El nuevo órdago de la Generalitat a las diputaciones para que trasvasen sus competencias impropias al Consell y le cedan el control de sus presupuestos anuales no tiene visos de cuajar por ahora en la provincia de Alicante. El presidente de la Diputación, César Sánchez, desconfió ayer de la nueva ofensiva del Consell para vaciar de contenido a las instituciones provinciales -que llegó a modo de propuesta de trabajo en comisiones mixtas- y criticó la «injerencia» del Gobierno del Botànic. «Si la Diputación de València quiere ceder por ideología o cualquier otro motivo a las injerencias del Consell, yo no lo comparto. La Diputación de Alicante defenderá su autonomía», señaló César Sánchez al conocer el acuerdo alcanzado ayer entre el jefe del Consell, Ximo Puig, y el presidente de la Diputación de València, el socialista Toni Gaspar, apoyado por Compromís para iniciar el traspaso de competencias de la institución provincial valenciana al Consell.

Puig y Gaspar, sustituto de Jorge Rodríguez, pactaron ayer en el Palau de la Generalitat la creación de dos comisiones de trabajo para avanzar en el traspaso de competencias, lo que el presidente Puig justificó en «una mayor complementariedad entre las dos administraciones para superar ineficiencias y duplicidades». El modelo de València, que se propondrá a la institución de Alicante según ratificó Ximo Puig, supone crear dos comisiones de trabajo. Una se enfocará en el traspaso de las competencias propias que el Estatuto de Autonomía determina para la administración autonómica. La segunda «se centrará en determinar el presupuesto que cada una de las partes destina a distintas acciones», indicó Puig. Todo ello bajo la palabra «coordinación» para evitar que existan duplicidades.

Pero el órdago no se queda solo ahí. El acuerdo con las diputaciones afecta también al presupuesto anual de las instituciones provinciales. La idea es, explicó Puig, «conjugar la acción presupuestaria de 2019». Es decir: elaborar políticas conjuntas que sean acordadas de forma bilateral y que conlleven su correspondiente partida presupuestaria en las cuentas del año que viene, unas cuentas que la Diputación de Alicante ya ha empezado a elaborar. Preguntado por si de este modo se inicia el itinerario para vaciar competencias de la Diputación y que las asuma la Generalitat, Puig dijo que «se está produciendo un hecho que la propia legislación configura hace años».

El encuentro entre Puig y el presidente de la Diputación de Valéncia se produjo en pleno debate sobre el vaciado de competencias de las diputaciones provinciales. Se trata de un objetivo que las tres patas del gobierno del Botànic (PSPV, Compromís y Podemos) ya han intentado desde varios frentes. La estrategia del Botànic ha encontrado tensión y recelos en las diputaciones de Alicante y Castellón, controladas por el PP, mientras que en València su presidente Toni Gaspar defendía ayer la coordinación entre ambas instituciones y hablaba de un proceso «hacia adelante» sobre algo que su homólogo alicantino calificó de «injerencia».

Desde la aprobación de la Ley de Mancomunidades la semana pasada en las Cortes -normativa que permite crear entes supramunicipales en forma de mancomunidades para optar a los recursos dela institución provincial- no ha habido ningún tipo de comunicación entre Diputación de Alicante y Consell. César Sánchez admitió ayer que todo lo que sabe sobre esta normativa es por la prensa y recordó que Puig lleva sin pisar la Diputación de Alicante desde que asumió su cargo como jefe del Consell. Si César Sánchez no se suma por propia voluntad es probable que tenga que hacerlo cuando llegue a las Cortes la nueva ley de la administración local. Las competencias que la Diputación podría acabar cediendo son la gestión del Hogar Provincial, la teleasistencia, la gestión del centro de salud mental Doctor Esquerdo y el instituto de la Familia Pedro Herrero.