La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, denunció ayer la «infrafinanciación» del conjunto del subsector de las comunidades autónomas, que se encuentra «descompasado», ya que hay una diferencia de 800 euros por habitante en financiación entre la región mejor financiada (Cantabria) y la peor tratada (Comunidad Valenciana). El capote de Montero a la Comunidad Valenciana un día después de la reunión en La Moncloa entre el presidente valenciano Ximo Puig con el jefe del ejecutivo Pedro Sánchez fue un segundo aliento para el Consell, que volvió a ver un gesto del Gobierno de Sánchez con una comunidad autonóma que ha estado ahogada financieramente hasta el extemo.

El dato lo dio la ministra en la Comisión de Hacienda en el Senado para explicar las líneas generales y los objetivos de su departamento, en donde ha valorado que el pasado 26 de septiembre se reuniese por primera vez el grupo de trabajo político en torno a la financiación autonómica, tras varios meses de reuniones del grupo técnico. María Jesús Montero explicó que estos trabajos «multilaterales» que han empezado a funcionar permitirán cuantificar la «ineficiencia» de recursos y ponderar el reparto de la financiación entre los territorios, si bien cree que el conjunto del sector está «infrafinanciado».

En su opinión, el reparto se encuentra «descompasado» ya que hay una diferencia de 800 euros por habitante entre Cantabria la Comunidad, situación a su juicio «inexplicable». «Ese elemento hay que corregirlo y corregir la bolsa global que se reparten las CCAA porque está infrafinanciada, tienen que tener una mayor participación en la recaudación tributaria que realiza el Estado», apostilló. De esta forma, dijo que hay un trabajo «importante» por delante del que confía que salgan nuevas fórmulas que permita a las comunidades autónomas superen «definitivamente» la crisis, tras el volumen de «estrangulamiento autonómico» que ha supuesto la «asfixia financiera» en los últimos años.

El Ejecutivo planea por ahora que las comunidades salgan al mercado para poder financiarse y dejen atras mecanismos de financiación como el Fondo de Liquidación Autonómica (FLA), ya que «solo pueden tener una verdadera autonomía política cuando se tiene autonomía financiera». «Tenemos un trabajo arduo y estamos en el conjunto de foros discutiendo sobre estas materias e intentando superar las diferencias legítimas, buscando comunes denominadores y poner bases para la reforma futura», añadio la ministra tras valorar el esfuerzo de las autonomías en materia de racionalización de gasto. Consideró que el primer «gran acuerdo» sobre el modelo de financiación autonómica se puede conseguir en torno a la insuficiencia de recursos y que ésta sea reconocida por el Estado.

En su opinión, también tiene que haber consenso en la distribución variable que compone el modelo, de forma que se tenga en cuenta a la población como elemento fundamental, y parámetros como el de la pobreza y proceder a una «armonización» de impuestos transferidos , como Sucesiones o Donaciones.