Una mascarilla por vecino y repartidas puerta a puerta por el alcalde o los concejales. Los ayuntamientos de los pueblos de la provincia se han tenido que buscar la vida para proteger a sus vecinos.
A estas localidades no han llegado los productos que ha repartido el gobierno o el Consell para intentar frenar los contagios por el coronavirus, aunque en algunos de ellos sí que lo han solicitado. Y ante esta circunstancia, han sido los mismos ediles los que se han movido para conseguir mascarillas o guantes, no sin encontrar dificultades para comprarlos o precios desorbitados.
«Nos hemos tenido que buscar la vida». Esta es la frase más repetida por los alcaldes de población donde apenas se llega a los 1.000 habitantes y donde la mayoría de los vecinos es de riesgo por ser personas mayores. Aunque sí es cierto que, por ahora, todos estos pueblos como los del interior de la Marina Baixa, la Marina Alta o l'Alcoià i El Comtat no cuentan con casos positivos entre sus empadronados. Y ese es uno de sus máximos objetivos: que el Covid-19 no entre en sus calles.
Así que los pequeños ayuntamientos no han escatimado en medios y en las últimas semanas han adquirido al menos 155.000 mascarillas entre sanitarias y hechas por voluntarios o vecinos.
En la Marina Baixa, Orxeta compró 1.000 mascarillas quirúrgicas que ya ha repartido; Confrides-l'Abdet adquirió 800; en Sella, el Ayuntamiento entregó 500 mascarillas «solidarias» hechas a mano; en Tàrbena se han repartido 600 hechas por vecinas y se alcanzarán las 1.000; y en Bolulla se compraron 350. Además, Benimantell o Benifato tienen previsto adquirirlas en breve, unas 500 en el primer caso y 200 en el segundo.
A ellos se suman otros municipios de la provincia. Los veintisiete pueblos que forman la Mancomunidad de El Xarpolar, que aglutina pequeñas localidades de l'Alcoià, El Comtat y parte de la Marina Alta, ya han repartido 138.000 mascarillas entre sus vecinos.
En Agost o Aigües se han entregado 5.000 y 1.500 mascarillas respectivamente; en Bigastro otras 5.000 y en Jacarilla ya se han entregado 250 a la población con más riesgo.
Los alcaldes de los municipios reconocen que encontrar mascarilla no ha sido tarea fácil. «Encontré finalmente una empresa que tenía», afirmó Rubén Picó, alcalde de Confrides-l'Abdet. Allí han repartido ya 200 de las 800 y realizarán más entregas. En Orxeta las «compramos antes todo esto», afirma el alcalde José Vicente Ferriz, por si «el gobierno decía que teníamos que llevarlas sí o sí». Así que enviaron una carta con este producto sanitario con recomendaciones sobre cómo ponérsela. En Tàrbena, el alcalde Francisco Javier Molines explicó que «las repartimos hacen 15 días hechas por vecinas de aquí». Y en Bolulla, el primer edil Adrián Martínez apuntó que también se han repartido las que se han adquirido a «Mascarillas Solidarias» algo que también ha hecho Sella, según su alcaldesa Mila Llinares.
En Benifato, el primer edil David Blanes indicó que «estamos viendo de dónde adquirirlas para que sean homologadas» y que «ya hemos repartido guantes e hidrogel». En Benimantell están en la misma situación. Todo para que el coronavirus siga fuera de sus pueblos y no llegue a la población.
Desinfección a diario de calles con medios propios
Los ayuntamientos de los pueblos no sólo se han buscado la vida para conseguir mascarillas. También para mantener sus calles y lugares de paso desinfectados contra el coronavirus.
En la Marina Baixa, los municipios de interior limpian con mochilas y a mano prácticamente todos los días calles, mobiliario o entradas de edificios. Además, a ello se suma maquinaria propia o de particulares para desinfectar más a fondo una vez a la semana.
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