Hace una semana todo estaba atado y bien atado. Arrastrado por la imputación del presidente del Puerto de Valencia, Rafael Aznar, el Consell había decidido, de un plumazo, relevar al también imputado José Joaquín Ripoll al frente de la Autoridad Portuaria de Alicante. Así lo adelantó la consellera María José Catalá y lo confirmó el titular de la Generalitat, Alberto Fabra, mediada la semana. Pero la falta de consenso sobre el perfil y la identidad de la persona que debe tomar las riendas del muelle alicantino, sin embargo, han dejado por ahora en el aire la fecha en la que se producirá ese nombramiento. Al cierre de la edición y a expensas de los movimientos que se puedan generar en las reuniones de hoy tanto del Consell como del Consejo de Ministros, la Generalitat continuaba atascada en la operación para cambiar a Ripoll, encausado por media docena de graves delitos en la pieza de Brugal que investiga el supuesto amaño del plan comarcal de basuras de la Vega Baja.

La situación del que fuera presidente de la Diputación y líder provincial del PP tiene, a diferencia de Valencia, un impacto directo en los problemas de los populares en la provincia. De hecho, parte de los afines a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, cuestionaban que la primera edil se tuviera que marchar esgrimiendo, precisamente, que Ripoll seguía en su puesto con una imputación por supuestos delitos de corrupción a cuestas. Lo cierto, sin embargo, es que anoche fuentes del Consell y del PP admitían que la destitución de Ripoll y el trámite para su relevo estaban todavía «verdes». Salvo cambio de última hora, la intención del Consell, de hecho, era aplazar la decisión, como pronto, otra semana más. Así que hoy, en principio, no se produciría la renovación de los inquilinos en las dos autoridades portuarias. Sí está claro, como apuntaron estas fuentes, que ambas fichas se tendrán que mover a la vez.

De hecho, nadie se ha dirigido todavía a Joaquín Ripoll para comunicarle el relevo al frente del Puerto de Alicante. Hoy mismo, de hecho y a pesar de que vive con la espada de Damocles sobre su cabeza desde hace una semana, Ripoll tiene agenda prevista con la actividad normal de la institución. Las dificultades para ratificar la marcha del antiguo líder provincial del PP van por una doble vía. No hay consenso sobre el perfil del sucesor de Ripoll pero tampoco los primeros contactos con el Ministerio de Fomento -un paso obligatorio en tanto que se trata de una competencia compartida- se han traducido en un acuerdo completo. En las últimas horas, el nombre que suena con más fuerza para sustituir a Joaquín Ripoll es el de Carlos Eleno, hasta ahora director general de Puertos de la Generalitat. Pero nada hay todavía cerrado ni concretado.

La elección del nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante es una decisión estratégica para Fabra. Es cierto que se trata de un nombramiento que puede tener fecha de caducidad en el supuesto de que el PP acabara perdiendo la Generalitat dentro de siete meses. Pero también que, con la crisis interna que los populares padecen en la ciudad de Alicante, se trata de una designación que podría generar un nuevo punto en el que Fabra se pueda apoyar en la provincia alejado del avispero en el que se ha convertido el consistorio alicantino con Castedo a la cabeza. Cargos del PP consideran que el Consell tendría que haber actuado con más firmeza una vez que ya ha decidido el relevo de Ripoll en el Puerto de Alicante y que, por tanto, demorar la resolución supone ofrecer imagen de debilidad.