Un golpe de timón para intentar recuperar la confianza de los ciudadanos. Esa es la tesis que César Sánchez, número tres de Alberto Fabra en el PP y alcalde de Calp, defiende justo ahora que los populares valencianos pasan por su peor momento desde 1995. El vicesecretario general del PP quiere abrir dentro de su partido debates que, hasta ahora, han sido tabú: las listas abiertas para los procesos electorales, la limitación de mandatos en cargos ejecutivos y de gestión e, incluso, la posibilidad de estudiar medidas que puedan democratizar las decisiones internas de su partido, una formación muy jerarquizada y con pocos espacios de participación para la militancia. El primer edil calpino considera imprescindible poner encima de la mesa propuestas que permitan al conjunto de la sociedad recuperar la relación con sus representantes públicos. «O cambiamos o nos cambiarán los ciudadanos», advierte César Sánchez que entiende, en su opinión, que la iniciativa corresponde al PP pero también a los socialistas como fuerzas mayoritarias y que acumulan, a día de hoy, las más amplias cuotas de gobierno institucional.

La reflexión del número tres de Fabra en la cúpula autonómica popular tiene, en estos momentos, mayor valor, si cabe, por la situación interna que lastra a la formación que lidera Alberto Fabra con un grupo de ocho imputados en las Cortes, la marcha de Rafael Blasco al grupo de no adscritos y un desgaste electoral inédito que recogen todas las encuestas que se manejan en Génova. Para César Sánchez asesor en su día de Francisco Camps, alcalde de Calp desde 2011 y parlamentario en las Cortes Valencianas la postura del PP, al margen de la prioridad absoluta que supone diseñar la salida a la crisis económica, debe pasar por participar en la regeneración de la actividad pública. «No podemos limitar la consulta a la ciudadanía a votar una vez cada cuatro años. Tenemos que escucharles», explicó el número tres de los populares valencianos que, además, también hace autocrítica: «Esta distancia la hemos generado los políticos».

Entre otras alternativas como las propuestas de «Gobierno Abierto» para facilitar la «transparencia» en la gestión y en el acceso a documentación, la apuesta de César Sánchez pasa por introducir las listas abiertas para cargos públicos con un debate sobre un nuevo sistema electoral que, al tiempo, garantice que los ciudadanos elijan directamente a sus cargos; y que se limiten los mandatos ejecutivos a un máximo de ocho años. El vicesecretario general del PP entiende, sin embargo, que en los puestos de carácter legislativo parlamentarios en las Cortes Valencianas, en el Congreso de los Diputados o el Senado sí se podría alargar la etapa pública durante más tiempo. «Considero que en esos puestos relacionados con la elaboración de leyes la experiencia es fundamental, como los antiguos comités de sabios», explicó a este periódico César Sánchez.

¿Y todo eso se podría aplicar al PP, un partido en el que los candidatos y las listas electorales se eligen «a dedo»? En ese punto, el alcalde de Calp y diputado autonómico, sin entrar en detalles, se muestra partidario de estudiar medidas que puedan situar al PP también en ese plano de regeneración. Todas esas cuestiones, sin embargo, chocan por completo con la postura que el nucleo dirigente popular ha mostrado hasta aquí con estos temas.