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El jugo de los festivales de música

La promotora de Leyendas del Rock y Rabolagartija da trabajo durante algo más de dos semanas a unos 500 empleados. Aspesuena incorporó la pasada edición un tardeo en la plaza Santa Bárbara

El festival Leyendas del Rock atrae a más de 15.000 asistentes cada día a Villena. Áxel Álvarez

Los festivales de música atraen a multitud de público a la ciudad que les da cobertura. Se han convertido en un motor de crecimiento que, por unos días, revitaliza la ocupación, la economía local y el empleo. Así, las poblaciones de las comarcas del Alto y Medio Vinalopó como Aspe, Elda y Villena retienen sus festivales de verano, no sólo para incrementar su oferta cultural sino como una fórmula de dinamizar el sector de la hostelería y los servicios. Son los eventos que mueven un mayor número de turistas a estas ciudades, que se encuentran fuera del circuito alicantino de sol y playa.

El impacto económico de Leyendas del Rock y Rabolagartija supera los cinco millones de euros. Esta es la cifra que se cuantificó en un estudio pormenorizado que se realizó en 2013 para los dos certámenes, que en aquel entonces se celebraban en Villena, Leyendas del Rock y Aupa Lumbreiras. Ahora la cifra estimativa se puede haber doblado.

En 2018, Leyendas duplicó el número de venta de entradas. El festival ha pasado de los 8.000 asistentes diarios cuantificados en 2013 a rondar los 15.000 diarios y de tres días a cuatro. También Rabolagartija ha crecido. Ha pasado de sumar, en 2015, 4.500 asistentes en un solo día a aglutinar casi 20.000 diarios durante tres jornadas, en 2018.

Grandes cifras para Leyendas, un festival que arrastra a Villena a los amantes de metal y el rock de España e incluso a algunos que provienen de países europeos y otros continentes.

El empleo generado es otro de los datos a tener en cuenta a la hora de cuantificar el impacto económico. Los dos festivales de Villena aportan 500 puestos de trabajo cada año, incluyendo personal de montaje, limpieza, seguridad, barras, repostería, acondicionamiento de terrenos para la zona de acampada y parking, etc.

La ocupación hotelera es otro de los grandes hitos. Unas cifras que no sólo benefician a la capital del Alto Vinalopó sino también a las poblaciones colindantes. Desde la promotora Sufriendo y Gozando se indica que «la ocupación hotelera alcanza el cien por cien en Villena y su entorno (Biar, Sax, Almansa, Elda, Petrer o Alcoy) pero resulta muy difícil cuantificar la cantidad de alojamientos privados alquilados, ya sean casas de campo, pisos o habitaciones que ocupan los leyenderos».

Algo más modesto es el festival que se organiza en Elda, EMDIV Musical Festival. El certamen tiene una repercusión en la ciudad zapatera de 175.017 euros y da empleo directo a 291 trabajadores, a 112 de forma indirecta y los empleos inducidos se cifran en 112, según datos de la organización. Unas cantidades nada despreciables para un festival de un solo día. Ahora se prepara para su séptima edición y por primera vez abrirá boca con una fiesta de presentación el 6 de abril. Crece a paso lento pero seguro con un aumento de un 25 por ciento con respecto a 2016.

Este festival de formato más pequeño atrae a numeroso público de la Comunidad Valenciana y el recinto donde se celebra tiene capacidad para 5.000 personas. El pasado año, la organización intentó sacar parte de los conciertos de las paredes del recinto festivalero para incentivar su impacto en el comercio y la hostelería local, aunque finalmente la lluvia les jugó una mala pasada.

Por otro lado, el festival que promueve la concejalía de Fiestas de Aspe y que lleva por nombre Aspesuena tiene un impacto económico de unos 80.000 euros. Dinero que se queda en la hostelería local, tanto en restaurantes como en hospedajes, ya que no se paga ni un sólo euro en la taquilla. El caché de las bandas y el montaje lo sufraga el Ayuntamiento de Aspe y los promotores del certamen ya preparan su octava edición.

Más de 3.000 personas se dan cita en el que nació en 2012 de la mano de la concejalía de Fiestas y que en las últimas ediciones se ha aderezado con un tardeo en la céntrica plaza Santa Bárbara, que ha estado repleta para ver Viva Suecia, El último Vecino, Biggot o Rusos Blancos. Hasta Aspe se desplazaron aficionados a la música Indie atraídos por la calidad de grupos y por la gratuidad de los conciertos. El certamen ha pasado de celebrarse durante tres días a unificar sus conciertos en una sola jornada.

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