La decisión de los «apuntados» a Podemos de dar todo el poder al grupo que lidera Pablo Iglesias tendrá consecuencias directas en las próximas elecciones municipales y autonómicas tanto en localidades de la provincia de Alicante -uno de los territorios en los que los círculos de Podemos albergaban mejores expectativas- como en el conjunto de la Comunidad. La filosofía para esa cita con las urnas, a falta de que las asambleas locales empiecen a perfilar su estrategia una vez que a partir del 15 de noviembre Pablo Iglesias tome las riendas de la organización, deja a los círculos locales sin mucho margen de maniobra: no podrán concurrir con sus propias siglas a esos comicios y tendrán que promover plataformas ciudadanas si quieren participar de esa cita electoral.
En Podemos son conscientes de que, a pesar del gran resultado de las elecciones europeas y de la posición central que la formación ha logrado en el tablero de la escena política, los comicios municipales son otra cosa. En la provincia, aunque el número de círculos ha crecido hasta situarse por encima de la treintena, las opciones de lograr éxitos, explicaron fuentes de la organización, se centraban en un número muy reducido de localidades y, de forma singular, en la capital alicantina, donde buena parte de las bases de Podemos siempre han estado por la labor de concurrir a las municipales pese a las reticencias de la cúpula que lidera el televisivo Pablo Iglesias.
Ahora, sin embargo, todo eso se ha venido abajo. El documento organizativo impulsado por el núcleo más próximo a Iglesias le niega a los colectivos locales la posibilidad de acudir con la marca Podemos a las municipales y plantea la fórmula de los foros ciudadanos. Pablo Iglesias y su grupo de asesores más próximos tratan de evitar que un bajón en esos comicios -la falta de candidatos es un hándicap para una cita de ámbito local- le quite fuerza al proyecto de cara a las elecciones generales, el verdadero objetivo de Podemos. En el caso de la provincia y de la capital alicantina, ese decorado coloca a la formación en una tesitura muy reducida: o se suma a la operación Guanyem concebida, a día de hoy, como un barco de salvación de EU; o, por el contrario, impulsa una plataforma propia plataforma propia para esos comicios.
En estos momentos, de acuerdo con las fuentes consultadas, esta segunda opción es la más viable. Especialmente, en las principales ciudades. En los municipios medios y pequeños, a Podemos le será mucho más difícil entrar. ¿Por qué la fórmula de un movimiento propio es el que más convence? Les permitiría, al margen del contratiempo que supone no poder usar la marca, desarrollar un proyecto más autónomo y sin dependencias. Pero, en todo caso, el sistema que se acabe eligiendo estará condicionado a las decisiones que tomen las asambleas de los círculos. Hoy mismo se hará un primer debate en la asamblea que está convocada en la ciudad de Alicante.
Donde no hay ninguna duda es para las elecciones autonómicas. Para esos comicios, la cúpula de Podemos sí autorizará a sus organizaciones territoriales a concurrir con su propia marca. Esa decisión, ya firme y a falta de la gran incógnita que supone elegir a un candidato desconocido a diferencia del impulso mediático de Pablo Iglesias, puede tener un impacto sobre el resultado final de esas elecciones. Las últimas encuestas del 9 d'Octubre sitúan a Podemos en una horquilla de más de 15 diputados y con un papel decisivo.
