Las mascarillas y guantes han llegado para quedarse (por ahora) en la lucha contra el coronavirus. Pero a pesar de ser elementos indispensables en la situación actual están causando problemas en las redes de alcantarillado donde ha aumentado la presencia de estos elementos desde que comenzó el estado de alarma. Tirarlos por el váter después de su utilización también se estaría convirtiendo en un movimiento cotidiano, algo que agrava los problemas de atascos en las tuberías que ya se producían con toallitas u otros elementos no degradables.
Cada año, toneladas de residuos acaban en las redes de alcantarillado y en las plantas depuradoras lo que provoca «obstrucciones que obligan al personal que se encarga de la gestión del ciclo integral del agua a llevar a cabo reparaciones constantes», según explicó María José Toledo, directora de operaciones de Hidraqua, empresa que gestiona la red de alcantarillado de varias localidades y las depuradoras de Alicante, Orihuela, Benidorm, Torrevieja, Elche, Rojales, Xixona, Elda, Benitatxell, Altea y Gata.
Desde que se declaró el estado de alarma, la mercantil ha atendido 125 incidencias en la red de alcantarillado, una «cantidad que resulta sumamente elevada» si se compara con los mismos periodos de años anteriores y más ahora que « los sectores como el de los servicios o el sector industrial se han paralizado total o parcialmente». De estas 125 incidencias, gran parte de las mismas se producen por el mal uso que los ciudadanos hacen al tirar al inodoro productos no degradables. Solo en el último año, las depuradoras que gestiona Hidraqua y sus empresas participadas (Aguas de Alicante, Aigües d'Elx y Agamed) en la provincia recogieron un total de 3.123 toneladas de residuos sólidos. «En las últimas semanas, además de las habituales toallitas u otros elementos, se han detectado en estas obstrucciones una mayor concentración de guantes y mascarillas», indicó la responsable de la mercantil.
Pero hay otra parte, atender esas incidencias conlleva además que los operarios trabajen «a pie de calle» y tengan que desplazarse hasta el punto en el que se encuentra la avería. «Se producen diariamente y nos obligan a exponer a nuestro personal», sobre todo, en una situación como la actual. «Se han creado equipos independientes de trabajo, se han adaptado turnos de trabajo, optimizado y extremado las medidas de higiene personal, las instrucciones de trabajo a las empresas contratistas se facilitan básicamente de forma telefónica o telemática y se han cancelado todas las visitas a instalaciones por parte de personas externas a la empresa», añadió la directora de operaciones. Pero reducir esos atascos en las tuberías tiene fácil solución: «Se podrían resolver con un algo tan sencillo como tirar las toallitas, bastoncillos, mascarillas o guantes a la basura y no al inodoro». Un gesto solidario y responsable.
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