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Juan Zaragoza lleva a Fiscalía una denuncia contra Sonia Castedo por la licencia a un club de alterne

El concejal por el PP presenta documentación en nombre de otra persona que mantiene que la alcaldesa de Alicante prevaricó al dar el permiso

Panorámica del club de alterne El Castillo, ubicado en la partida El Rebolledo RAFA ARJONES

Ocho años después de que el club de alterne El Castillo, situado en la partida de El Rebolledo, se convirtiera en el primer establecimiento de este tipo al que el Ayuntamiento de Alicante daba licencia para la actividad real que se iba de desarrollar entre sus muros, el concejal por el PP en esta Corporación Juan Zaragoza ha llevado hasta la Fiscalía una denuncia contra la alcaldesa y responsable del grupo municipal al que pertenece, Sonia Castedo, por conceder aquel permiso cuando era edil de Urbanismo.

Zaragoza, que hace tan sólo una semana salió a la palestra para arremeter contra su compañero Andrés Llorens, el vicealcalde de la ciudad, nada más saberse que la Fiscalía le pide tres años de prisión y nueve de inhabilitación por los delitos de prevaricación y falsedad documental en relación a las obras de una plaza, asegura que su papel en esta nueva andanada, ahora contra la regidora, es el de mera correa de transmisión de otra persona, que sería el denunciante real, según ha podido saber este diario.

Sin regulación

El edil, en actualidad sin competencias, habría facilitado documentación al Ministerio Público en la que se probaría que la entonces concejala de Urbanismo prevaricó, en octubre de 2006, al conceder la licencia de apertura a al local de El Rebolledo como club de alterne cuando tal actividad no estaba, ni está, regulada en las ordenanzas municipales de esta ciudad.

Unos hechos en los que fuentes cercanas a la Fiscalía afirman que no se aprecian indicios de delito por lo que se estaría barajando cerrar en breve un caso que ni tan siquiera ha llegado a abrirse tras el estudio de los documentos aportados. Como mucho podría tratarse de una irregularidad administrativa, precisaron las mismas fuentes, que no dudaron en calificar de hipocresía que no se cuestionen las licencias encubiertas a los clubes de alterne como «pensión con jacuzzi», «sala de fiestas como alojamiento temporal» o «cafetería con música», y sí se ponga en tela de juico un permiso acorde a la actividad real que se va a desarrollar.

El Castillo dispone de esta licencia después de que Castedo, en calidad de edil de Urbanismo en aquel otoño de 2006, accediera a concederlo tras esperar durante más de dos meses la respuesta de la Conselleria de Justicia, a la que había consultado el asunto ante la falta de regulación municipal en este materia.

Ante la falta de contestación, la entonces concejala interpretó que la administración autonómica había dado el visto bueno por silencio administrativo y concedió la autorización para «club de alterne con servicio de cafetería, cocina y ambiente musical». Antes de contar con este permiso El Castillo funcionó con el de cafetería pero una sentencia obligó a cerrar por ejercer una actividad distinta, lo que llevó a sus promotores a pedirlo como club.

Todo apunta a que la resolución de la Fiscalía en la que argumente las razones jurídicas por las que zanja este asunto no se haga esperar.

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