que impactan en la Generalitat.

Así que está prácticamente decidido que la legislatura tiene que empezar con un gesto político por la provincia que evidencie el interés del nuevo Consell que compartirán los socialistas, Compromís y Podemos. Ese gesto tendrá que ver con el escenario elegido para la firma del acuerdo de gobierno. Con toda seguridad, será en la provincia de Alicante. Se está barajando un escenario en la capital alicantina aunque no está descartado que esa convocatoria simbólica pueda organizarse en Elche o, incluso, en Orihuela. Podemos, en la primera reunión, puso encima del tapete que la alianza se rubricara en el Montgó pero la idea ahora pasa por bajar más al sur, zonas en las que el Consell tiene más dificultad para extender su mensaje.

Ayer mismo, justo antes de la reunión de la ejecutiva del PSPV, el presidente de la Generalitat en funciones, Ximo Puig, aseguró que los socialistas asumen los resultados del 26-M «con la máxima responsabilidad y la máxima humildad y concordia» y apeló a la «generosidad» del resto de partidos en los pactos postelectorales, especialmente en la ciudad de Alicante y en la Diputación, puntos que eran claves en la estrategia del PSPV. «Me parece muy lamentable que la derecha española, las derechas españolas, en un momento determinado abracen sin más a la extrema derecha», aseveró.

El resultado en Alicante enciende las reuniones de las ejecutivas socialistas

Las direcciones de Puig y Millana resaltan el aumento de ediles, pese a haber perdido votos en las urnas municipales respecto a las europeas

El resultado de las elecciones municipales en la ciudad de Alicante protagonizó ayer parte de la Ejecutiva del PSPV, que se convocó horas después del cierre de las urnas y que contó con la presencia del secretario general, Ximo Puig. El fracasado intento de ser la primera fuerza política después de tres décadas de dominio del PP en la capital o de que los socialistas en las urnas de las municipales consiguieran unos 5.000 votos menos que en la de las europeas en la ciudad alicantina, pese al «fichaje» del independiente Francesc Sanguino, no fueron motivos suficientes para que la dirección del PSPV hiciera autocrítica. Tampoco lo fue, mucho menos aún, a nivel local, donde la Ejecutiva encabezada por Miguel Millana, pero controlada por Ángel Franco, optó por la autocomplacencia. Lo esperado.

Todo fueron palmaditas en la espalda, parabienes: por pasar de seis a nueve concejales (aunque alcanzar el gobierno parezca misión imposible al depender de un pacto con Cs y una tercera fuerza de entre Compromís, Podemos y Vox) y por el nivel de la campaña, que para la dirección local, pese a ser criticada por muchos (dentro y fuera del partido), tuvo un alto nivel para los que mandan en Pintor Gisbert.

Nada se habló, ni en Alicante ni en València, sobre posibles errores durante la campaña que explicasen el retroceso de una marca que tenía el viento de cola y que aspiraba a cotas mayores que mejorar su representatividad en la Corporación. Entre los miembros de ambas ejecutivas solo se escucharon críticas puntuales. En ambos casos se puso sobre la mesa el hecho de que el PSOE bajara cuatro puntos en las urnas de las municipales respecto a las europeas.

La crítica fue algo más intensa en la dirección local de Alicante, donde Eva Montesinos (actual portavoz del grupo municipal y aspirante en las primarias al puesto de alcaldable) incidió en que el candidato, el independiente Francesc Sanguino, «bajó» las expectativas de la marca del PSOE, según confirmaron fuentes socialistas. Ante esa situación, con un fichaje que no aportó votos sino que supuestamente restó apoyos según los resultados en las dos urnas de este domingo, Montesinos reclamó una reflexión de la dirección controlada por Franco: «¿Qué ha fallado?». No obtuvo respuesta. Sanguino, que acudió a la reunión de la dirección, resumió el estado de ánimo de los «hombres» del exsenador: «Estoy muy contento».

Un Consell de izquierda y un parlamento sin Podemos ni los ultras

Visto como se ha desarrollado todo el proceso electoral, la decisión del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha revelado como una jugada casi maestra para que la izquierda pudiera mantener el gobierno. Con los resultados de las municipales, en cualquier caso, la izquierda también habría mantenido el gobierno con 55 escaños entre los socialistas y Compromís con 38 para Ximo Puig y 17 para los de Mónica Oltra. La derecha, con el PP y Ciudadanos, no sumaría de ninguna de las maneras y apenas se repartiría 44 parlamentarios en el Palau dels Borja. Con los resultados del domingo, quedarían fuera de las Cortes Valencianas tanto Podemos como los ultras de Vox. No llegarían al 5% necesario.

Todo sobre las elecciones municipales 2019 y las elecciones europeas

Tras la celebración de las elecciones autonómicas y generales el pasado 28 de abril, los ciudadanos hemos tenido una nueva cita con las urnas en las elecciones municipales y europeas el pasado 26 de mayo. En INFORMACIÓN te contamos las noticias más destacadas tras la jornada de votación así como a los resultados de las elecciones municipales y europeas. Además, tendrás acceso a los mejores vídeos y fotografías de esta campaña.

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