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«La política educativa y lingüística de Marzà también es de los socialistas»

Manolo Mata Gómez (València, 1959) es una de las personas de máxima confianza del presidente de la Generalitat, Ximo Puig

«La política educativa y lingüística de Marzà también es de los socialistas»

P ¿El veto de Pedro Sánchez a una nueva financiación y la negativa a condonar, al menos, una parte de la deuda rompen el discurso de este Consell de Pedro SánchezXimo Puig

R No hubo veto. Sí pienso que hizo algo muy asentado en política que es quitarse los marrones gordos de encima desde el principio para que no te líen. Y no estuvo afortunado. Luego la ministra dejó claro que, aunque es complicado, se buscarían soluciones para seguir avanzando. Sobre la deuda, el ministro Ábalos dijo que no estaba por la condonación pero sí por la mutualización que, al final, es una reducción encubierta al acabar siendo toda esa deuda del Estado.

P Pero una parte clave del discurso del Consell se viene abajo si en estos dos años no se pudiera encauzar una solución para el nuevo sistema de financiación...

R Nosotros no vamos a bajar ni el listón, ni la presión, ni la reivindicación... Es de justicia. Nos tenemos que acostumbrar a que en un Estado casi federal como este, cada territorio tiene sus peticiones al margen de las ideologías. Da igual el que gobierne. No podemos dar por supuesto, esté el que esté en la Moncloa, que un valenciano tenga menos recursos que los ciudadanos del resto de España.

P ¿Y qué van a hacer con el problema del agua? Castilla-La Mancha dice ahora que rechaza que el agua del Tajo-Segura

R El agua no es de ninguna comunidad. Es de todos. Y los que más la necesitamos somos nosotros. Es una batalla que no podemos perder. Tenemos que acostumbrarnos a que hay determinadas cosas como el agua que son de todos. Es nuestro oxígeno. Es fundamental para la agricultura, el turismo y parte de nuestra industria. No vamos a renunciar nunca a los trasvases. Ahora conocemos esta postura de Castilla-La Mancha. Y nuestra posición es la de siempre. Espero que el Gobierno de España no nos deje colgados en este asunto. Es una prioridad nuestra.

P Pese al cambio, seguimos sin poder valenciano en Madrid...

R Pues no lo sé. Lo que veo es que, en estos momentos, la persona que probablemente más poder acumula en el PSOE y en el Gobierno, por su capacidad de gasto, es José Luis Ábalos. Todo el mundo sabe lo que nos pasa, la gente conoce nuestra situación financiera, este Consell es un modelo de cohabitación de las izquierdas... Y eso está bien. El poder artificial de contratar a periodistas de Madrid con dietas altas para ir a un programa de Canal 9 como hacía Zaplana no arreglaba problemas.

P ¿La detención del presidente de la Diputación de Valencia y la denuncia sobre la financiación del PSPV

R Muchas cosas pasan, precisamente, porque el compromiso y la imagen era la de limpiar. Y se intenta tirar alguna sombrita para oscurecerlo. El tiempo dirá sobre una cuestión y la otra. Esa operación en la Diputación de Valencia sobre unos contratos que pueden ser discutibles pero que se hicieron para contar con gente honrada como cordón sanitario de una empresa en la que se esquilmaron millones en época del PP me parece desmesurada. Pero, con todo el dolor del mundo, hubo una reacción inmediata y rápida por nuestra parte. Y el otro asunto que citaba sobre nuestra financiación en la campaña de 2007, desde luego, sí se está disolviendo como un azucarillo. Al PP, en su momento, le costó muchísimo reaccionar. Tenían un control casi absoluto del aparato mediático, ideológico, social de la Comunidad. Pero la justicia que es lenta, pero segura, les está llevando a un sitio muy concreto. Nuestras reacción ha sido muy clara y muy rápida.

P Cumplimos tres años de gobierno del Consell del Botànic

R Seguir con una agenda que empezamos y que, a pesar de las dificultades, ha significado que la gente viva mucho mejor. Hay cerca de dos millones de personas que ya no tienen copago farmacéutico, los niños tienen gratuitos los libros de texto en los colegios, ahora se paga la atención de la Ley de Dependencia, hemos saldado casi todos los pufos de la etapa del PP que superaban con holgura los mil millones, nuestra economía crece por encima de la media, el año pasado tuvimos los mejores datos turísticos de la historia, hay un descenso brutal del desempleo, un reconocimiento de la convivencia entre las izquierdas sin que se produzcan grandes dramas... Somos la envidia de muchos gobiernos. Tenemos que seguir en esa senda. Es verdad que hay dificultades: la herencia que recibimos tiene demasiadas esquinas. Pero hay que agradecer a Compromís, a Podemos y también, en muchas ocasiones, a Ciudadanos que contribuyan a poder cambiar todo este escenario.

P ¿Y en las Cortes?

R Es innegable que el centro de la vida política ha vuelto al parlamento. Hacen falta geometrías muy complicadas y hemos logrado aprobar, hasta ahora, 57 leyes, no hemos tenido ninguna derrota parlamentaria significativa, hemos aprobado tres presupuestos y ahora nos falta culminar. Aquí hubo un problema. Este Consell no relevaba a otro gobierno. Sucedía a un régimen político. Y eso nos obligó a empezar de cero. Y tardamos 18 meses en que llegaran proyectos de ley a las Cortes. Ahora la maquinaria se ha puesto a toda velocidad y tenemos un calendario muy apretado para estos meses: modificación de leyes urbanísticas, una de la infancia, otra LGTBI, la ley de comarcalización... Podemos acabar con diez o quince leyes más.

P ¿Y ve factible aprobar la reforma de la ley electoral con la rebaja del listón para tener representación en las Cortes Valencianas?

R Por activa y por pasiva, Ciudadanos ya ha dicho que no quiere...

P ¿Les van a presionar? Lo llevaban en su programa electoral...

R Cierto. Lo que más envejece, precisamente, es la nueva política. A pasos agigantados. Ciudadanos incluyó esa medida en su programa electoral . Entonces creían que podían tener problemas para entrar en el parlamento y, cuando se ven con las encuestas a favor, lo primero que hacen es oponerse. Estamos dispuestos a renunciar a cualquier modificación siempre y cuando se apruebe la rebaja del techo para acceder a las Cortes. Y ni siquiera así quieren. Están bloqueando totalmente la reforma.

P ¿Puede garantizar de aquí al final de esta legislatura que no se va a aprobar ninguna tasa turística?

R Es un tema muy debatido. Tiene ventajas e inconvenientes pero en esta legislatura no se va a aprobar la tasa turística. Ahora bien, hay que seguir dándole vueltas. ¿Podría circunscribirse a una decisión libre de cada municipio? Probablemente sí. Es un tema que no se puede desdeñar. Está extendido por toda Europa y no podemos ser ajenos al debate.

P Haciendo autocrítica. ¿En qué políticas se han quedado cortos?

R Sin duda, en resolver los problemas de acceso a la vivienda.

P Antes hablaba de la convivencia de la izquierda. ¿Cómo se llevan con sus socios de Compromís?

R A nivel personal, el trato es excelente. Al final, todos se quieren diferenciar. Y me parece bien. En ocasiones, incluso, beneficia a ambas partes. Pero de ahí a convertir eso en un espectáculo me parece inadecuado.

P Lo digo porque no parece, especialmente estas últimas semanas, que la relación del PSPV y Compromís sea demasiado buena...

R La relación es buena. Los gobiernos del PP también eran de coalición: los que espiaban y los espiados, los que filtraban y las víctimas de los que contaban, los que se hablaban con los que no... Aquí, por contra, tenemos una cohabitación generosa. Es verdad que hay puntos discordantes. Y a medida que se acerque la campaña serán más visibles. Si todos pensáramos igual seríamos del mismo partido. Y no lo somos. Ni los de Compromís ni los del PSPV. Claro que habrá una competencia electoral. Pero hay que darle normalidad y trabajar para llegar a las elecciones en unas condiciones en que sea muy posible renovar la misma situación política que tenemos ahora con un gobierno de izquierdas que, es mi deseo, lidere Ximo Puig. Pero eso lo decidirán los valencianos.

P¿El objetivo tras las elecciones de 2019

R Sí. Nuestra apuesta es que vuelva a gobernar una mayoría de progreso. Y ojalá entrara también Podemos dentro del Consell. Ximo Puig ha trasladado tranquilidad al sector económico, financiero e institucional. Había una prevención sobre estos «rojos peligrosos» que se aliaban entre ellos en un gobierno efímero que iba a conducir a la Comunidad a su destrucción, sin inversiones extranjeras, sin turistas... Y hemos demostrado que era relativamente fácil desplegar políticas progresistas sin que se desestabilizara el sistema. Hemos conseguido tener el Consell más longevo de la historia no porque seamos una coalición sino porque cada uno lo está haciendo lo mejor que lo puede hacer. Si un conseller no funcionara, hubiera salido del gobierno.

P ¿La apuesta entonces es la de un gobierno de progreso con Compromís antes que la posibilidad de ofrecer un pacto a Ciudadanos?

R Hay que tenerlo clarísimo: si Ciudadanos puede sumar una mayoría con el PP, la habrá. Sin ninguna duda. La opción de un gobierno entre el PSPV y Ciudadanos es la más inverosímil. La más conveniente, en términos políticos, es que continuemos los que estamos ahora gobernando. Estoy seguro que en la próxima legislatura, si volvemos a gobernar, será todo muchísimo más cómodo.

P ¿A este Consell le está costando más vender su discurso en Alicante que en el resto de la Comunidad?

R Ximo Puig es el presidente que más kilómetros ha hecho de camino a Alicante en toda la historia. Esta provincia tiene unos problemas estructurales muy serios que son difíciles de combatir: las comunicaciones, las infraestructuras y el agua. Se están produciendo avances. Hemos hecho apuestas, por ejemplo, como mantener la Volvo. Hay un esfuerzo para integrar el alicantinismo en el valencianismo y por generar una convivencia en unas estructuras provinciales que, a veces, originan unas diferencias que son artificiales.

P Y hablando de mensajes que pueden lastrar su discurso en esta provincia. ¿Se sienten cómodos con la política lingüística y educativa del conseller Vicent Marzà?

R La política educativa y lingüística del conseller Marzà es también la de los socialistas. La exención lingüística se sigue aplicando y mucha gente ni se acoge. Ahora bien, hay un problema real. ¿Qué pasa con esos niños de la Vega Baja a los que les vamos a cerrar la puerta a ser funcionarios autonómicos en la Comunidad, en Cataluña, en Baleares... o, sin ir mas lejos, a trabajar en el Ayuntamiento de Alcoy? Hay que hacer lo que está haciendo el conseller. El que quiera acogerse a la exención, que lo haga. Se lo permite la ley. Pero también generar una oferta para que todo el mundo sea capaz dentro de unos años de manejar las dos lenguas con habilidad. Utilizarlas es una riqueza y no se puede ver como una agresión. Por eso, hay que seguir cambiando leyes para que los niños dominen el valenciano, el castellano y el inglés.

P ¿Y las diferencias entre los socios del gobierno valenciana sobre el papel que debe tener la Agencia de la Innovación en Alicante?

R Cada uno puede tener puntos de vista diferentes en la gestión. En el tema de la Agencia de la Innovación siempre se originó polémica. Pero es una apuesta firme por un sector económico emergente. Como todo lo que empieza, pasa un tiempo hasta que acaba cogiendo su velocidad.

P ¿Cómo se ve desde las Cortes la batalla que plantea la Diputación de Alicante contra el Consell?

R Siempre he visto la figura de César Sánchez como la de un clon de Camps con un cierto iluminismo a la hora de ejercer el gobierno. No se quiso integrar en la Xarxa Llibres, se ha dedicado a pelear judicialmente contra iniciativas del Consell... Son cosas que hacía en clave interna de posicionarse dentro del PP pero, al final, creo que le han hecho más daño de lo que le han beneficiado. César Sánchez se ha intentado diferenciar perjudicando a su provincia.

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