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La pirueta final de las listas del PP le da un respiro a Bonig y Císcar ante la presión de los afines a Casado

La cúpula regional y provincial logran mantener a la diputada Elisa Díaz, hija de Alperi, como número cuatro de la lista a las Cortes por Alicante

Elisa Díaz.

La última pirueta con tirabuzón y doble salto mortal de las listas del PP le ha terminado por dar algo de aire, al menos de momento, a la candidata a la Generalitat, Isabel Bonig, y al presidente provincial y número uno a las Cortes por Alicante, José Císcar, frente a la presión de la tropa de Pablo Casado. El sainete dominical con la decisión de suspender el registro de las candidaturas para la doble cita de generales y autonómicas del próximo 28 de abril y abrir un pulso sobre el futuro de Elisa Díaz en el cuarto puesto de la lista a las Cortes Valencianas se saldó, finalmente, con la continuidad de la hija de Alperi, a la que defendían desde la dirección regional y provincial por su trabajo durante los últimos cuatro años. Todo ello frente a la presión de la tropa de Pablo Casado para purgar a la parlamemntaria y aupar a ese puesto a la jurista ilicitana Lucía Cerón.

A lo largo de la jornada del domingo, desde que se suspendió el registro de las listas del PP con casi todos los aspirantes en la Junta Electoral para hacerse la foto de cuerpo presente, se sucedieron los movimientos para propiciar la salida de Elisa Díaz y su relevo por Cerón. Una posibilidad que se veía con buenos ojos desde Elche que, tras relegar a José Salas a un puesto de improbable elección en la candidatura a las Cortes, se había quedado sin cuota en esa lista. Desde la agrupación ilicitana aseguran que Génova les pidió un nombre para sustituir a Elisa Díaz y que, efectivamente, sugirieron el de Lucía Cerón, hermana del juez que preside de la Audiencia Provincial de Alicante y que había estado en alguna de las «quinielas». Desde las filas de los partidarios de Casado alegaban que el nombre de la diputada podía aparecer citada en algún tipo de procedimiento judicial, algo que la dirección provincial y regional descartaban. Un nuevo conflicto interno.

La situación llegó al punto que, a media tarde, todo el mundo daba por hecho que el presidente nacional del PP, Pablo Casado había activado el botón del relevo. A última hora de la noche, sin embargo, la tortilla empezó a dar la vuelta de nuevo. El secretario general del PP y la persona encargada de negociar las candidaturas, el murciano Teodoro García Egea, mantuvo contactos directamente con Bonig para resolver el conflicto. En la continuidad de Elisa Díaz también jugó un papel importante el PP de la ciudad de Alicante, que se quedaba sin nadie hasta el puesto seis y que se asomaba a una jugada que luego afectaría a Luis Barcala para la lista municipal en el caso de que se le pidiera repescar a la diputada. A medianoche, la opción se había revertido y la decisión de mantener a Elisa Díaz estaba tomada frente a la de Lucía Cerón. De hecho, el apoderado general del PP, Adrián Ballester, número tres de la lista autonómica acudió ayer por la mañana y antes de lo previsto a registrar la lista a las Cortes pero también la del Congreso y el Senado con la documentación confirmada desde Génova.

Elisa Díaz es una de las personas de confianza de Isabel Bonig y José Císcar además de una diputada muy próxima al vicesecretario regional del PP, José Juan Zaplana. Su futuro no había estado nunca en duda durante la negociación de las listas. Respiran Bonig y Císcar que ganan tiempo a la espera del resultado electoral, su último asidero siempre y cuando puedan desbancar al Consell del Botànic. Pero el movimiento ha generado un profundo malestar interno por la imagen negativa que ha ofrecido el PP. Isabel Bonig, en declaraciones en València, aseguró que se trata de unas «listas muy buenas» y apostó por cerrar filas. «Hay que remar y sumar todos juntos», concluyó.

Un apoderado con mucho mando que presentó la lista solo

A diferencia de lo que ocurrió el pasado domingo cuando el PP citó a la mayoría de sus candidatos para registrar las listas de las generales y autonómicas en la Junta Electoral, en esta ocasión, a la presentación de las candidaturas solo acudió una persona. Fue el apoderado del PP y vicepresidente de la Diputación, Adrián Ballester. Sin duda, es uno de los ganadores del proceso electoral interno: se ha convertido en el hombre de Casado en el grupo parlamentario del PP en las Cortes. Lleva años fuera de la escena autonómica. Desde que estuvo en el Institut Valencià de la Joventut. Ahora vuelve con mando en plaza. Pero, sin embargo, ayer fue a presentar las candidaturas en solitario. Nadie más. El PP no quería otro espectáculo después de la «ópera bufa» que se vivió el pasado domingo.

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