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San Vicente del Raspeig

Pintor Picasso: ¿una calle comercial o un circuito de velocidad?

Comerciantes y vecinos se quejan de que los coches pasan muy rápido por un vial que está limitado a 20 por hora y advierten también del ruido

La calle Pintor Picasso tiene un adoquinado especial por ser una zona del centro tradicional y tiene un límite de velocidad de 20 kilómetros hora que no se respeta.

Vecinos y comerciantes de la calle Pintor Picasso de San Vicente del Raspeig, en pleno eje comercial, coinciden en la misma queja: la excesiva velocidad que alcanzan algunos vehículos en esta céntrica calle.

El vial mide alrededor de 300 metros, se encuentra en pleno centro del municipio y para llegar al Ayuntamiento se pasa por ella, algo que sorprende a los residentes y a los vendedores, que no acaban de entender por qué no se controla la velocidad, que, advierten, excede con creces la autorizada.

En el suelo está pintado en un círculo rojo un 20, el límite de velocidad que tiene el vial. Pero pocos conductores, quizá solo los más prudentes, respetan esa señal.

Pedro José Gómez regenta una tienda de aparatos electrónicos a pie de Pintor Picasso y lleva años tratando de que su voz se escuche en el Ayuntamiento y se tomen medidas. «Me he entrevistado dos veces con la concejala de Tráfico, Maribel Martínez, la última vez hace tres semanas y entre medio hablé con el alcalde». Y lamenta que por el momento no han servido de nada sus quejas y sus advertencias de que puede ocurrir un accidente.

El vendedor asiste cada día con desesperación a los trasiegos acelerados de furgonetas de reparto y conductores particulares que enfilan la recta de la calle y que, sabedores de que no tienen cruces en los que pueda sorprenderles ningún otro vehículo, aprietan el acelerador. «Sobre todo a partir de las dos de la tarde esto es la M-30 y por la noche igual».

El comerciante lamenta que a pesar de que el Ayuntamiento está al lado y que entiende que el alcalde y los concejales han sido testigos de lo que denuncia, no se han tomado medidas para paliar este problema. «No digo que pongan radares, propongo que pongan guardias tumbados».

Pedro José Gómez añade que hay una parte de la acera más estrecha que a veces obliga a los peatones a bajarse para dejar pasar carritos o a otras personas; y añade que a las cinco de la tarde el sol da de lleno en los ojos de los conductores, que ni por esas quitan el pie del acelerador.

Corrobora lo que dice Consuelo Soriano que regenta la tienda de Tejidos El Kilo quien reconoce «la impotencia» de no poder hacer nada. «Pasan muy deprisa y yo muchas veces cierro la puerta de mi tienda por el ruido que hacen», añade.

Adoquinado ruidoso

El sonido de los vehículos es el caballo de batalla de los vecinos de Pintor Picasso que ya no saben qué hacer, tras haber emprendido una recogida de firmas para exigir soluciones. La calle está adoquinada y por este motivo el paso de los vehículos unido a la velocidad que toman provoca ruidos «insoportables».

Una vecina reconoce que ni siquiera en verano pueden tener las ventanas abiertas y que ese sonido impide incluso escuchar la televisión. Y advierte además de que el adoquinado suele desprenderse frecuentemente. La peor parte se la llevan los vecinos de las plantas bajas, a los que el ruido llega mucho más nítidamente.

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