Aferrado a una mejoría todavía débil de la economía mejoría todavía débil de la economía que no ha llegado aún a la calle y con todos los sondeos en contra, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, reunió ayer a los miembros de las tres candidaturas autonómicas para intentar relanzar la precampaña del PP cuando restan justo 30 días para la decisiva cita con las urnas del 24-M. Fabra apeló a los datos económicos, al trabajo de los cargos públicos populares, reclamó un esfuerzo a los miembros del futuro grupo parlamentario del PP y, durante su intervención a puerta cerrada antes del almuerzo, se empleó a fondo para desactivar las encuestas que, de forma mayoritaria y con la cautela de una situación volátil e impredecible, conceden a la izquierda la posibilidad de alcanzar acuerdos para formar gobierno.
En las filas del PP se ha extendido la inquietud y el miedo ante un resultado electoral que, a día de hoy, es muy incierto y que puede conducir a los populares a la oposición después de veinte años instalados en el Palau de la Generalitat. En el encuento -junto a Fabra, su número dos en el PP Isabel Bonig y los aspirantes autonómicos- también participó el portavoz de los populares en el Congreso, Rafael Hernando, además de los diputados y senadores del PP de la Comunidad en Madrid. De puertas hacia fuera, Fabra se centró en el discurso económico muy en la línea de apelar al voto del miedo -o nosotros o el caos- al que se está agarrando el el PP para intentar concentrar los votos que se le «fugan» hacia Ciudadanos y que se marchan a la abstención.
El titular del Consell alardeó de que la Comunidad es, en estos momentos, la que «más ha reducido el paro en toda España en el último año». Obvió, sin embargo y como publicó este periódico ayer, que la legislatura finaliza con más desempleados del volumen con la que arrancó en 2011. Así y todo, Alberto Fabra sacó pecho de su gestión. «Le hemos dado la vuelta económica y social a la Comunidad y debemos estar muy orgullosos de lo que hemos conseguido. Queda mucho por hacer, pero nadie nos puede decir nada en el tema económico y de ejemplaridad», dijo para remarcar su compromiso contra la corrupción. El candidato del PP lanzó un guiño a los alcaldes. En la cúpula popular están convencidos de que el «tirón» de sus candidatos locales puede aportar un «plus» en intención de voto que, a su vez, empuje a la lista autonómica. «En estas elecciones tenemos a los alcaldes y concejales del PP, porque ellos son los que conocen el nombre de los votantes, de sus vecinos, de los que les han resuelto sus problemas, de los que no se han escondido nunca. Ellos son gestores», zanjó el aspirante a un segundo mandato en el Consell.
De cualquier manera, Fabra reconoció que los populares se enfrentan a una cita electoral «muy complicada» y, por eso, reclamó un esfuerzo que incluya «poner en valor toda la experiencia acumulada durante estos años». El PP llega a estos comicios en la peor situación electoral y con la mayor debilidad interna en 20 años: se están jugando la continuidad no sólo en la Generalitat sino también en decenas de municipios. Así que los populares se enfrentan a un reto de dimensiones mastodónticas. Son una organización acostumbrada a campañas cómodas y alejadas del «cuerpo a cuerpo» electoral.
Los sondeos, por ahora, apuntan a un fuerte retroceso del PP, que volvería a niveles de intención de voto de la década de los 80. A puerta cerrada, sin embargo, el jefe del Consell, en un almuerzo privado con los miembros de las lsitas autonómicas, relativizó el impacto de las encuestas y pidió que se dejen a un lado. Aprovechó la publicación de una encuesta ayer mismo por la Cadena Ser para atacarla en tanto que volvía a poner el gobierno en manos de una gran coalición de izquierda. Fabra reclama a los notables del PP que se echen a la espalda la campaña y que eviten contagiarse de los sondeos recurriendo, sin embargo, a ese viejo axioma -la única encuesta buena es la de la votación- de los que ven muy complicado su futuro.
