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Alicante-China: una relación cada vez más intensa

Las importaciones chinas multiplican por nueve los envíos alicantinos al país asiático a pesar de la relocalización de empresas

Xi Jinping, el presidente de China.

A pesar de los esfuerzos realizados durante los últimos años por un buen número de compañías, a día de hoy China sigue teniendo un peso mucho mayor como proveedor que como cliente de las empresas alicantinas. En concreto, de acuerdo con los datos oficiales del Ministerio de Industria, la provincia recibió el año pasado hasta 1.033 millones de euros en productos procedentes del gigante asiático, nueve veces más de lo que sumaron los envíos en dirección contraria, que se quedaron en 114 millones de euros.

Una realidad que ni siquiera la relocalización que muchas firmas zapateras han realizado de su producción de más calidad ha sido capaz de romper y que tampoco es necesariamente negativa. No en vano, como recuerdan desde sectores como el calzado o el juguete, gran parte de las mercancías que llegan desde China son productos diseñados en la provincia que luego son reexportados o vendidos por estas compañías a sus clientes. De ahí que sus responsables vean el proyecto de Nueva Ruta de la Seda que promueve Pekín como una doble oportunidad. Por un lado, para reforzar la penetración de los productos alicantinos en este mercado y, por otro, para agilizar los aprovisionamientos desde este país.

Un proyecto que el propio embajador de China en España, Lyu Fan, se encargará de explicar este miércoles durante el foro «La Franja y la Ruta» que se celebrará a partir de las 9.30 horas en el club INFORMACIÓN. Así, por ejemplo, para el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Juan Riera, los empresarios locales no deberían dejar escapar esta nueva ventana que se abre. «Deberíamos ser capaces de convertir a nuestra provincia en un destino para China tanto desde el punto de vista económico como turístico. Económico, porque podemos ser el puente comercial entre China y América Latina, y turístico, porque 130 millones de chinos salen al extranjero cada año con un gasto de más de 230.000 millones de euros en compras en sus viajes», señaló Riera.

Intercambios al alza

Fue a partir de los años noventa, con la apertura de la economía china y la necesidad de los sectores tradicionales de la provincia de abaratar sus costes, cuando las relaciones comerciales entre Alicante y el país asiático empezaron a intensificarse. El juguete, el textil o el calzado se llevaron gran parte de su producción a esta zona, lo que provocó que las importaciones crecieran rápidamente. Se pasó de 79 millones en el año 1995 a más de 653 millones en 2007. Mientras tanto, las exportaciones alicantinas solo aumentaron de 2 a 40 millones de euros.

La llegada de la crisis económica y la decisión de algunos fabricantes de recuperar la producción local para atender los nuevos hábitos en el mercado de la moda, que ahora exige un mayor número de colecciones a lo largo del año, frenaron momentáneamente la llegada de mercancía china entre 2008 y 2013, pero la recuperación ha vuelto a disparar las cifras. Por su parte, las ventas de productos alicantinos en el gigante asiático cogieron carrerilla tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando la caída del consumo en España obligó a los empresarios a buscar una salida en el exterior para sus productos y, al mismo tiempo, el aumento del nivel de vida en China creó nuevas oportunidades. Así, en sólo seis años, las ventas alicantinas en el país oriental se triplicaron, al pasar de 40 a 137 millones.

El «boom» chino del ladrillo

El mármol fue el sector que más partido sacó de esta estrategia, ya que aprovechó el «boom» de la construcción que se inició en China en esos años para enviar allí enormes cantidades de bloques en bruto, con los que se trató de compensar la caída de ventas de producto elaborado en España. De esta forma, las ventas de las marmoleras del Vinalopó a este mercado pasaron de 23 millones en 2007 a más de 79 en el año 2013. El problema llegó cuando el resto de países competidores imitaron la estrategia y la construcción ralentizó su ritmo, dejando a los proveedores de materiales asiáticos con enormes cantidades de stock, lo que ha rebajado de nuevo hasta los 24 millones las ventas de las canteras alicantinas con este destino en el último año. Por eso, el presidente de la Asociación Mármol de Alicante, David Beltrá, es uno de los pocos representantes sectoriales de la provincia que se muestra pesimista sobre el futuro de los intercambios con el país oriental, ya que considera que este stock aún tardará «bastantes años» en absorberse y que, además, los empresarios deben apostar por otros destinos donde se pueda colocar producto elaborado a mayor precio.

Muy distinta es la historia del calzado, que ha desbancado a la piedra como el producto alicantino más vendido en China, con 49 millones de euros el año pasado, un 38,7% más que en 2017. El avance aún es más llamativo si se tiene en cuenta que hasta el año 2005 no se superó el millón de euros de facturación en este mercado y las previsiones «son muy buenas», según apunta la presidenta de la patronal autonómica del ramo (Avecal), Marián Cano. ¿Cómo lo ha hecho el sector para vender zapatos al primer fabricante mundial? Pues con diseño y apostando por los segmentos más altos del mercado para aprovechar la devoción que sienten los consumidores chinos por los productos europeos de lujo. Así, el par medio que se vende en este país alcanza los 45 euros frente a los 17 euros de la media del calzado exportado desde la provincia.

Con todo, Cano recuerda que el camino no ha sido fácil por las diferencias culturales y administrativas que existen y señala, sobre todo, que aún queda mucho por hacer. De ahí que considere que iniciativas como la Nueva Ruta de la Seda pueden ser «muy positivas» para impulsar aún más las ventas en este país. «Todavía es un mercado de oportunidad», recalca la representante del sector zapatero.

En cualquier caso, lo cierto es que, a pesar de esta mejora en los envíos, en estos momentos las importaciones de zapatos chinos que realizan los empresarios alicantinos aún son muy superiores a las exportaciones, con más de 336 millones el año pasado. Y es que, mientras que los productores prefieren fabricar en España las colecciones de mayor calidad y, sobre todo, el calzado para mujeres, otros productos como los «sneakers» todavía sale más a cuenta traerlos de fuera para redistribuirlos desde la provincia. Tampoco hay que olvidar el peso del gigante Tempe, que recircula desde Elche las colecciones para todo el grupo Inditex.

Otro de los sectores que mejores expectativas tiene por una posible mejora de las conexiones con China es el juguete. En este caso, las exportaciones al país asiático son minoritarias pero las factorías asiáticas siguen siendo los principales proveedores de componentes y productos finalizados de las firmas del sector, con unas compras por valor de casi 116 millones de euros el año pasado. En su caso, el principal beneficio de la reedición de la Ruta de la Seda podría llegar por un acortamiento del tiempo que necesitan los envíos, como explica el responsable de Promoción Exterior de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), Oliver Giner. En la actualidad, los cargamentos tardan de 30 a 40 días en barco, lo que impide reponer stocks cuando un artículo tiene mucho éxito. Si se llegan a materializar las mejoras de las conexiones por ferrocarril que se proponen, los pedidos podrían estar en diez días.

Entre los productos que tienen mayores posibilidades de aumentar su cuota también están todos los relacionados con el sector agroalimentario que, al igual que el calzado, pueden sacar ventaja de la buena fama de los productos europeos en China. Entre los que mejor aceptación han tenido está el vino, para el que este país ya supone el segundo destino de producto embotellado, como señala el gerente de la Denominación de Origen Vinos de Alicante, Eladio Martín. El año pasado las ventas alcanzaron los 2,4 millones.

Algo más cautos se muestran desde la patronal hotelera de Benidorm, Hosbec, desde donde creen que el chino es un mercado que «no debe dejar de trabajarse», pero con la vista puesta en el medio y largo plazo, ante la realidad de que apenas 11.000 nacionales de este país visitaron la Comunidad el año pasado y sus preferencias pasan por destinos urbanos, como Barcelona o Madrid.

Más inversión

En cuanto a los empresarios chinos afincados en la provincia, consideran que la reedición de la Ruta de la Seda supone una oportunidad también para captar más inversiones procedentes del país asiático, como señala Veline Ong, CEO de la firma Veline Group, que se dedica a canalizar este tipo de demandas. A su juicio, las trabas y la guerra comercial que ha lanzado el presidente norteamericano, Donald Trump, ha llevado a que muchos empresarios de este país estén buscando un nuevo destino para su dinero, que pueden ser desde inversiones en el sector inmobiliario hasta compras de industrias a las que vean potencial. Eso sí, Ong también cree que las administraciones deben ponerse las pilas y reducir las trabas, si de verdad quiere que llegue este dinero.

Por su parte, el presidente de CEV Alicante, Perfecto Palacio, reconoce el potencial de la Nueva Ruta de la Seda, siempre que lo que se proponga encaje con la estrategia «comunitaria, de país y de región» y apunta que debe hacerse un esfuerzo por reducir el déficit comercial con China, con exportaciones de más valor.

Una comunidad que empieza a romper su tradicional aislamiento

Los emprendedores chinos cada vez diversifican más los sectores en los que centran sus negocios en la provincia

Aunque aún muchos identifican a la comunidad china residente en España con los restaurantes asiáticos, los bazares y, en el caso de la provincia, con los almacenes de importación de calzado barato, lo cierto es que, sin abandonar estas actividades, los emprendedores de este país cada vez abren más sus miras hacia todo tipo de negocios, como apunta la presidenta de la Asociación de Comunicación Intercultural Bosi, Lili Pan. Su caso es un ejemplo. Llegó de China hace más de diez años siguiendo a su familia, para trabajar en el almacén de calzado de sus tíos en Elche. Un negocio que cerró con la crisis. Ahora, ella misma regenta una academia de idiomas y promueve intercambios para quien quiera estudiar chino en este país. Inmobiliarias, salones de belleza o bares de tapas son otros de los sectores en los que empiezan a prosperar.

Con 10.125 nacionales censados, la china es la décima comunidad extranjera más numerosa en la provincia. Como explica el director del Instituto Confucio de la Universitat de València, José Vicente Andreu, la mayoría de ellos procede únicamente de dos provincias -Zhejiang y Fujian- y llegaron en dos oleadas, a principios de los noventa y de la década de los 2000.

Tras el aislamiento que sufrieron durante años los recién llegados, sobre todo por la barrera idiomática, según Andreu, los residentes chinos empiezan a estar cada vez más integrados. Algo a lo que contribuyen decisivamente las nuevas generaciones, nacidas o criadas en España, que ayudan a sus mayores a relacionarse. El cambio en el tipo de negocios que atienden también ha favorecido «que se relacionen más con la población local», según el experto. Con el desarrollo de su país, las necesidades económicas han dado paso a otro tipo de motivos, como buscar una mejor educación para sus hijos o estudiar español, para emigrar hasta Alicante.

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