Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Císcar defiende su liderazgo en el PP y carga contra los que avivan la guerra interna

Isabel Bonig acude a la Junta Directiva en Alicante para salir al rescate de su presidente provincial, que reta a los críticos a dar la cara

Císcar defiende su liderazgo en el PP y carga contra los que avivan la guerra interna

José Císcar, presidente provincial del PP, volvió a demostrar en la reunión de la Junta Directiva de su partido que, como le reconocen hasta algunos de sus detractores más acérrimos, es un dirigente con margen de maniobra y capacidad para resistir frente a la espiral de tensión interna que se ha instalado en las filas de los populares alicantinos. Arropado por Isabel Bonig, presidenta regional del PP, y por la secretaria autonómica Eva Ortiz en una imagen que buscaba escenificar la unidad entre ambos dirigentes, Císcar defendió su liderazgo dentro de la organización en la provincia en una intervención de tono duro. No contempla, como ya detalló este periódico, abandonar su puesto. Y encima salió al contraataque con un reproche dirigido contra los cargos, en su mayoría afines a Pablo Casado, que avivan la guerra interna en el partido en vísperas de unas elecciones decisivas en la que los populares se la juegan casi a cara o cruz.

Sobre la convocatoria de la Junta Directiva Provincial del PP planearon las tensiones de las últimas semanas con los movimientos que tienen epicentro en Génova para debilitar a Císcar e incluso, llegado el caso, promover su relevo. Uno de los motivos, sin duda, es el pulso abierto por la candidatura del PP a la Alcaldía de Orihuela, donde Génova quiere mantener a Emilio Bascuñana contra el criterio de la dirección regional, que es la que tiene las competencias para esos nombramientos. La presencia de Bonig junto a Eva Ortiz, aunque ya han asistido en otras ocasiones a los cónclaves del PP en Alicante, no fue casual. La presidenta regional explicitaba así su apoyo a Císcar en un momento muy complicado para el presidente provincial, al que le están tratando de mover la silla en lo que se está convirtiendo en un elemento más de presión de cara a la confección de las listas electorales.

Frente al pulso planteado desde Génova con la espita del conflicto en Orihuela junto a una apuesta decidida por el presidente de la Diputación, César Sánchez, único dirigente de la Comunidad en el comité de campaña de Casado, Bonig y Císcar evidenciaron que van a intentar mantener una posición conjunta de cara a la elaboración de esas candidaturas -su intención es dar continuidad a los diputados que han peleado contra el Consell del Botànic- y llegar hasta las elecciones de mayo con posibilidades de dar la batalla.

Hace unos meses, las opciones de alcanzar el Palau de la Generalitat eran muy reducidas. Pero Andalucía, con el ascenso de los ultras de Vox, le abrió las puertas y le concedió a Bonig una opción de retornar al Consell aún con el riesgo de anotarse un importante retroceso electoral. Y si eso ocurre, tanto la presidenta regional del PP como Císcar aguantarán el tirón para hacer frente a la presión de los seguidores de Casado, que sugieren la alternativa de César Sánchez. El responsable de la Diputación, miembro de la dirección nacional, se sentó en la mesa presidencial con un discurso en el que apeló a la lealtad y la unidad.

En una intervención a puerta cerrada que llevaba escrita y por tanto muy meditada, Císcar relató, efectivamente, la travesía por la que había transitado el PP durante estos años hasta encontrarse con una opción de poder gobernar. El presidente provincial dejó claro que fue elegido por el congreso y que, por tanto, no se retirará. Y criticó la falta de responsabilidad de los que le atacan desde dentro del partido minando el proyecto popular a las puertas de unas elecciones antes de retarles. Les emplazó a «dejar de hablar por detrás» para dar la cara. «La puerta de mi despacho está abierta», les dijo. Isabel Bonig fue muy clara. Cuadró una intervención en la que, en síntesis, colocó a Císcar como uno de los pilares de su proyecto en el PP y pidió evitar que la atención del partido se distraiga de cara a la cita electoral. Allí se la acabarán jugando todos.

Una reunión en la que hubo intervención

Las reuniones de la Junta Directiva Provincial del PP se suelen despachar con las invervenciones de los miembros de la presidencia y poco más. Algunos de los partidarios de Pablo Casado en Alicante estaban en la sala de la sede provincial en la que se celebró la cita pero en ningún caso tomaron la palabra. Pero, en esta ocasión, sí hubo, al margen de los discursos de la cúpula, un militante que decidió intervenir. Fue Julio de España. El que fuera máximo responsable de la Diputación durante ocho años y también presidente provincial del PP con Eduardo Zaplana en la Generalitat se apuntó, de alguna manera y en síntesis, a la petición de enfriar las tensiones internas por la cercanía de las elecciones, el hito en el que debían centrarse, en su opinión, los populares. Pero antes, y eso nadie lo dijo, tendrán que hacerse las listas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats