Orihuela es una de las ciudades de la provincia de Alicante con mayor número de árboles. Estos elementos vivos que decoran parques y jardines, dan sombra y cobijo a muchos animales, también envejecen y sus achaques son en forma de caída de ramas o enfermedades. El Ayuntamiento de Orihuela está preocupado por la caída de varias ramas y de árboles enteros en los últimos años. Sonados han sido los casos del árbol que se desplomó en la Glorieta Gabriel Miró en septiembre de 2015 y, más recientemente, la caída de la emblemática palmera «La Carmen» en el Rincón Hernandiano que a sus más de 180 años «quebró» el pasado mes de julio y, con ella, gran parte de la historia de Orihuela con su árbol más querido.
La Concejalía de Infraestructuras, Obras y Servicios tiene previsto realizar un estudio en profundidad de los árboles de la ciudad en colaboración con el Departamento de Botánica de la Universidad Miguel Hernández (UMH). El mismo estará dirigido por el profesor Vicente Lidón, gran experto en la materia. «Hay una treintena de árboles que nos preocupan, algunos centenarios y este estudio nos va a asesorar en el arbolado que presenta más riesgo de caída y nos indicará cómo actuar ante determinados árboles que empiezan a ser un riesgo. En Orihuela hay algunos árboles que por la edad suponen un riesgo y hay que llevar cuidado», explica el edil de Infraestructuras, Juan Ignacio López-Bas.
El proyecto, que está a la espera de aprobación, se llevará a cabo en un periodo de 6 meses en los cuales el experto localizará los árboles de la localidad que tienen mayores problemas (por edad o enfermedad), cuáles pueden suponer un riesgo de caída, el tipo de tratamiento que habría que aplicarles y servirá como base para la futura Ordenanza de Parques y Jardines que el Ayuntamiento tiene previsto aprobar antes de mayo de 2019 y donde quedarán indicados aspectos que ahora no están claros y que marcarán las pautas para el trabajo de las brigadas como las fechas de poda, los sistemas de gestión del arbolado, la distancia que cada tipo de árbol debe tener a las aceras y carreteras, los diferentes tipos de ejemplares, la altura que tienen y la que deben tener sus copas, entre otros. Además, la Concejalía de Infraestructuras pretende, con el estudio de la UMH, renovar el Catálogo de Árboles Monumentales de Orihuela que se hizo en 2012.
Las zonas donde se va a poner el punto de mira a sus árboles son en la Glorieta, donde hay enormes plataneras y pinos que preocupan, y mucho, al Ayuntamiento; la plaza de Santiago, donde este mes se ha llevado a cabo una poda por el peligro de caída de ramas secas; y la Plaza del Carmen, junto al Ayuntamiento, donde hay 4 árboles de grandes dimensiones que se someterán a un análisis para comprobar si su tronco está hueco. Además, se estudiarán los árboles viejos de algunas veredas de las pedanías.
Caso aparte es el de las palmeras. Orihuela cuenta con el segundo palmeral más grande de Europa, cuyo mantenimiento es competencia de la Concejalía de Medio Ambiente, pero, además, hay 800 palmeras en parques y jardines, que cuida la Concejalía de Infraestructuras y que le supone un verdadero dolor de cabeza por los cuidados que necesitan por culpa del picudo rojo. López-Bas indica que trató de que su mantenimiento lo asumiera el área que dirige Miguel Ángel Fernández, como el Palmeral, pero se niega. «Darle un tratamiento diferente a las palmeras de parques y jardines que a las del Palmeral no tiene sentido porque, al final, si los ejemplares de un sitio enferman o sufren una plaga terminarán contagiando a los de otras zonas y no sirve para nada lo que hagamos por lo que mejor sería unificar su mantenimiento», señala el edil de Ciudadanos.
Por si fuera poco, el contrato para podar, quitar dátiles y fumigar las 800 palmeras de parques y jardines del municipio está parado en Contratación desde mayo por culpa de la nueva Ley de Contratos. «Lo que estamos haciendo es ir con contratos pequeños y atendiendo las necesidades una a una, árbol a árbol, por parte de las brigadas», explica López-Bas. Es lo que se ha hecho en Marqués de Molins con las 42 palmeras que estaban llenas de dátiles, se han retirado para que no supongan un peligro para el nuevo mercadillo que se estrena allí el martes.
El edil señala que «las palmeras enfermas voy a intentar ir quitándolas y plantaré otro tipo de arbolado». Es lo que va a suceder en la Plaza de Santa Lucía donde el picudo ha hecho estragos acabando con una decena de palmeras que ya solo lucen el tronco o los tocones que se retirarán y cambiarán por árboles como moreras. En el parque infantil de la Glorieta preocupan dos palmeras de más de 20 metros «pero se necesitan grúas enormes para podarlas que ni pueden entrar allí», se queja López-Bas. Cerca de allí, en Los Andenes, todos los ejemplares de plataneras han sucumbido al hongo «oidio» por lo que sus hojas presentan un mal aspecto. Infraestructuras llevará a cabo su tratamiento a finales de octubre «porque debe aplicarse con temperaturas inferiores a 25 grados», explica el concejal.
