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«Me presento para que un payaso no se limpie los mocos en mi bandera»

El militar Manuel Mestre, número uno al Congreso de Vox, se lanza a la campaña con un tono castrense

«Me presento para que un payaso no se limpie los mocos en mi bandera»

Con una gran bandera de España de fondo, las tres letras de color verde que identifican al partido de colgadas de una viga y el himno nacional sonando en la megafonía, la formación ultraderechista Vox clausuraba anoche el acto de presentación de sus cabezas de lista al Congreso, al Senado y a las Cortes Valencianas, unos candidatos que escuchaban firmes el himno, algunos con una mano en el pecho. Y frente a ellos, cerca de 600 personas que incluso habían pagado por «cargas sus pilas» escuchando a los dirigentes provinciales de cara a los comicios generales y autonómicos. Unos simpatizantes que, desde luego, no salieran defraudados del restaurante alicantino donde se celebró esta apertura de campaña en un tono muy eufórico y grandilocuente.

Los asistentes al acto, donde era difícil encontrar público de edad intermedia -la inmensa mayoría eran o muy jóvenes o personas mayores, muchos de los cuales lucían traje y corbata, los hombres, y tacón de aguja y bolsos de firma, las mujeres-, no vieron defraudadas sus expectativas, sobre todo porque la mayoría escuchaban hablar por primera vez a su «líder provincial», el teniente general del Ejército del Aire, ya retirado, Manuel Mestre Barea, candidato al Congreso. El militar quiso demostrar su «alicantinismo» diciendo en primer lugar, en tono jocoso, que «no era paracaidista, que era piloto». Luego repasó su biografía asegurando que tenía raices familiares en La Murada (Orihuela) aunque nació en Almería. De joven estudió en el colegio San José de Carolinas y el instituto Jorge Juan, y paseando por la Explanada «vi a cadetes que ligaban mucho y me motivaron para meterme en el ejército». Las bromas llegaron hasta ahí, porque Mestre reconoció a continuación que su objetivo en la vida ha sido «demostrar el amor a España, a la familia y a la honradez», los mismo fines que tiene Vox, un partido que «primero nos ignoraron, después nos despreciaron, luego nos ofendieron y al final venceremos».

Con ese mismo tono castrense hilvanó frases contundentes como que «más democracia no es más libertad» con otros mensajes más jocosos como decir que «a los trileros que nos engañan, Vox les va a meter un misil por ... [se calló un instante entre risas del público] la línea de flotación de muchos partidos políticos», dijo el candidato al Congreso por Alicante.

«Imperativo moral»

En todo caso, la frase más aplaudida fue cuando explicaba por qué «se presenta este carcamal». Su respuesta es que toma esta decisión por «imperativo moral», porque «no me puedo quedar impasible cuando un payaso se limpia los mocos en mi bandera, que yo he jurado defender hasta la muerte». La ovación no se hizo esperar. Con la ex presidenta provincial Ana María Cerdán, apartada del cargo horas antes de presentar las listas, dando paso a los candidatos, la primera en hablar fue su sucesora , la número uno a las Cortes Valencianas, Ana Vega, una jurista que aseguró ser una de las responsables de «sentar en el banquillo a los golpistas catalanes».

La también presidenta de la gestora provincial anticipó que su intención es modificar la ley de violencia de género y eliminar las «injustas leyes de memoria histórica». Detrás de ella intervinieron el número dos a las Cortes, David García y los dos primeros candidatos al Senado, Pascual Moxica y Gerardo Caballero. Entre los asistentes el ex edil del PP, José María Rodríguez Galant, que se «deja querer» para ir en la lista municipal de Alicante. Y para cerrar el acto, el teniente general Mestre Barea que entró en el salón con una bandera de España sujeta en el brazo, que colocó en una mesa delante de los asistentes. Con un micro inalámbrico en la mano, este militar que estudia Humanidades en la UA, también criticó el «miedo de los profesores que no tienen libertad cuando dicen alumnos y alumnas, miembros y miembras». De fondo escuchaban unos 20 jóvenes, de los que solo tres eran mujeres.

Los ultras reúnen a 600 personas que pagan 20 euros por un «cóctel»

El primer acto de los ultras de Vox en Alicante consiguió reunir a unas 600 personas que llenaron por completo el salón de celebraciones de un restaurante de la ciudad, el mismo donde cerró un acto del PP su presidente nacional, Pablo Casado, hace unas semanas. Las comparaciones entre ambos eventos políticos no se hicieron esperar, y de hecho, los responsables de la campaña de ultraderecha se vanagloriaban de haber reunido a más asistentes que Casado, y encima «ese día vinieron gratis». Anoche se vendieron 593 tíckets a 20 euros en concepto de «cóctel», que pagaron todos los asistentes aunque muchos tuvieron que quedarse de pie. El aforo del local, fijado en 350 personas, se superó ampliamente en este inicio de campaña de Vox.

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