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Hacia la doble cita con las urnas

¿Por qué el futuro del Consell está en Alicante?

El resultado de los principales partidos en la provincia, la correlación en puntos clave y el impacto de la ultraderecha puede determinar el color de la Generalitat

Un votante entrega su papeleta en unas elecciones autonómicas. información

Los 35 diputados que hay en juego en las elecciones autonómicas del 28 de abril por la provincia de Alicante determinarán, en gran medida, quién ostentará el mando de la Generalitat a partir de esa fecha. Las diferencias en las que se podrían mover las cinco fuerzas a día de hoy con representación, a la que se une la más que previsible entrada en las Cortes de los ultras de Vox hace que estén asegurados cambios en la distribución de escaños. Hace cuatro años, la diferencia que el socialista Ximo Puig le sacó a Mónica Oltra, líder de Compromís, en Alicante fue la que le facilitó hacerse con el mando del Consell. Y ahora el liderazgo de los dos bloques, izquierda o derecha, que se juegan de la Generalitat también se acabará decidiendo por esa correlación de fuerzas en la provincia.

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Las diferencias

Ahora hay seis fuerzas por encima del 5% autonómico que permite entrar en las Cortes. En 2015 obtuvieron escaño por Alicante cinco partidos (11 el PP, 9 el PSOE y 5 Cs, Compromís y Podemos). Cuatro años después habría que contemplar la entrada de Vox y las repercusiones de cualquier ligero movimiento de fuerzas. Compromís, por ejemplo, está obligado a crecer en Alicante si quiere disputarle a Puig el liderazgo de la izquierda. No le queda otra. «En Valencia esperamos crecer pero sin un aumento en Alicante será imposible», admite el portavoz de Compromís en la Diputación, Gerard Fullana. El resultado de Podemos en la provincia también es decisivo para la suerte del Botànic. Su candidato a la Generalitat, Rubén Martínez Dalmau, es a su vez número uno provincial. En la derecha pasa algo parecido, el PP se refugia en sus mejores porcentajes en Alicante para liderar el flanco de la derecha, que se reordenará con la entrada de los ultras y el impacto que eso tenga en el PP pero también en Cs.

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Objetivo: la Vega Baja

Todos los partidos potenciarán la Vega Baja, un territorio con un gran volumen de población junto al área de Alicante y Elche. Hay dos temas fuerza que tienen allí su epicentro: el agua y el conflicto lingüístico. Todos los partidos se han marcado esta comarca en rojo en sus agendas. Hace meses que Ximo Puig ha redoblado su presencia allí y también Isabel Bonig. Ciudadanos ha elegido a su coordinadora en la Vega Baja, María Quiles, como número uno a las Cortes . Y hasta Compromís quiere jugar sus cartas en una zona muy complicada para su mensaje. Hace unos días, cuatro consellers, con Mónica Oltra a la cabeza, protagonizaron una charla en Orihuela. Y ya preparan un acto, incluso, con Joan Baldoví, su otro gran activo.

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Estructuras municipales

Ahora no se puede decir que Ciudadanos y Podemos acaban de llegar. Sus estructuras, aunque moderadamente, han crecido en Alicante. Eso les permitirá tener más armas. A eso se acoge Ciudadanos, como dice su coordinador autonómico, Emilio Argüeso: «Hace cuatro años apenas teníamos una estructura de partido formada, y ahora con muchos más afiliados, pensamos pegarle un bocado importante al PP en la Vega Baja y l’Alcoià». Podemos, a diferencia de hace cuatro años, tendrá marcas en los pueblos que se tendrán que movilizar en las autonómicas para llegar vivos a las municipales de mayo. El impacto que la carencia de estructuras locales tendrá sobre los ultras de Vox es una de las grandes incógnitas electorales de la doble cita con las urnas del próximo 28 de abril.

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La irrupción de la ultraderecha

Todas las encuestas le dan representación a los ultras de Vox en las Cortes Valencianas. Una evidencia que cobra más peso, como explica el sociólogo Daniel La Parra, cuando «lo normal con un partido minoritario es ignorarlo y aquí se está dando lo contrario, hasta organizar una manifestación y hacerse la foto. En lugar de invisibilizarlo lo ponen en el medio». En Alicante, la ultraderecha puede pescar más en tanto que la bolsa del PP y de Cs, en la que come, es porcentualmente mayor que en el resto de la Comunidad. Y el resultado de los ultras es determinante: le quita los votos a sus socios de la derecha pero una vez entre en las Cortes, le resta escaños a todos los grupos.

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El voto útil en cada bloque

La lucha por el «disputado voto útil» va por bandos. En la derecha, «la llegada de Vox nos va a perjudicar a nosotros pero también a Cs», admite el presidente provincial del PP, José Ciscar. El que retenga más votos de la fuga a Vox, saldrá favorecido en la provincia. En el otro lado, Compromís, sin embargo, confía que su mayor presencia municipal respecto a Podemos para arrastrar voto útil de la izquierda que también busca Puig.

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Movilización por partida doble

La cita con las urnas del 28-A hace que la movilización tenga que ser doble. Compromís, la única marca sin referente en Madrid, quiere captar votos para las autonómicas que le sirgan en la urna de las generales, como comenta Fullana. Para el resto, partidos de ámbito estatal, todo es al revés. Confían en el refuerzo de sus primeros espadas de Madrid. «Tenemos una consellera y la figura de Ximo Puig pero contamos con Pedro Duque, un ministro, para las generales. Y Pedro Sánchez viene el día 23 en precampaña», señala Toñi Serna, secretaria de Acción Electoral del PSPV. Una carrera apasionante a resolver en la provincia.

Encuestas con un gran margen de error y una amplia bolsa de indecisos

El sociólogo y profesor de la Universidad de Alicante, Daniel La Parra, asegura que en la provincia de Alicante «no se hacen encuestas con una muestra suficientemente representativa para evitar un elevado margen de error». Este analista de encuestas de opinión explica que, lo habitual es «proyectar los resultados de encuestas nacionales, sobre el conjunto de toda España, para la provincia. Y entonces, el margen de error se amplía. Para un sondeo con 1.000 casos el margen de error es de más/menos 3%, lo que supone una horquilla enorme de seis puntos de diferencia. Si esos números se trasladan a la provincia, las variaciones son tan enormes como dar un salto al vacío», comenta La Parra. Otro factor importante son las variaciones en la orientación del voto. «Hay tendencias marcadas, pero con una campaña tan larga y con una oferta tan grande, que de bipartidismo se ha pasado a seis opciones, puede haber mucha oscilación», comenta este sociólogo, para el que este abanico tan amplio «fomenta la indecisión pero no la abstención». En todo caso, esta provincia, «sin ser capital de autonomía, esta muy lejos de circunscripciones pequeñas. De alguna manera, Alicante es única».

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