El pacto que se está perfilando en la Diputación para el reparto de las dedicaciones exclusivas y el cobro de retribuciones entre cargos públicos puede acabar convirtiéndose en un cambio de cromos: los socialistas tendrán sueldos para la mayoría de sus diputados en el Palacio Provincial mientras que el PP dispondría, al menos eso es lo que solicita para validar el acuerdo, de dedicaciones para sus ediles en municipios de más de 50.000 habitantes donde se ha quedado en la oposición frente a la izquierda. La ejecutiva del PSPV y la cúpula regional del PP mantienen desde hace días contactos discretos para intentar cerrar ese canje en el que Ciudadanos tienen también un importante papel. Para evitarse problemas, los populares quieren implicar en la entente a sus socios en el gobierno de la Diputación que, al mismo tiempo y de forma indirecta, también tendrían compensaciones en municipios como, por ejemplo, el caso Alicante.
Desde hace unos días, las conversaciones se suceden en medio de un bloqueo que mantiene a la Diputación -dos meses después de la toma de posesión de César Sánchez- atenazada por un interminable debate que impide, en estos momentos, fijar la cuantía de los salarios, resolver el reparto de las dedicaciones parciales e, incluso, distribuir los asesores con una cierta proporcionalidad. Con el primer acuerdo sobre la organización del hemiciclo provincial, los socialistas se quedaban con dos sueldos para sus once diputados. La «solución» la aportó José Chulvi, alcalde de Xàbia y portavoz del PSPV en la corporación provincial, con un documento en el que proponía que sus diputados asumieran las vicepresidencias de las comisiones informativas en la Diputación a cambio de recibir una retribución parcial del 75% del sueldo que, incluso, se podría completar con algún consejo u organismo.
C's le ha dado el visto bueno a la propuesta y se ha sumado. El diputado Fernando Sepulcre, con el que está negociando directamente la cúpula del PP, de hecho, registró una iniciativa calcada a la del PSPV con la única salvedad de la exclusión del imputado Agustín Navarro. La formación de Albert Rivera también saca provecho de este sainete con beneficio en varios municipios, incluyendo el Ayuntamiento de Alicante. El acceso a un sueldo en la Diputación de Carlos Giménez, edil en la capital, supondría de paso redondear, como se acordó en su momento, una dedicación completa a un concejal de Ciudadanos. Un escenario rocambolesco. Y, en esta tesitura, los populares también quieren pescar en la debilidad socialista en la Diputación.
La maniobra necesita del respaldo del PP. Los tres diputados de Compromís -el blanco de los principales ataques de C's- y EU quedarían excluidos del reparto con lo que de una manera o de otra, por acción o por omisión, populares, socialistas y Ciudadanos deben sumar un cierto consenso. Y sólo falta el visto bueno del PP que, en principio, no está demasiado lejos de entrar en la filosofía de la alianza. Los populares lo tienen claro: su cesión en la Diputación tiene que conllevar que sus concejales en municipios de más de 50.000 habitantes -muchos de ellos gobernados por los socialistas aunque en coalición con Compromís y con las marcas blancas que Podemos y EU usan en los consistorios locales- también puedan pasar a disponer, como mínimo, de dedicaciones parciales con las retribiciones correspondientes. Canto a la vieja política.
