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El candidato de la ultraderecha alicantina de Vox se sienta a la mesa con el número dos de Casado

Manuel Mestre acudió a una comida con Teodoro García Egea a la que fue invitado personalmente por Emilio Bascuñana

Manuel Mestre, con corbata, en el centro de la imagen junto al alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana

Hace apenas dos semanas, el número dos de Pablo Casado, el murciano Teodoro García Egea, estuvo en Orihuela para calmar las aguas del PP en la capital de la Vega Baja, un escenario clave para el resultado electoral que puedan lograr los populares en la doble cita con comicios generales y autonómicos del próximo 28 de abril. La visita tenía como objetivo avalar a Emilio Bascuñana como aspirante a la reelección en la Alcaldía contra la voluntad de la dirección regional del PP y de paso, como luego hemos sabido, empezar a visualizar al presidente de la Diputación, César Sánchez, como número uno al Congreso de los Diputados por Alicante.

Con posterioridad a la comparecencia pública de Teo, como así se conoce al hombre de confianza de Casado entre los dirigentes del PP, se celebró una comida en el Casino a la que asistió, entre otras personas, un teniente general retirado del Ejército del Aire natural de Orihuela, que fue invitado personalmente por Emilio Bascuñana. Este militar que comió con el número dos del PP es Manuel Mestre Barea, desde hoy número uno de la ultraderecha de Vox al Congreso de los Diputados por Alicante, como confirmó la formación a través de su perfil de Twitter.

Hace unos meses, Mestre Barea, ahora aspirante a ocupar un sillón en el Congreso por la ultraderecha y de 67 años de edad, ya fue agasajado en Orihuela por el alcalde Bascuñana con un homenaje en la reinauguración de un parque que ya llevaba su nombre desde 2011 en la pedanía oriolana de la La Murada siendo primera edil Mónica Lorente, hoy en el banquillo por Brugal. El ahora candidato alicantino de Vox estuvo al frente del Mando de las Fuerzas Conjuntas de la OTAN en Lisboa. Su último destino en activo fue el de Jefe del Mando de Personal del Ejército del Aire hasta 2015, cuando pasó definitivamente a la situación de la reserva. Ahora baja a la arena política.

La estrategia de fichar militares es un movimiento que Vox está poniendo en marcha en toda España. Cuatro cuadros de alta graduación del Ejército ya han confirmado que engrosarán las candidaturas ultras, dos de ellos, el número uno por Castellón y el cabeza de lista de Cádiz, además, firmantes de manifiestos a favor del dictador Francisco Franco. Desde luego, es un arma de doble filo: puede impulsar a votantes de la derecha que estaban con el PP a alinearse con Vox pero también, desde luego, ejerce de agente movilizador de la izquierda. Y en esta Comunidad, además, a esas generales se unen unas autonómicas con dos bloques que pugnan por la mayoría.

Aquí las cartas están claras: el PP no le hace ascos a los pactos con Vox mientras la izquierda ya ha dejado claro que, de sumar, volverá a llegar a acuerdos para gobernar en España y la Generalitat. Ahora está por ver lo que hace Ciudadanos, encajonado por su anuncio estratégico de no querer llegar a acuerdos con los socialistas, un movmiento que ahora se está replanteando en su enésimo viraje político. Ojo a las cabriolas de Albert Rivera en los próximos días. Todo juega en un escenario en el que una victoria política se puede resolver por la mínima.

La entrada en escena de un militar de Orihuela como número uno de Vox tiene además un componente estratégico por parte de Vox. Pescar en una comarca caladero de votos de la derecha, con un enorme volumen de población y en la que, hasta ahora, el PP se había convertido en la fuerza hegemónica. Así que la ultraderecha no sólo se sienta en la misma mesa que el número dos de Casado sino que va a intentar disputarle su espacio en su propio granero electoral: la Vega Baja.

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