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El Catálogo de Protecciones suprimirá las indemnizaciones que lo bloquearon

Urbanismo permitirá aumentar alturas en edificios con protección parcial y ambiental, evitando el pago de hasta 50 millones a los propietarios

El Catálogo de Protecciones suprimirá las indemnizaciones que lo bloquearon

Los técnicos de la Concejalía de Urbanismo, dirigida por Adrián Santos (Cs), ultiman la revisión del Catálogo de Protecciones, que debe aprobarse por el Pleno antes de mediados del próximo 2020 si el Ayuntamiento de Alicante no quiere perder años de trabajo. La hoja de ruta apunta a que el documento superará el trámite de la Junta de Gobierno en enero, lo que abriría el periodo de exposición pública (y la posterior contestación a las alegaciones presentadas) y daría paso, por último, a su elevación al pleno municipal.

Ahí, en ese momento del procedimiento administrativo, fue donde encalló el Catálogo de Protecciones que impulsó el tripartito de izquierdas, con Miguel Ángel Pavón (Guanyar) al frente de la Concejalía de Urbanismo. A mediados de 2017, la Corporación tumbó el texto gracias a los votos en contra de la derecha (entonces representada en el PP y Cs) y de los dos tránsfugas (una ex de Guanyar y un ex de Cs). Los quince concejales alegaron que su aprobación obligaría al Ayuntamiento de Alicante a asumir indemnizaciones millonarias por la prohibición expresa de que todos los edificios protegidos (con independencia del grado de protección) pudieran crecer en altura. Esa limitación, según fuentes técnicas de la Concejalía de Urbanismo, se suaviza, y no de manera menor, en el documento que ahora ultima el área municipal.

Si sale adelante el texto, los edificios que tengan una protección parcial o ambiental podrán crecer si lo permite el plan urbanístico vigente, aunque con condicionantes para que no se reproduzcan aberraciones arquitectónicas pasadas. Si el proyecto de ganar alturas se sale de las normas generales, los promotores tendrán que presentar un estudio de detalle que se evaluará en una comisión técnica. Así, con esta modificación que los nuevos responsables de la Concejalía de Urbanismo (tanto los técnicos como los políticos) pretenden incluir, se reducirán a mínimos las indemnizaciones, con cifras que están en estudio todavía pero que estarán lejos de las que se manejaban con el documento de Pavón, quien sigue negando que el Catálogo que el promovió fuera a provocarle un agujero económico al Ayuntamiento: «El criterio de los técnicos [en su etapa] era que no se pudieran ampliar alturas, pero había que compensar esa limitación con aprovechamientos en otras zonas de la ciudad». Es decir, terrenos a cambio de impedir el crecimiento de todos los edificios protegidos, con independencia de su grado de protección. Esa sobreelevación de los inmuebles con protección parcial o ambiental, señalan ahora desde Urbanismo, también permitirá «unificar la ciudad, ya que se podrá reducir el número de medianeras que afean la imagen de la ciudad por el descontrol urbanístico de décadas atrás». Con todo, el informe de viabilidad económica del nuevo Catálogo de Protecciones tendrá que contar con el visto bueno de Intervención.

Entre los cambios que además introducirá el nuevo documento, cuyas líneas generales ya han presentado a los cuatro grupos de la oposición y a entidades como el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia, también se apunta al crecimiento de los polígonos industriales, otro de los escollos del texto de Pavón. Los técnicos apuestan por limitar las protecciones de la zonas naturales a los propios hitos. Esta modificación permitirá a los polígonos ampliar su superficie, integrando en los recintos, por ejemplo, humedales como el de Fontcalent. «No habrá un entorno de protección como tal, sino que apostamos por que esa zona verde se incluya en la ampliación del polígono, así no habrá cortapisas al desarrollo industrial y se facilitaría las nuevas zonas avanzadas que requieren zonas verdes». Es decir, los técnicos abogan por una integración natural de esos espacios protegidos en la ampliación de los polígonos industriales.

La tercera modificación sustancial que prevén incluir desde Urbanismo en el documento que se redactó en la etapa del tripartito afecta a las torres de la huerta, que se analizarán de manera individualizada, no como un conjunto. Los técnicos pretenden protegerlas, pero que no sean un «obstáculo» al desarrollo de la zona, manteniendo el elemento de conexión visual entre las torres, que será «esencial» en la protección.

Las iglesias, incluidas

Cambios sustanciales al margen, el Catálogo además incluirá unas ochenta fichas más que el anterior texto que fue tumbado por el pleno con la izquierda al mando del gobierno municipal. No pueden ser más, según explican técnicos de Urbanismo, porque supondría una modificación sustancial (al superar el 10% del contenido inicial) y obligaría a empezar el proceso desde cero. Eso sí, en un futuro, el documento se podrá ampliar con nuevos inmuebles. Por ahora, según Urbanismo, se incluirán todas las construcciones religiosas de la ciudad (con independencia de su fecha de construcción tras una posterior modificación), ya que un cambio legal obliga a tratarlos como Bien de Relevancia Local.

Estudio individualizado de la protección de las torres de la huerta; no como conjunto

Los técnicos de Urbanismo abogan por limitar la protección a los hitos naturales, pudiéndolos integrar a su vez en la ampliación que está prevista de polígonos como el de Fontcalent o Atalayas. Es decir, que un humedal pueda formar parte de la zona verde que un polígono industrial pueda incluir dentro de su recinto de expansión.

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