Uno de los principales objetivos del viaje que realizará la próxima semana el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, a China y Japón será intentar paliar el gran déficit que presenta la balanza comercial con ambos países, las principales potencias económicas del mundo tras Estados Unidos.

China es además un importante inversor financiero en España y ostenta en torno al 10 por ciento de los títulos de deuda pública en manos de extranjeros, según los datos del Gobierno, que apunta además a que el gigante asiático ha acudido con fuerza a las últimas emisiones de deuda.

No obstante, su inversión no financiera en España es poco significativa y por ello Zapatero quiere explorar nuevos ámbitos de colaboración en sectores como las infraestructuras, en especial en el ferrocarril.

Mientras que las empresas españolas tienen invertidos 1.500 millones de euros en China, éste país sólo ocupa el puesto 23 como inversor extranjero en España, con un gran margen de crecimiento.

Por su parte, el comercio bilateral con China ha experimentado un crecimiento espectacular en los últimos años y desde el año 2000 las exportaciones al país asiático se han multiplicado por cuatro, hasta alcanzar los 2.000 millones de euros.

A pesar de ello, el déficit de la balanza es enorme, ya que las exportaciones desde China a España se han multiplicado por tres y llegan ya a los 15.000 millones.

China es en estos momentos el sexto socio de España y en 2010 se ha convertido ya en el tercer proveedor exterior, por delante de Italia, y en el primer proveedor de fuera de la UE.

Para España, China es su decimocuarto mercado y el mayor en Asia, a un nivel similar a todo Mercosur, según destacan desde el Gobierno.

En el caso de Japón, desde el Ejecutivo presentan unas relaciones económicas bilaterales "modestas" para el tamaño de ambas economías, con un importante margen de crecimiento.

España es la quinta economía europea y sólo es el séptimo exportador de la UE a Japón.

Las exportaciones españolas a ese país cayeron por la crisis en 2009 y se situaron en los 1.217 millones de euros, aunque entre enero y junio han aumentado un 23 por ciento frente al mismo periodo del año pasado, con los minerales, los vehículos, el pescado y los productos químicos como sectores líderes.

Mientras, España es el séptimo destino europeo de las exportaciones japonesas, que también cayeron en 2009, hasta los 3.121 millones de euros, pero que han experimentado un fuerte crecimiento del 27 por ciento en los primeros cinco meses del año, con los vehículos, el material eléctrico y los bienes de equipo como principales capítulos.

Aunque el déficit en las exportaciones no es tan abultado como en el caso chino, las fuentes del Ejecutivo destacan que las inversiones están "enormemente desequilibradas".

La inversión japonesa en España alcanza un stock de 4.000 millones de euros, pero la española en Japón sólo ronda los 380 millones.